Empate entre el CD Numancia y el Real Zaragoza (2-2) que deja un mal sabor de boca al cuadro aragonés por la forma en la que se produjo. Los de Lluís Carreras se adelantaron en el marcador por partida doble, gracias a los goles de Ángel y Manu Lanzarote. El conjunto local recortó distancias por medio de Julio Álvarez a la media hora, y pocos minutos después Dorca era expulsado por doble tarjeta amarilla. Ya en la segunda parte, los locales apretaron en la busca de un empate que llegó a falta de dos minutos para la conclusión del tiempo reglamentario, obra de Íñigo Pérez.

El encargado de dirigir la contienda fue Juan Manuel López Amaya, del comité andaluz. Estuvo acompañado en las bandas por los asistentes José Alcoba Rodríguez y David Maldonado Urbina, de los comités andaluz y madrileño respectivamente. Por su parte, la labor de cuarto árbitro la realizó Miguel García Aceña (comité valenciano). Jesús Granel, exárbitro aragonés, analiza la actuacion del trencilla durante los 90 minutos.

1. Primera tarjeta amarilla a Dorca

2. Segunda tarjeta amarilla a Dorca

3. Posible penalti sobre Dongou

Análisis de Jesús Granel

Errores

1. El jugador catalán toca primero el balón y es Dalmau el que golpea la pierna de Dorca. No tuvo que ser amonestado.

2. No es tarjeta amarilla a Dorca. Es el balón el que va hacia el brazo y no el brazo hacia el balón, ya que el jugador zaragocista intenta evitar el contacto. Y además hay que tener en cuenta que no está claro que el receptor del balón vaya a ser un jugador del Numancia, al haber cinco jugadores locales y dos visitantes.

Aciertos 3. Dongou recibe de Morán dentro del área y su lentitud hace que el central numantino le obstaculice, pero el leve contacto no es merecedor de pena máxima
 
Reparto de tarjetas y actitud

Un error condiciona el trabajo de 90 minutos. El colegiado granadino cometió el grave error de mostrar dos tarjetas amarillas a Dorca no siendo merecedor de ellas, un hecho que marcaria el devenir final del encuentro. En el resto de amonestaciones no hubo dudas. A un árbitro que dirige encuentros de nuestro fútbol profesional hay que exigirle algo más que lo que ofrece sobre el terreno de juego. La temporada pasada estuvo a punto de perder la categoría y lleva los mismos pasos en la actual. 

Nota final 4