Ni los más viejos del lugar podrían recordar una noche como esta. No se tratataba de un partido más. Era el partido, el que podía meter al Real Zaragoza en los playoffs, el de mantener viva la llama del ascenso. No era necesaria la victoria, con un punto era suficiente. Pero lo que todo apuntaba a ser una fiesta, se acabó convirtiendo en una pesadilla. En una derrota a la que el calificativo de humillante se queda corto y que entra en la historia negra del club aragonés. El rival era la UE Llagostera, ya descendida y con solo el honor el juego, pero este humilde equipo se ha despedido de Segunda por la puerta grande, ganando por un aplastador 6-2

Un doblete de Querol, el inicio de la catástrofe

Por calidad y lo que se jugaban ambos equipos, era el Real Zaragoza quien estaba obligado a llevar la batuta del choque. Así fue desde los primeros compases, pero fue el Llagostera quien dio el primer aviso a través de una de sus mejores armas, el balón parado, por medio de un testarazo del central Ruimán desde el punto de penalti sin oposición zaragocista, pero Manu Herrera lograba desviar a córner. Eso no inquietó a los visitantes, que siguieron buscando la portería de René sin demasiado éxito, en gran medida gracias a los fueras de juego en los que caían los atacantes, incapaces de aprovechar la adelantada defensa local. Y en una de estas, llegaba la sorpresa a Palamós: Querol, tras un preciso pase de Edu Oriol, se plantó solo ante Manu Herrera y ponía el 1-0.

Este gol, inesperado cuanto menos por lo que se estaba viendo sobre el terreno de juego, dejaba al Real Zaragoza fuera de los playoffs. Las urgencias llegaban, pero el guion del partido no cambiaba. Los maños llegaban con cierta facilidad a tres cuartos de campo, pero la precipitación a la hora de definir las jugadas permitía a la UE Llagostera no temer por su victoria. Las individualidades también escaseaban, pero fue una de Manu Lanzarote la que casi puso el empate en el marcador. Y como ocurrió anteriormente, volvió a aparecer Querol. El delantero se aprovechó de la desconexión zaragocista en defensa para volver a superar a Manu Herrera con una brillante vaselina.

Los rostros de los aficionados zaragocistas eran un auténtico poema, incrédulos por lo que estaban viendo sobre el terreno de juego. Incluso aparecieron las primeras lágrimas, producto de la impotencia de ver como el conjunto aragonés decidía despedirse de unos playoffs que parecían asegurados a las 20:30. El Real Zaragoza tenía ante sí una hora por delante para lograr dos goles, algo casi imposible por las sensaciones que dejaban los visitantes. Faltos de ideas, perdidos sobre el césped, incapaces de combinar. Ni los detalles de Manu Lanzarote lograron reactivar a un equipo que abandonó el terreno de juego con la cabeza gacha y los brazos hundidos cuando el colegiado decretó el final de la primera parte.

Set y partido

Ángel Rodríguez y Jaime Romero fueron los revulsivos de Lluís Carreras por intentar dar otro rumbo al partido. Precisamente los dos fueron los protagonistas de la primera acción de peligro, pero el delantero zaragocista no llegaba a rematar a puerta vacía. Tampoco llegó en la jugada siguiente, cuando ni Dongou ni el propio Ángel podían poner el 1-2 tras un centro-chut de Lanzarote. El gol que volvía a abrir las esperanzas zaragocistas parecía cerca, pero el Llagostera se volvía a aprovechar de la fragilidad defensiva visitante para sentenciar el partido, esta vez por medio de Imaz tras empujar a placer un centro de Samu.

El Real Zaragoza estaba sin alma, deambulando sobre el verde de Palamós, dejando pasar los minutos ante la atenta mirada de los más de 300 aficionados desplazados a tierras catalanas, que clamaban por la destitución de Lluís Carreras. El esperpento aún se hizo mayor tras una descoordinación entre Guitián y Manu Herrera y que no desperdiciaba Querol para poner el tercero en su cuenta goleadora.

Los jugadores blanquillos trataron de tirar de orgullo y recortaron distancias en el luminoso por medio de Jaime Romero, desde los once metros, y Ángel Rodríguez. Fue un simple espejismo, ya que el Llagostera no estaba dispuesto a pegarse un festín en su despedida de la Liga Adelante. Querol y Jordi López fueron los autores del quinto y sexto gol respectivamente, endosando así un set a un equipo al que le vino grande el partido.

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