El Valladolid ha logrado pasar a la siguiente ronda de la Copa del Rey tras superar a un Real Zaragoza (1-2) al que le condenaron los fallos en la primera parte. Bagdack fue el protagonista en las filas mañas, pero en un sentido negativo, al perder el balón que supuso el 0-1 y marcarse en propia el 0-2. En la segunda parte los locales reaccionaron con el gol de Popa, pero no pudieron lograr un empate para forzar la prórroga.

Tanto Luis Milla como Paco Herrera ya manifestaron en sus respectivas ruedas de prensa previas al encuentro que la competición verdaderamente importante era la Segunda División, y este encuentro de segunda ronda de Copa del Rey serviría para dar la oportunidad a aquellos jugadores que habían permanecido en un segundo plano en el comienzo liguero. De hecho, este partido supuso el debut varios jugadores tanto con el primer equipo como con la elástica blanquilla, como Ratón, Lasure, Pombo, Edu García y Bagnack.

El Valladolid domina, el Zaragoza se hunde

Como se podía prever en un inicio, el choque adquirió unos tintes tácticos desde los primeros compases, con ambos equipos bien plantados sobre el césped y con un bajo ritmo de ritmo. No obstante, el Valladolid no tardó en mostrar sus armas ejerciendo una alta presión sobre el centro del campo y la defensa, obligando a los de Luis Milla a recurrir al balón largo. Tampoco se habían podido ver a los nuevos hasta el momento pero precisamente Bagnack, uno de los debutantes, estuvo involucrado en la jugada del gol que inauguraba el marcador: el camerunés se complicaba a la altura del centro del campo y ante la presión de Míchel perdía el esférico para que pudiera plantarse ante Ratón y batirle por bajo en el minuto 5.

Edu García fue de lo poco destacable del Real Zaragoza durante la primera parte

Pese que aún quedaba mucho partido, este gol complicaba la eliminatoria a un equipo que no transmitía las sensaciones de las tres primeras jornadas. La profundidad destacaba por su ausencia y el nerviosismo, salvo con alguna escasa excepción, era la tónica general en los jugadores blanquillos, incapaces de llegar hasta tres cuartos de campo del Valladolid con criterio. El conjunto de Paco Herrera se limitaba a presionar la salida de balón y esperar un fallo que solía darse más pronto que tarde. Edu García, que también hacía su debut, era el único en poner en apuros la portería de Pau Torres. Más peligrosas eran las llegadas del Valladolid, que avisaba con un cabezazo de Guitián y un remate de De Tomás, Pero no perdonaría a la tercera y tras una buena combinación en el área zaragocista, Guzmán ponía el pase de la muerte para que Bagnack introdujera el balón en su propia portería.

El 0-2 ponía justicia con respecto a lo demostrado por uno y otro equipo y evidenciaba las carencias mañas. Ante esta ventaja y los pocos minutos que quedaban para el descanso, el Valladolid rebajó su presión y el Real Zaragoza intentó acercarse a la portería de Pau Torres para volver a meterse en el partido, pero solo se quedó en eso, un intento.

Una tardía reacción

Sin cambios en ninguno de los onces, los hombres de Luis Milla estaban obligados a mostrar una cara radicalmente opuesta a la de la primera parte, ya no solo para dar la vuelta a la eliminatoria, sino para dejar una mejor sensación entre su afición. Y así fue. Los blanquillos se hicieron con la posesión del esférico y trataron de encerrar al Valladolid en su propio campo, una actitud que agradeció la hinchada a base de aplausos. Los centrocampistas comenzaban a aparecer en escena, permitiendo así la llegada de más balones a zona atacante. Aun así, el Valladolid resistía sin demasiados problemas, esperando su oportunidad a la contra.

Con el paso de los minutos, el esférico pasaba más tiempo en el terreno de juego visitante que en el local. Las tornas habían cambiado con respecto a la primera parte y a base más de corazón que de cabeza, el Real Zaragoza rozaba su primer gol de la noche. Pero tuvo que ser a balón parado y por mediación de Popa, un central, para que los blanquillos perforaran la portería rival. Este gol reavivaba las esperanzas zaragocistas de como mínimo forzar la prórroga para buscar la clasificación a la tercera ronda.

El técnico zaragocista puso toda la carne en el asador con la entrada del delantero del filial Sergio Buenacasa por Lasure, el lateral izquierdo. La ofensiva era total, provocando un aumento de la crispación sobre el terreno de juego. Mientras tanto, el gol del empate no llegaba. A estas alturas, el Valladolid ya había renunciado a la posesión, conformándose con intentar alguna contra. Ante la falta de ideas y claridad, el Real Zaragoza apeló a la heroica y murió en el área rival, pero fue demasiado tarde: los de Luis Milla caían eliminados de la Copa de S.M. del Rey.

VAVEL Logo
Sobre el autor
Víctor Tomás
Zaragoza. Redactor y coordinador adjunto de @Zaragoza_VAVEL. Periodismo en la Universidad San Jorge. Contacto: [email protected]