El estadio Santiago Bernabéu era el escenario que decidiría el primer clasificado del grupo entre el Real Madrid y el Borussia Dortmund tras la victoria del conjunto alemán en la anterior jornada en el Signal Iduna Park. El partido no decepcionó y desde el primer minuto de encuentro, ambos equipos salieron a por la victoria con una presión asfixiante sobre la salida de balón del rival, que produjo muchos errores en ambos equipos y, por consiguiente, ocasiones en ambas porterías.

Fueron los alemanes quienes golpearon primero, a los 28 minutos de partido, optando por el plan b: balón en largo, prolongación de Lewandovski que llega a Marco Reus que con un disparo magistral, bate a Casillas con un golazo por la escuadra. Pero al igual que en el partido de ida, no hubo que esperar mucho para el empate, seis minutos en concreto. Tras un saque de córner, el balón llegaba a Özil en el flanco izquierdo del ataque madridista. El alemán centró al corazón del área alemana, surgiendo desde atrás un poderoso Pepe, que de cabezazo inapelable, empataba el partido con su primer tanto en Champions con el Real Madrid.

Justo cuando ambos equipos pensaban más en el descanso, llegó el segundo tanto visitante. De nuevo balón en largo de Hummels deshaciéndose del balón, prolongación de Lewandovski sobre Götze, que controlando con la mano y ayudado por Arbeloa, batía a Casillas de vaselina en el descuento de la primera mitad.

Al ataque sin reparos

Tras el descanso, hubo toque de corneta madridista, que se fue al ataque sin descanso y, de nuevo, fue perjudicado por una decisión arbitral. En esta ocasión, un desmaque perfecto de Callejón acaba en gol del granadino, que bate al meta alemán de tiro cruzado. Sin embargo, el asistente subió el banderín y la jugada quedaba invalidada. En las repeticiones, se demostró que Callejón, no estaba ni de lejos en posición adelantada.

Desde ese momento, el Real Madrid desperdició ocasiones imposibles de fallar, de esas ocasiones en las que la pelota no quiere entrar en la portería. Pero esa vez, era porque había reservado al jugador que lograría el empate. Era el minuto 89 y el colegiado Çakir señalaba una falta a favor del conjunto madridista, en franca posición para sus tiradores. Todo el mundo creyó que lanzaría Cristiano Ronaldo, incluido Weidenfeller, que dio un paso más hacia su derecha. Pero en el último momento, Mesut Özil golpeaba el balón, superaba la barrera y legaba a votar unos centímetros antes de golpear el balón con el poste, dejando por inútil la estirada del meta alemán y poniendo algo de justicia al partido.