Lo que empieza mal y continúa mal, acaba peor. Contadas son las excepciones que ocurre al revés. Si hay algún equipo que se escape de la lógica para ser excepción que confirma la regla es el Real Madrid. Lo difícil lo hacemos, lo imposible tardamos un poco más. Pero no. Ni el más propicio para derribar las barreras más incómodas fue capaz de derribar un muro que cada día de la temporada aumentaba un palmo de altura. Mediocre balance y necesario análisis.

“Firmo perder la Supercopa y ganar la Liga”. Son palabras de Mourinho justo antes de disputar -y ganar- la vuelta de la competición que enfrentaba al campeón de Liga (Real Madrid) frente al vencedor en la Copa del Rey (Barcelona). El técnico portugués no sabría la ironía de aquella afirmación. Principalmente porque, desde el principio, dejó claro que el campeonato nacional no se iba a teñir de color blanco. Ni siquiera asomó por la puerta.

La Supercopa, preludio erróneo

Pero aún quedaban unos días para que apareciesen los primeros fantasmas. Todo se tiñó de triunfo. Y no era para menos. Se había vuelto conseguir ganar al Barcelona, gigante al que algunos vaticinaban con pies de barro por la salida de Guardiola. La ida en el Camp Nou (3-2) dejó claro que el Bernabéu dictaría sentencia. Y así fue. El Real Madrid pudo por fin derrocar al líder futbolístico en los últimos años y, por ende, coronarse supercampeón de España tras la derrota el año anterior. Los presagios no podían ser mejores. Quizá ese fue el error.

La Liga fue el mal endémico. Desde el principio y sin permitir la opción de la duda, el Real Madrid sucumbió y tiró por la borda el planning de la temporada. Empatando en la primera jornada frente al Valencia y perdiendo en la siguiente en Getafe. La irregularidad y el mal juego en el comienzo fue la nota predominante. Además, el frenético ritmo que mostró el Barcelona en el campeonato liguero fue suficiente para ampliar la brecha. Por si fuera poco, el Atlético tomó parte en la disputa y relegó al Madrid desde el comienzo de la Liga a mantenerse por el tercer puesto.

Primer tramo mediocre

Acarrearía problemas el hecho de no comenzar buen pie. En la fase de grupos en la Champions el Madrid combinó un juego apático con breves rachas de épica, futura característica de las siguientes rondas. El City y el Borussia Dortmund -especialmente el conjunto alemán- reflejaron las penurias futbolísticas del equipo blanco, incapaz de crear juego en el momento en el que Xabi era cubierto al hombre. Aun así, en momentos de flaqueza la voracidad de Cristiano Ronaldo o la inmensa calidad técnica de Özil solucionaron los más graves problemas.

Foto: Eurosport.

De esta forma acabó la primera vuelta: un sinsentido de vaivenes que sentó las bases de una temporada que no auguraba tantos triunfos como en un comienzo parecía. Pero a pesar del mal juego y de la polémica que comenzaba a surgir fuera de los terrenos de juego, el Real Madrid llegaba a las semifinales de Copa ante el Barcelona, un duelo que parecía que iba a marcar, esta vez de verdad, el guion de la 2012-2013.

Las semifinales de Copa, lo mejor de la temporada

Fue una eliminatoria extraña, donde el dominio culé en Liga no apareció en ningún momento de los 180 minutos. Por si fuera poco, el Real Madrid acabó tomando el Camp Nou sin contemplaciones. Entonces, el estrepitoso descalabro blanco en el campeonato nacional parecía no importar. Se había alcanzado la final de Copa y semanas después se dejaría en la cuneta a uno de los favoritos, el Manchester United. Si se ganaban las dos copas, el resto iba a quedar difuminado en el olvido. La final de Copa ante el Atlético de Madrid y la semifinal frente al Borussia Dortmund, trascendentales. El nivel era alto y las expectativas, las máximas.

El Borussia Dortmund y el Atlético terminaron por sentenciar a un gigante que se desangró él solo

Más que trascendentales, traumáticos. Minutos, segundos. Decenas de partidos para que al final tu temporada se defina según tu actuación en tan breves -y nefastos- instantes. Más allá de los 15 minutos fatídicos en el Signal Iduna en semifinales ante el Borussia (encajó tres goles), en el partido de vuelta en el Bernabéu y en la final de Copa breves momentos decidieron el camino que iba a tomar el Madrid. El fútbol, si soporta alguna máxima, es esa. Hasta el final hay que buscar la oportunidad de enmendar tu error o por el contrario proseguir con tu perserverancia. Los fallos de cara a gol ante Atlético y Dortmund decantaron la balanza, siempre a favor del enemigo, desangrando a un club carcomido por sus cuestiones de palacio.

foto: ElConfidencial.

Casillas y Mourinho

Si algo ha desgastado al club y a los jugadores -y entrenador- ha sido la repercusión que tomó la suplencia de Casillas -primero con Adán y luego con Diego López-, decisión auspiciada por Mourinho por "baja forma". Conforme transcurrieron las jornadas y la caída era mayor empezaron a salir detractores por la decisión tomada del técnico de Setúbal. Incluso declaraciones cruzadas entre futbolistas de la primera plantilla.

Foto: FoxSport.

A pesar de la polémica o del mal juego exhibido en ciertos periodos ligueros, la figura de Cristiano Ronaldo volvió a ser referencial. El portugués sostuvo al equipo a base de goles aunque el hecho de llegar tocado a las últimas jornadas mermó al equipo. En ese aspecto coincidió con su compañero Xabi Alonso, quien protagonizó las mayores decepciones en el último tramo de la temporada. Caso a parte es el de Marcelo, quien tras la lesión sufrida con Brasil y su lenta recuperación no volvió al once con asiduidad.

El caso Modric

En el tercer verano de José Mourinho, el Real Madrid fijó la prioridad de encontrar un jugador creativo para tener un sustituto de Xabi cuando el combustible del tolosarra se agotase y también para tener una alternativa junto a él. Se fichó a Modric, previo pago de cuarenta millones de euros. La cantidad era muy elevada, inversamente proporcional a su rendimiento en el comienzo de la campaña. Las lesiones y su irregularidad le privaron de ser titular en un mediocampo poco habituado a rotar. Al igual que el equipo, fue de menos a más, aunque el croata sí acabo brillando y no cayendo estrepitosamente. Su actuación en el Bernabéu en la vuelta de las semifinales ante el Borussia con un Xabi Alonso tocado fue, probablemente, lo mejor que ha dejado el centrocampista de los Balcanes. Tras esta primera temporada de asentamiento, se postula como candidato a suplir un hueco que puede ser demasiado grande.

El adiós de Mourinho

"Ha sido una decisión de mutuo acuerdo". Así anunciaba Florentino Pérez, al final de la campaña, el final de José Mourinho como entrenador del Real Madrid. Un paso por el equipo merengue de tres temporadas donde llegó como antídoto del Barcelona y finalmente y acabó por no ser ese su problema. Su historia en los Clásicos es ascendente y de menos a más.

La temporada de los jugadores

IKER CASILLAS

ANTONIO ADÁN

JESÚS FERNÁNDEZ

DIEGO LÓPEZ

SERGIO RAMOS

PEPE

RAPHAEL VARANE

RAÚL ALBIOL

RICARDO CARVALHO

ÁLVARO ARBELOA

FABIO COENTRAO

MARCELO

NACHO FERNÁNDEZ

MICHAEL ESSIEN

XABI ALONSO

SAMI KHEDIRA

RICARDO KAKÁ

LUKA MODRIC

MESUT ÖZIL

JOSÉ CALLEJÓN

ÁNGEL DI MARIA

CRISTIANO RONALDO

KARIM BENZEMA

GONZALO HIGUAÍN

ÁLVARO MORATA