El mercado brasileño es uno de los más prolíficos, tanto en calidad, como en cantidad. Los grandes talentos cariocas emigran al Viejo Continente dejando grandes sumas de dinero para sus equipos de origen, que basan su economía, en varios casos, en conseguir educar alguna joven perla que les deje suficiente beneficio como para afrontar la siguiente búsqueda de talento entre sus categorías inferiores. Los futbolistas brasileños con más cartel, suelen salir de sus equipos a temprana edad, rumbo a algún equipo europeo con dinero en las arcas y la intención de acometer un fichaje que les depare éxito. El último de estos grandes talentos que ha cruzado el charco definitivamente, o eso parece, es Carlos Henrique Casemiro, rumbo a Madrid.
Nacido en São José dos Campos, São Paulo, Casemiro no tiene el perfil más típico de futbolista brasileño. No apuesta por el gambeteo, el desborde o el derroche de técnica individual. No es un futbolista que cuando siente el balón en los pies, transmite miedo a la defensa rival. Tampoco es un jugador con desborde o velocidad. Es un mediocentro físico, fuerte y tácticamente casi impecable. A pesar de ello, no está exento de clase, que le hacen ser capaz de sacar el balón jugado sin mayores dificultades. Su imponente planta, le sirve además de para ocupar grandes franjas de terreno, para representar un peligro a balón parado hacia el conjunto rival. Es ése poderío físico el que hace que la comparación más cercana a un jugador del Real Madrid sea Sami Khedira.
Criado en la prolífica cantera del São Paulo, ascendió rápidamente puestos y categorías hasta llegar al primer equipo en el año 2010, asentándose y deslumbrando a propios y extraños, a pesar de su temprana edad. A nivel nacional, su calidad era sobradamente conocida, pero se proyectó internacionalmente gracias al Sudamericano Sub-20 disputado en 2011. Allí, junto a los Neymar, Óscar o Lucas Moura, fue parte fundamental del éxito de su selección y la llevó hasta el triunfo final, aportando 3 goles en los 8 partidos que disputó. Si en ése equipo, sobre todo Moura y Neymar ponían la clase, era el propio Casemiro el que dotaba de empaque a la medular, sosteniendo satisfactoriamente al equipo.
Marcos López, periodista, que fue Director Deportivo de la Roma, reconoció que estuvieron interesados en contratarle tras su eclosión, pero se encontraron con una barrera en el aspecto económico.: ”Cuando fuimos a ficharle, el Sao Paulo nos pidió 20 millones de euros”. Pero después de ése año, de llegar incluso a debutar con la absoluta de Brasil, la progresión de Casemiro se estancó, disminuyendo progresivamente su aportación. Tanto es así, que llegó a perder la titularidad en el São Paulo. Hasta que llegó el mercado de invierno de 2013.
Casemiro será jugador de la primera plantilla el próximo año
Pero para Casemiro había siempre más. Mostró sus credenciales para que el ya ex entrenador madridista se decidiera por él, para hacerle debutar como titular en el Santiago Bernabéu ante el Betis. Con el 38 a la espalda, el brasileño se mostró sobrio y contundente durante el choque, demostrando que a pesar de su temprana edad, tenía la experiencia suficiente como para que el ambiente de un gran estadio, como lo es el feudo blanco, no le superase. Y aprobó el examen con nota, dejando un gran sabor de boca entre los presentes, y también entre los responsables de la parcela de fichajes madridista.
Estos, una vez terminada la cesión, se decantaron hace pocas fechas por hacer buena la opción de compra fijada en su momento. Anunciaron la vinculación definitiva del centrocampista carioca con el Real Madrid para los próximos cuatro años, como jugador del primer equipo a todos los efectos, convirtiéndole en la segunda incorporación blanca en este mercado estival. Así pues, Casemiro llega a la 'Casa Blanca' para ocupar el lugar que dejará el ghanés Essien, que una vez finalizada su cesión, vuelve a Stamford Bridge, dónde se reencontrará, nuevamente, con José Mourinho. Con el fichaje del brasileño, el Madrid da por cerrado el cupo, al menos en teoría, de mediocentros de apoyo o contención, centrando ahora sus esfuerzos en, si surgiera, sumar un hombre de características diferentes, a su centro del campo, siendo la técnica y visión de juego, los puntos sobresalientes que debe tener el futurible.