Confieso que hacía tiempo que no veía tanta pasión en un estadio. Confieso que ayer, me rendí a los pies de Huelva y del Recreativo. 

Tal vez muchos de los onubenses que presenciaron el encuentro contra el Granada B nunca habían pisado nuestra casa. Tal vez, sus almas no eran recreativistas al cien por cien. Tal vez, y solo tal vez, su corazón no era blanquiazul. 

Sin embargo, aquellas personas que hicieron posible ver nuestro Nuevo Colombino tan lleno, ayudaron a que las 4.000 voces que están siempre -haga sol, llueva o truene-, se escuchasen por encima de todo. 

Y es que pocas cosas he visto tan bonitas como lo que sucedió ayer. 

Hoy me quito el sombrero por Huelva, manteniendo la esperanza de que la chispa que se encendió en la tarde del sábado de pasión, nunca se apague. 

A esa Huelva que no se movió de su asiento pese a la lluvia. A esa Huelva que lloró con nosotros cantando aquel "Decano de mi alma". 

Hoy dejo de ser una persona que escribe, y hablo desde el corazón de una aficionada más. Aquella que cada jornada sigue acudiendo al estadio para ver a su equipo. Un Recreativo que, aún estando falto de oxígeno, se hizo grande ayer. 

Con lágrimas en los ojos, todavía no soy capaz de describir cada una de las emociones que sentí en el Nuevo Colombino, ese que me acoge semana tras semana para dejarme disfrutar del fútbol; el deporte que a veces te da, y otras te quita. 

Yo confieso que ayer el fútbol me dio esperanza, y me quitó tristeza. 

Un Recreativo que muchos daban por muerto, y que ahora está más vivo que nunca, alzó su voz para silenciar a todos aquellos que pretendían acabar con él. 

A ti, Decano, porque nunca fallas. A ti, Decano, porque siempre estás. A ti, Decano, porque prometimos que tu gente no te iba a abandonar. 

A una ciudad que entendió que mañana podía ser tarde, y reaccionó a tiempo. A una plantilla que ofreció su mejor versión en el terreno de juego. A miles de personas que tiñeron ayer el cielo de sentimiento blanquiazul.

Gracias de corazón a Huelva, por unirse al Recreativo cuando más lo necesita. Gracias por permitirnos soñar aunque sea un partido más. Gracias a los jugadores, a esos que lloraron junto a nosotros a pie de campo, a los que sienten los colores, a los que llevan nuestro escudo por bandera. 

Y gracias, gracias a la afición, la gran merecedora del gol de ayer.

A vosotros, gracias. No permitáis jamás que la historia de este club quede en el olvido. 

Gloria al Recreativo, gloria al Decano del Fútbol Español.

VAVEL Logo