Los domingos de Pentecostés son bien recordados por la parroquia albiazul pues ha sido esta festividad muy ligada a los éxitos del club más antiguo del país. La Virgen del Rocío ha sido espectadora en los ascensos del Recreativo de Huelva a lo largo de su historia. Ayer no iba a ser para menos. En una temporada donde el club onubense se ha jugado tanto, la salvación tenía que llegar y qué momento más idóneo que con una salve rociera de fondo.

Sin embargo, la temporada aún no ha acabado pues se juega la supervivencia en los despachos antes del 30 de Junio donde se deberá pagar la friolera de 2 millones de euros para afrontar los cobros a empleados y jugadores así como a otros proveedores.

El partido se presentaba a vida o muerte para el Linares Deportivo que llegaba a Huelva con la única opción de vencer si quería salvarse matemáticamente de los puestos de promoción de descenso y, por supuesto, de los puestos de descenso directo.

Por su parte, el Decano del Fútbol Español llegaba a esta última jornada de Liga con gran parte de los deberes hechos y una victoria e incluso el empate le otorgaba seguir en la Segunda División B y presentando un aspecto mejor de cara a la próxima temporada, siempre y cuando los temas administrativos se solucionen.

Poco fútbol en el césped

Durante los 90 minutos el Recre contó con un jugador más aunque no sobre el verde del Estadio Nuevo Colombino, sino en las gradas. La respuesta del público onubense a la llamada de ayuda desde el partido frente al Granada B ha hecho que el coliseo albiazul presente el lleno en las gradas y, aunque deportivamente se vea reflejado en el coraje de los jugadores, económicamente es una cuantía importante la registrada en taquillas

Sin emabrgo, deportivamente el partido dejó mucho que desear donde al comienzo del mismo Salinas tuvo un mano a mano con Rubén que el guardameta recreativista atajó sin complicaciones. En la siguiente jugada, el delantero linarense volvió a tener otra buena oportunidad y el graderío se empezaba a dar cuenta de su importancia con lo que se empezó a notar la presencia de sus rugidos haciendo que el Decano tomase la iniciativa del choque. A la media hora Manu Molina llegó por primera vez a la portería del guardameta visitante Lopito, sin embargo, la ocasión más clara del equipo onubense la tuvo el mismo protagonista al borde del descanso tras un gran pase de Jesús Vázquez cuyo disparo fue atajado por el portero sin problemas.

La segunda parte tomó otro tinte. Ambos equipos estaban incluso más pendientes del tiempo que se mostraba en el marcador y de la banda para saber los resultados de sus rivales más directos, detalles que se vieron en el partido donde se bajó en intensidad y en juego. El Linares gozó de más posesión aunque sin mucho fútbol mientras que el Recre no aparecía por el área rival salvo alguna que otra contra tímida de los jugadores de refresco como Antonio Domínguez o Miguelito.

Las noticias que llegaban de fuera eran positivas para ambos conjuntos, pues el Jumilla no marcaba. El Linares bajó los brazos dando por bueno el empate que le mantenía en promoción de descenso y al Recreativo le valía el mismo resultado porque los jugadores sufrían el cansancio de una temporada que se ha hecho eterna.

¿Final?

Tras el pitido del colegiado, buena parte de la afición invadió el terreno de juego para celebrar la permanencia deportiva y dar por terminada una campaña que ha sido agónica para el equipo más viejo del país que ha derramado sangre, sudor y lágrimas tanto los protagonistas en el verde como los empleados así como los medios de comunicación y la afición.

Ahora toca otra temporada que no se juega de corto y con la casaca albiazul, se juega con talonarios, transferencias, notarios y firmas donde el Decano no se la podrá jugar en el último suspiro como en la parcela deportiva, en esta parte de la temporada, el Recre debe luchar por algo grande y eso pasa porque el club se libere, de una vez por todas, de los males extradeportivos que han y están asfixiando al abuelo del fútbol español.