La SD Huesca llegaba a El Alcoraz con el sabor de los primeros tres puntos todavía en el paladar y el técnico Tevenet repitió con el equipo que consiguió la victoria en Mallorca. El combinado azulgrana empezó excesivamente timorato el encuentro y sufrió un rondo en campo propio con un Valladolid exhibiendo galones y fluidez en la circulación. Óscar y Álvaro Rubio jugaban a uno o dos toques y Mojica creaba superioridades acudiendo al centro del campo y buscando la espalda de un abrumado Aythami. Fue de este modo como los pucelanos encontraron la debilidad de la zaga oscense en una irrupción en carrera del estilete colombiano para que Rodri aprovechara su servicio y, ante la ambigüedad en la marca de los centrales, lograr rematar ante Leo Franco y anotar el gol a los seis minutos. El tanto no estuvo exento de polémica pues los locales reclamaron una falta al inicio de la jugada sobre el lateral Morillas. El Valladolid quiso certificar una victoria rápida antes de cumplirse el cuarto de hora pero Mojica no conectó por poco un centro de Del Moral y a Rodri se le anuló un gol por posición ilegal. 

La SD Huesca pareció necesitar verse abajo en el luminoso y superado sobre el césped para despertar de su letargo y empezar a cargar sobre la meta blanquivioleta. Tras los primeros veinte minutos, el Valladolid levantó el pie del acelerador y el Huesca se aproximó a la portería rival, más con el corazón que con la cabeza. Los locales buscaban a base de balones aéreos poner cerco al Valladolid pero no conectaban de manera nítida con su punta Moya, que se vio aislado. El ataque oscense fue por aglomeración más que basado en la clarividencia de ideas. Tyronne y Machis intercambiaron bandas buscando oxigenar el juego sin éxito. Una falta lanzada por Camacho a la que respondió bien Kepa y un disparo alto de Tyronne fueron las ocasiones más reseñables. El conjunto visitante se dedicó a contener sin excesivos problemas el embate del Huesca con un buen Timor que no dejó resquicio a la opción aérea y que suplió bien la baja de Marcelo Silva. Mojica esperó en la izquierda a que se produjese la contra en la que hiciera valer su velocidad y aún tuvo un disparo que se le fue por encima del travesaño. 

La segunda parte fue el refrendo de la mejoría en la capacidad ofensiva de la SD Huesca y se buscó la igualada desde los primeros instantes de la reanudación. La voluntad de conseguir hacer gol no bastaba y Tevenet percibió las carencias de su equipo. Ya en el receso hizo calentar a Mainz y Fran Mérida. El mediocentro fue el primero en saltar al verde y el Huesca tuvo quien se encargase de comandar las acciones ofensivas con animosidad ya desde la medular, sin arrugarse. Si el Valladolid había contado con un muy buen Álvaro Rubio, el Huesca encontró en Mérida quien rompiese las primeras líneas pucelanas. El plan que urdía Tevenet fue culminado con la entrada de Mainz en el sesenta sustituyendo al costaricense Moya. Con Mainz también cambió el modus operandi oscense pues el "9" azulgrana es más proclive a caer a banda para las ayudas en tres cuartos y sus desmarques en velocidad hacen mucho daño a las zagas adversarias. Juanpe y Timor sufrieron más con la movilidad del ariete ingresado en el campo cuyo remate de chilena fue repelido por el mejor del partido, el cancerbero Kepa Arrizabalaga, en un derroche de reflejos prueba de por qué es el meta de la Selección Española Sub 21.  

Otro punto de inflexión vino de la actitud de Darwin Machis. El extremo venezolano empezó a pedir balones y a encarar a Javi Moyano una y otra vez, con su izquierda -con más dificultad- y saliendo hacia el centro con su derecha -con más peligro-, ni Del Moral antes, ni Villar después, auxiliaron al sobrepasado lateral. En una de sus internadas Darwin hizo intervenir a Kepa con un balón pegado al poste que el guardameta vallisoletano envió a corner y con otro disparo que no perforó la escuadra por poco. Tyronne tomó ejemplo y se sumó participativo con sus diagonales desde la derecha hacia el centro para dejar a Aythami y Mainz la sorpresa por banda. El técnico azulgrana no satisfecho todavía, puso toda la carne en el asador al retirar al central Íñigo López y dar entrada a otro delantero, Luis Fernández. Manolo pasó a desempeñar funciones en la zaga y Camacho se retrasó, muy exhausto al final, al centro del campo. Una intervención de Kepa al disparo Luis Fernández originó el corner del que sobrevino el gol de Machis en el ochenta y cuatro

El encuentro derivó en intercambio de golpes en forma de contras, ante el fraccionamiento evidente de ambos de equipos, del que el Valladolid casi saca petróleo con un golpeo de Tiba que se marchó alto. 

El Huesca consiguió un trabajado punto y el Valladolid hizo lo propio por su falta de ambición, estuvo perdiendo tiempo desde la primera parte y Kepa vio la amarilla por ello. La sensación del conjunto de Tevenet es que, a pesar de jugar bien, sobre todo con Mérida, no hay gol y que la solidaridad y combinación grupal no se salda con victorias. La SD Huesca deberá cambiar este aciago sino en casa para auparse en la clasificación.