Tarde gélida y desapacible la que tuvieron en la tarde de ayer en tierras salmantinas. El Municipal de Guijuelo no disfrutó de su mejor entrada para vivir un encuentro entre dos conjuntos que pusieron toda la carne encima del asador desde que el colegiado señaló el inicio de choque. Duelo muy disputado entre dos conjuntos llamados a ser las revelaciones de la temporada en Segunda División B. El Ourense apuntó primero, pero el Guijuelo se reservaba una bala en la recámara en forma de remontada.

El encuentro comenzó con mucha intensidad. Ambos técnicos plantearon una batalla táctica por el esférico, en la que ninguno de los dos conjuntos lograba imponerse. Luisito reforzó la medular con Noguerol y Adrián Cruz. A la larga el moañés acabaría siendo uno de los destacados del encuentro, si bien terminaría desquiciado y cometiendo un error infantil. El enésimo de un futbolista que empieza a llamar más la atención por sus salidas de tono, que por su nivel futbolístico, que como demostró en Guijuelo, lo tiene.

Presionaba muy bien el cuadro rojillo la salida de balón de los pupilos de Rubén de la Barrera, que tuvieron muchos problemas en la línea de creación. Óscar Valero, su hombre más creativo, comenzó a aparecer para intentar desnivelar la balanza a favor de los suyos. La primera ocasión del conjunto charro estuvo en sus botas. Un disparo que detenía sin problemas Pato Guillén.

Poco después, sería Peña el que lo probaría con un centro chut, pero Valero no acertaba a rematar y Pato se anticipaba muy bien haciéndose con el cuero. La táctica se imponía pese a todo a las ocasiones, ambos conjuntos estaban muy bien plantados. Los dos estrategas se dejaban la voz desde el área técnica y la presión era constante cuando el rival intentaba sacar el balón jugado, lo que generaba errores importantes en la distribución.

Fruto de esta presión asfixiante, llegaría el primer error del encuentro. Borja Valle le roba la cartera a un defensor y pone un centro al corazón del área. Rubén Peña controla el cuero, pero no acierta a despejar y Álex Fernández se aprovecha del balón muerto para fusilar a Wilfred. Los visitantes golpeaban primero en su primer disparo entre los tres palos. El gol espoleó brevemente al Ourense en busca de la meta rival. Valle se desató y Cruz en la medular gestionó bien la creación.

Sin embargo, poco le duraría la alegría al conjunto de Luisito. El Guijuelo se recuperaba rápidamente del golpe. Antonio Pino presionaba la salida de balón y se aprovechó de un error de la zaga rojilla para recuperar el cuero y asistir a Carlos Rubén, que con el rabillo del ojo vislumbró la llegada de Óscar Valero desde atrás. No fallaría Valero con un disparo cruzado, ante el que nada pudo hacer Pato Guillén.

Minuto 11 de encuentro y el partido comenzaba de nuevo. La intensidad seguía siendo la clave para que ni unos ni otros lograran imponer su juego. Las pocas llegadas generaban gran peligro, pero los cancerberos o la falta de puntería evitaban que el cuero perforara las redes. Carlos Rubén pudo marcar con un potente disparo, pero se encontró con un fantástico puño de Pato, que desvió a saque de esquina.

Los errores ante la asfixiante presión era el mayor problema de los charros. Álex Fernández a punto estuvo de aprovecharse de otro fallo defensivo a la hora de sacar el balón, pero su disparo se marchó desviado. Souto se convertía en la referencia en la presión, con un Adrián Cruz que se multiplicaba en el centro del campo, a diferencia de un Borja Yebra empequeñecido en la tarde de ayer. El ariete rojillo pudo marcar en un nuevo error de la zaga salmantina, pero no logró ver portería.

Antes del descanso, nueva ocasión de Valero para adelantar a los locales, pero su remate se marchaba fuera. También gozaron los visitantes de una nueva oportunidad, con un centro de Adrián Cruz, al que no llegaba Jaime Noguerol. La primera mitad terminaba en empate y con la igualdad como gran protagonista.

Zapatazo de Antonio Pino para desnivelar la balanza

La segunda mitad siguió como había terminado la primera. Con ambos equipos disputándose la posesión y el cuero en el centro del campo y con una presión, que aunque con el paso de los minutos iba reduciendo su intensidad, seguía dando sus frutos en forma de errores. La zaga charra tuvo que emplearse a fondo para detener las llegadas desde segunda línea de Adrián Cruz. El moañés se encontró con Ángel Martínez, cuando todo hacía presagiar un nuevo gol rojillo.

El Guijuelo tampoco se dormía y en las botas de Chuchi dispuso de una buena ocasión para adelantarse. Una vez más, Pato Guillén se hacía con el cuero y evitaba el tanto chacinero. Valle también dispuso de una buena ocasión con un disparo desviado, en lo que sería e preludio del zapatazo de Antonio Pino.

El partido parecía decantado para que una acción declinase que conjunto se llevaba la victoria. Surgió entonces la figura de Antonio Pino. El delantero recibió un pase de Chuchi, se acomodó el cuero y se sacó un potente zapatazo desde la frontal, ante el que nada pudo hacer Pato Guillén. Los charros tenían una bala en la recámara y la acababan de aprovechar para dejar congelado a Luisito y al Ourense.

Luisito mueve ficha

El gol provocó una reacción inmediata en el banquillo ourensanista. Luisito dio entrada a Javi Hernández, que se había perdido los últimos encuentros por lesión, en detrimento de Borja Yebra. Cambio ofensivo retirando a un mediocentro e introduciendo a un mediapunta. Los rojillos adelantaban sus líneas y ante las pocas apariciones de Jaime Noguerol, Adrián Cruz se hizo con la batuta creativa.

Dominaban el cuero los visitantes y buscaban con insistencia la meta rival. Adrián Cruz dispuso de una buena doble ocasión. Primero con un disparo que desviaba la defensa a saque de esquina y a la salida del córner, su remate se marchaba rozando el larguero. El Ourense era ya en esos minutos dueño absoluto del cuero y conseguía meter a los locales en su campo.

El técnico rojillo decidió meter más artillería pesada en el terreno de juego en busca del tanto del empate. Óscar Martínez sustituyó a Jaime Noguerol y así el esquema pasó a ser un claro 4-4-2. Con Souto y Óscar en ataque. Valle y Javi Hernández cayendo a las bandas, Álex como medio defensivo y Adrián Cruz adelantando su posición hacia la mediapunta.

Eran los mejores minutos de un Ourense que se volcaba una y otra vez sobre la meta rival. Javi Hernández dispuso de dos fantásticas ocasiones. La primera con un disparo cruzado, al que respondía Wilfred con una gran parada. La segunda con una internada y cuando todo el banquillo visitante cantaba gol, Jonathan Martín se cruzaba para desviar a saque de esquina.

Adrián Cruz autoexpulsa las opciones del Ourense

El gol parecía cuestión de tiempo y aunque restaban solo 10 minutos el asedio ourensanista era continuo. Entonces surgió la hecatombe. Adrián Cruz, que ya tenía una tarjeta golpeaba duramente a Chuchi. El colegiado no lo dudaba y le mostraba la segunda amarilla. El moañés volvía a perder los nervios por segundo partido consecutivo y terminaba en el túnel de vestuarios.

Con la expulsión, finalizaron las opciones del Ourense. El Guijuelo volvió a recuperar su posición y el partido se convirtió en un correcalles, pero sin que ninguno de los dos equipos lograse perforar la meta rival. La victoria permite al Guijuelo situarse líder en solitario de la categoría. El Ourense abandona los puestos de playoff ocho semanas después.