Zamora y Ourense se vieron las caras en un duelo trascendental por conseguir acceder a los puestos que permiten disputar la Copa del Rey la próxima temporada. Los locales, con el punto de mira quizás en cotas de mayor envergadura. Bien es cierto que los de Luisito viajaron a tierras castellanas con lo puesto, que la ausencia de Borja Valle es muy sensible en el conjunto orensano, pero tan bien es rotundamente veraz que Roberto Aguirre volvió a vencer el duelo al técnico del conjunto gallego.

 Al igual que en la ida, el Zamora salió con ímpetu y decidido a enjaular y lastimar a su rival. ¿La diferencia? Que el Zamora no encontró la portería rival con tanta facilidad. El Ourense fue, durante todo el encuentro, un equipo bien ordenado, pero falto de ideas en la medular, ya que las bombillas de Yebra y de Noguerol no llegaron a iluminarse , y, por consiguiente, Óscar Martínez se sentía encerrado en un islote por una maraña de piernas rojiblancas. El compromiso y rigor de los de negro sobre el terreno de juego, impidió que los locales consiguieran penetrar por el centro, en dónde la pareja Jorge-Dalmau, volvió a sentirse incómoda sobre el verde. Por ello, los rojiblancos lo insistieron con continuidad por ambos costados, en donde tanto Javi Ramos por el lateral izquierdo y Mateos por el derecho, facilitaron la existencia a Alberto Prada y a Santos respectivamente. El primero de los tantos rojiblancos llegó por la banda derecha. El segundo por la izquierda. El primero fue materializado por Jorge, que recibió en el punto de penalti el balón tras una extraordinaria cabalgada de Miguel Santos, algo a lo que está acostumbrando en demasía esta temporada. Tan sólo cinco minutos después del primer tanto, Campillo introdujo el cuero, el cual venía colgado desde las botas de Prada, en su meta. Minuto 27 y el marcador de El Ruta de la Plata marcaba un 2-0 más que justo a tenor de lo visto en el terreno de juego. Tras ello, el Zamora trató de defenderse con un buen ataque, sin permitir que el Ourense a penas sobrepasara la línea intermedia del campo.

 En la segunda parte, Luisito decidió mover ficha y dio entrada tras el descanso a Arce, lateral izquierdo con el que el técnico trató de paliar el fervor de Santos en ese costado, y Souto, que reemplazaba a un Noguerol desaparecido en combate, con la intención de enlazar con el punta del cuadro gallego. Ambos planes surtieron el efecto esperado, ya que la ocasión más clara de los zamoranos para cerrar el partido estuvo en las botas de Santos y que Óscar Martínez seguía sintiéndose aislado de sus compañeros, por lo que el míster de la escuadra gallega sustituyó al veterano delantero. A todo esto, y sin merecerlo, el Ourense, en la única acción de “peligro en todo el encuentro”, se encontró con un regalo. Un penalti más que dudoso cometido por Javi Ramos, el cual derribó a un oponente en el área cuando tan sólo discurrían 3 minutos tras la reanudación. Iker Alegre fue el encargado de ejecutar la pena máxima. El asturiano no falló y metió a su equipo en un encuentro en el que, hasta el momento, no había hecho acto de presencia.

 Con más corazón que cabeza, los rojillos, ayer de negro, se acercaron a zona de tres cuartos, zona que no fueron capaces de pertrechar ante la gran labor defensiva de los locales. Para tratar de ganar algo más de posesión, Aguirre dio entrada a Jacob, el cuál reaparecía tras la lesión de su hombro izquierdo, por Javi Ramos, acomodando a Nico Di Biase al costado izquierdo. Además el entrenador asturiano incorporó a Hugo y a Rubén para dar frescura al ataque rojiblanco. Finalmente, ni unos fueron capaces de matar el partido a la contra, ni otros de, a pesar de intentarlo, encontrar las cosquillas de su oponente.

 Con estos tres puntos, el Zamora deja atrás al Ourense en la lucha por asegurarse una plaza en la Copa del Rey del próximo curso y le permite seguir con sus opciones intactas de jugar el play-off de ascenso. Los zamoranos, debido a los enfrentamientos directos, dependen de sí mismos para jugar dicha fase de ascenso. Por su parte, el Ourense, con 45 puntos en el zurrón, está, a falta de un punto, salvado del descenso, aunque eso sí, muy lejos de poder optar a nada más. Se espera un final de temporada tranquilo para un equipo que ha tenido que afrontar ante un sinfín de adversidades extra-deportivas.