Han tenido que pasar 18 años desde su refundación como Sestao River para que el emblemático club de la Margen Izquierda vuelva a gozar de la oportunidad de acceder a aquella categoría ue pudo disfrutar durante la dorada época de los 80 y 90 bajo la denominación de Sestao Sport.

Concretamente 29 años hacía que Las Llanas no cantaba el alirón de su equipo, de la mano de un joven Jabo Irureta, como campeón de Segunda B; diez años después, en 1995, disputaba el River sus últimos playoffs de ascenso a la división de plata, una fase de grupos que los entonces dirigidos por Blas Ziarreta culminaron de forma épica con el efímero regreso a Segunda.

Desde entonces un camino lento pero sin pausa ha permitido al nuevo Sestao, desde cero, subir peldaños hasta asentarse relativamente en la categoría de bronce y esta temporada conseguir lo que ni el entorno ni los propios integrantes del club soñaban a comienzos de campaña.

Ilusiones renovadas

Tras no renovar en el cargo a José Luis Ribera en el banquillo, la directiva presidida por Alberto Lozano, Martxi, decidió encomendar a su nuevo secretario técnico, Alfonso Del Barrio, la misión de encontrar con celeridad el hombre que dirigiera el nuevo proyecto verdinegro con el claro propósito de lograr la permanencia con menos apuros de los sufridos la anterior campaña.

El elegido fue Ángel Viadero, técnico cántabro formado en las categorías inferiores del Rácing, y procedente de la SD Noja, Junto a él llegaron nada más y nada menos que 16 nuevos jugadores que fueron contratados de forma lenta y escalonada durante un verano ciertamente movido en la entidad de Las Llanas.​​

Con solo tres supervivientes de la anterior plantilla - Josu Hernáez, Aketxe y Silas – las nuevas caras conformaban un River variopinto, con la característica predominante de ser conocidos del cuerpo técnico en anteriores clubes, o tratarse de jugadores de experiencia contrastada en la categoría de bronce. Una plantilla heterogénea donde, por primera vez en la historia, los jugadores originarios de Euskadi no sólo no eran mayoría en el vestuario, sino que ni siquiera llegaban a la mitad.

Altibajos y “Jitomanía”

Así las cosas no fue de extrañar que la falta de acoplamiento fuera el principal debe en los de Viadero, que tuvieron que esperar a la 3ª jornada para que los aficionados verdinegros disfrutaran de la primera victoria del River ante Las Palmas Atlético.

El equipo siguió dando una de cal y otra de arena, sumando 4 puntos en casa ante Sariñena y Real Unión, pero cayendo de forma bastante clara en Toledo y Lezama, primer punto de inflexión en la campaña según han reconocido presidente y entrenador de la entidad de Las Llanas en repetidas ocasiones.​ ​

Así la visita al cercano campo de Urritxe derivaba en el primer triunfo a domicilio por un contundente 2-4 ante el Amorebieta, resultado que espoleó a los de Viadero, que infligían una histórica “manita” al hasta entonces líder Fuenlabrada, y repetían éxito a domicilio ante el Puerta Bonita.

Esta racha aupó a los verdinegros en la clasificación, al tiempo que empezaba a emerger la figura de su delantero centro, Jito Silvestre. La primera derrota en las Llanas, ante el Leganés,sólo fue un traspiés rápidamente compensado con 2 nuevos triunfos ante Peña Sport y Laudio.

En ambos encuentros se dio además la curiosa circunstancia de que el Sestao disfrutaba de un par de penaltis, situación que ayudó a su ejecutor, Jito, a rebasar la histórica cifra de 100 goles en Segunda División B y a reafirmar su candidatura a pichichi del grupo.

Una particular carrera que tras el traspiés en la nevada Fuensanta, tuvo su momento más álgido con la visita a Las Llanas de la SD Huesca. Esa tarde Jito firmaba los cuatro goles de su equipo ante el cuadro oscense, una marca inédita en su vasta trayectoria por la Segunda B, y que servía para colocar al Sestao por primera vez en posiciones de playoffs de ascenso a 2ª.

Sin embargo el mes de diciembre, con tres desplazamientos en cuatro partidos, frenó la trayectoria al alza del cuadro verdinegro, que sólo conseguía sumar dos de los doce puntos posibles en sendos empates ante los filiales de Real Sociedad y Atlético de Madrid. La derrota en el derbi de Lasesarre y la goleada encajada en Valdebebas ante el Real Madrid C situaba a los vizcaínos en el ecuador de la competición con 28 puntos en zona de nadie, lejos tanto de los puestos de playoffs como del temido descenso.

Remontada de campeonato

El nuevo año liguero se iniciaba por los mismos derroteros de irregularidad para el Sestao, que, tras su clara victoria a domicilio ante el filial del Getafe, firmaba dos empates con diferente sabor de boca ante Tudelano y Las Palmas Atlético, para terminar el mes de enero con una dolorosa derrota en Las Llanas ante el Toledo.

Ese 26 de enero supuso la segunda fecha clave en la trayectoria del equipo verdinegro. Desde entonces y hasta el final del campeonato, los pupilos de Viadero comenzaron a enlazar una victoria tras otra hasta encadenar seis seguidas. La efectividad goleadora de la primera vuelta dejaba paso a la sobriedad defensiva de una zaga que en los últimos quince encuentros sólo encajaba ocho goles. Los empates en visitas tan complicadas como Butarque y El Alcoraz confirmaban la fortaleza de una escuadra que se volvía a asomar a los playoffs y que se aupaba a la primera posición tras su victoria en Ellakuri a falta de seis jornadas para el final de liga. Hasta doce partidos sumaron invictos los sestaoarras, a quienes ni siquiera amilanó el volver a caer derrotados en el derbi ante el Barakaldo ni la plaga de lesiones y sanciones sufridas en el tramo final y decisivo del campeonato. A pesar del acecho de sus perseguidores. sus dos últimos triunfos ante los filiales de Atlético de Madrid y Real Madrid servían para certificar matemáticamente su presencia en los playoffs, y el título de campeón respectivamente.

Los números del campeón

Para llegar a ser campeón el Sestao tuvo que mejorar sus mejor registro en puntuación en la categoría de bronce, que databa de la temporada 2006/07, en la que bajo la tutela de Carlos Pouso los verdinegros se quedaron a las puertas de la gloria con 65 puntos.

Sus 71 puntos conseguidos han situado al Sestao uno por encima de su principal perseguidor, el Leganés, y se repartieron en un balance de 21 victorias, ocho empates y nueve derrotas. Y aunque en ​su fortín de Las Llanas sumaran 40 puntos, son sin duda más reseñables los 31 puntos conseguidos fuera de casa, que hicieron del River el mejor visitante de todo el grupo. De su comentada evolución a lo largo de la temporada, destaca que en la segunda vuelta de la competición el Sestao mejoraba en 15 su puntuación de la primera, con mención especial a los 38 puntos conseguidos de los últimos 45 puestos en juego,​ ​

Otro dato a tener en cuenta es el que sitúa al River como el segundo equipo máximo realizador de su grupo con 61 goles, sólo por detrás del Real Madrid C, líder en este aspecto con 66. De esa cifra, la palma se la lleva por supuesto Jito, pichichi con 25 tantos, seguido a considerable distancia por Álex García con 10, y a continuación Gerardo y Josu Hernáez con seis tantos cada uno. En cuanto a sus jugadores más utilizados lidera este ranking el defensor Fernando Cabero, seguido por Josu Hernáez, Esnaola y Álex García, todos con más de 3000 minutos a sus espaldas.

El equipo

La gran polivalencia y el alto rendimiento de una plantilla magníficamente gestionada por el cuerpo técnico del Sestao, ha compensado su evidente escasez de efectivos, más patente aún tras la reducción a sólo 18 miembros tras el mercado de invierno. Sólo las lesiones de algunos jugadores llamados a ser titulares y la incorporación de Raúl Domínguez en enero podrían dificultar la elección de un once tipo en el esquema de Ángel Viadero.

Raúl Domínguez. El ex guardameta del Sporting de Gijón, que se hallaba sin equipo, fue la única novedad de los verdinegros tras el parón invernal, motivando la baja del también portero David Moral. Tras el pertinente período de puesta a punto se hizo con la titularidad en el partido ante la Peña Sport, momento desde el cual no ha abandonado el marco de la portería verdinegra.

Igor Etxebarrieta. Un clásico en la categoría de bronce que comenzó la temporada como titular, condición que perdió tras la derrota en casa ante el Leganés en favor de David Moral. Tras la marcha del cántabro recuperó la titularidad en la segunda vuelta, mejorando el nivel irregular mostrado en las primeras jornadas, hasta que la aparición de Raúl Domínguez le relegó de nuevo a la suplencia.​

David Moral. Experimentado portero de la Tercera cántabra que aprovechó la oportunidad brindada por el Sestao p debutar en Segunda B. Jugó 12 partidos como titular, y fue el damnificado tras el fichaje de Raúl Domínguez, incorporándose al Siete Villas del Grupo III de Tercera División.

Fernando Resines. Uno de los jugadores más jóvenes de la plantilla, formado en las categorías inferiores del Racing de Santander. Beneficiado por la lesión de Urkizu se hizo pronto con la titularidad en el lateral derecho, posición en la que se ha convertido en fijo para un técnico que ya lo conocía del Noja.

Iñaki Urkizu. El carrilero de Berastegi es una de las revelaciones de la temporada. Debutante en la categoría de bronce, su lesión en las primeras jornadas de liga le obligó a ganarse los minutos lejos de su habitual posición de lateral derecho. Utilizado también como mediocentro defensivo, se ha convertido en la solución de Viadero para cubrir sus problemas en el lateral izquierdo.

Fernando Cabero. Ya sea de pivote defensivo o de defensa central, el navarro se ha convertido en pieza clave del sistema de contención verdinegro. Sobrio atrás, bueno en el juego aéreo, y además líder en el campo, donde se encarga de transmitir muchas de las órdenes de su entrenador.

Josu Esnaola. El oriotarra es otro de los incuestionables en el once de Viadero. Sólo se perdió un partido por sanción, y goza de la confianza del míster desde su anterior etapa en el Noja. De menos a más a lo largo de la temporada, además de responder al prototipo de zaguero rocoso del norte, cumple la función de sacar el balón largo para iniciar muchos de los ataques de su equipo.

Alberto González. Polivalente y experimentado defensa con gran caché en el fútbol cántabro, que alterna su posición de central y lateral derecho según las necesidades del equipo. Su presencia suele venir condicionada por un planteamiento más conservador.

Bingen Erdozia. El futbolista de Hernani llegaba del Éibar como uno de los fichajes más destacados del Sestao, y en las primeras jornadas dio muestras de su gran nivel desde el lateral izquierda. Sin embargo una lesión en Lezama le dejó más de tres meses en el dique seco, circunstancia que le ha lastrado desde su regreso a las convocatorias, alternando titularidad y suplencia desde entonces.

Gaizka Arkarazo. Defensa sub23 que ocupó el lateral izquierdo tras la lesión de Bingen, hasta que sufrió una lesión ocular en diciembre. Causó baja en el mercado invernal, incorporándose a la disciplina del Leioa, donde disputará los playoffs de ascenso a Segunda B.

Pape Diamanka. El centrocampista senegalés ha demostrado ser algo más que la nota exótica de la plantilla del River. Verdadero motor del equipo, a su portentoso despliegue físico por todo el campo, añade un papel fundamental en la presión y las incorporaciones desde la lsegunda línea del ataque.

Dani Guerrero. El centrocampista catalán es la habitual pareja de Diamanka en el doble pivote de Viadero, poniendo el contrapunto al juego del futbolista africano. Labor oscura y táctica, repleta de intangibles para un míster que ya lo tuvo a sus órdenes en Noja.

Tato. Joven centrocampista zurdo de gran técnica, que desarrolló toda su trayectoria futbolística en los filiales del Racing de Santander, club con el que llegó a debutar en Primera. Puede jugar de mediocentro organizador o en la mediapunta, posición en la que está siendo más utilizado por su entrenador durante las segundas partes.

Josu Hernáez. Capitán del equipo y verdadero referente del juego ofensivo del Sestao. Centrocampista completo, con habilidad para conducir el balón, regatear, pasar y disparar, a lo que une un encomiable compromiso y sacrificio cuando el guión lo exige. Se ha ganado el cariño de la afición y el respeto de sus compañeros.

Álex García. Aunque le costó entrar en forma, el exjugador del Guadalajara ha cumplido con las grandes expectativas que generó su fichaje, siendo sin duda el jugador más en forma en estos momentos. Desde el flanco izquierdo del ataque, ha sido capaz de generar numerosas asistencias al tiempo de convertirse en el segundo máximo goleador de su equipo.

Gerardo Carrera. El “Guaje” de Las Llanas ha sido otro d elos jugadores que ha mejorado progresivamente sus prestaciones con el transcurso de la temporada. Perfecto complemento de Jito en la dupla atacante del Sestao, se muestra siempre bullicioso, atento al desmarque en ruptura, sin olvidar las exquisitas notas de calidad que deja en cada partido.

Juan Ángel Seguro. El mediapunta de origen mexicano ha sido el comodín utilizado por Viadero para ​cualquiera de las tres posiciones en la mediapunta, ya sea desde el centro o desde uno de los flancos.

Mohamed Silas. Con medio pie fuera del equipo en pretemporada, el atacante saharaui terminó por convencer a Viadero y quedarse con la última ficha de la plantilla. Su perseverancia en los entrenamientos y la frescura que puede aportar a la línea de vanguardia son sus mejores avales.

Jito Silvestre. Se ha ganado por méritos propios la etiqueta de estrella del equipo. Los 25 goles que le convierten en pichichi del grupo, ha permitido al delantero catalán romper todos los registros en su “segunda juventud”. Infalible desde los once metros, ni siquiera la acumulación de minutos le ha pesado a un futbolista que ha demostrado en Las Llanas ser algo más que un rematador de área.

Isaac Aketxe. Lastrado por las lesiones, el que fuera pichichi del equipo en sus dos anteriores campañas como verdinegro ha perdido protagonismo a la sombra de Jito. Sin embargo, su papel de revulsivo y su fama de “talismán” le hacen ser un hombre a tener en cuenta en los grandes momentos.

Unai Zulaika. La perla de la cantera del River ha sido el centrocampista de emergencia de Ángel Viadero para completar convocatorias, y aunque ya había debutado unos minutos la anterior campaña, podrá presumir de haber aportado su grano de arena en esta inolvidable campaña.

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