Los porteadores ya están listos para asumir su función en los próximos días. Los peores temores se ciernen a estas horas realidad a orillas del Miño. Allí, esa pequeña ciudad gallega de la que brota agua caliente y se ha convertido en los últimos años en paraíso termal, su equipo de fútbol padece en la UCI. Alejandro Estévez, el presidente hasta hace unas semanas, será el encargado de llevar a los juzgados el acta de defunción del club. Posteriormente, una juez encargará la disolución del club.

El Ourense no ha pagado los 164.000 euros adeudados a la plantilla, que denunció 5 meses sin cobrar ante la Asociación de Futbolistas Españoles. A las 12 del mediodía finalizaba el plazo que AFE y RFEF habían dado a los clubes para hacer frente al pago de la deuda. Reunidos en comisión, todavía no han decidido en un comunicado la decisión que tomarán, pero ya se sabe que el cuadro de As Burgas, no ha abonado la cuantía adeudada como adelantamos esta mañana por las redes sociales en @Ourense_VAVEL.

Esta falta de pagos condena a los rojillos al descenso administrativo a Tercera División. Un paso que llevará al cuadro rojillo a su disolución. Nadie apareció para asumir la presidencia y afrontar las deudas, parece complicado que alguien lo haga ahora, ya que los hándicaps son todavía mayores. La opción de Feijoo, de la que se había hablado en los últimos días, se diluyó. El empresario se prestaba a asumir la deuda con la plantilla, si Diputación y Ayuntamiento se hacían cargo posteriormente de la negociación con Hacienda y Seguridad Social, proporcionando avales.

Las instituciones ourensanas mostraron sus buenos deseos para la salvación del Ourense, pero ni movieron un dedo, ni proporcionaron un solo euro. Tampoco prestaron los contactos para buscar soluciones, ni mantuvieron reuniones con acreedores. Sí recibieron a los representantes de SOSCDOURENSE y les mostraron sus buenas palabras de colaboración, pero no sé pasó de ahí. Si los políticos dan la espalda cuando hay que apoyar, el futuro de una entidad local es complicado.

Este descenso dejará a Ourense como única capital de provincia sin equipo de fútbol representativo. La posibilidad de inscribirse en Tercera está presente, pero deberían llegar nuevos dueños, algo que en estos momentos es prácticamente imposible. La realidad es que los rojillos están clínicamente muertos, a la espera de que un juez determine su defunción en los próximos días.

La afición será la gran perjudicada de esta desaparición. Esos que nunca han fallado a su cita para apoyar al equipo en la distancia, en el estadio y hasta creando una plataforma para salvar el club. Esos que acudieron al llamamiento en la Plaza Mayor. Esos siempre llevarán al Ourense en el corazón. Porque para ellos el sentimiento ourensanista pervivirá en el tiempo y quizás algún día vean florecer un nuevo esqueje futbolístico en la ciudad.

El Pontevedra podría comprar la plaza

Donde ya se mueven para obtener el beneficio del descenso del Ourense es en la capital del Lérez. En los despachos de Pasarón se trabaja a destajo para obtener capital externo que permita adquirir la plaza, que rondará los 160.000 euros, en concepto por la adquisición de un puesto en Segunda B. Para ello, el Pontevedra deberá estar al día en los pagos y obtener los certificados de Hacienda y Seguridad Social. Varios jugadores comentaron tras la eliminación frente al Puertollano, que el club les adeudaba tres nóminas.

El siguiente en la lista de posibles candidatos será el Cerceda. La RFEF estipula en el reglamento de la competición que se sumarán los puntos de la fase regular y los de playoffs. Ahí los pontevedreses cobran ventaja, pero en caso de no cumplimentar la documentación, sería el conjunto coruñés el que podría obtener la plaza. En caso de renuncia, la plaza se otorgaría al conjunto gallego de Tercera que lo desease y sino la opción pasaría al Celta “B”.

Laudio y Noja descienden a Preferente

Otros dos conjuntos que perderán la categoría serán el Laudio y el Noja. Ambos equipos descendieron deportivamente a Tercera División, pero serán relegados a Regional Preferente. Los vascos no cumplieron con el pago de 200.000 euros adeudados. La curiosidad ha querido que este conjunto descienda la misma temporada que el Ourense, después de enfrentarse en la fase de ascenso que llevó a los gallegos a Segunda B.

Los cántabros tampoco cumplieron, tras una temporada en la que pasaron de ser uno de los candidatos a estar desahuciados por las deudas y la marcha de sus mejores jugadores.