A punto de cumplir 29 años, Mikel Méndez Gutiérrez retorna al Sestao River, club donde militara durante la temporada 2006/07 a las órdenes del entonces entrenador Carlos Pouso. Formado en el fútbol base de la S.D. Begoña, este rocoso defensa - al que desde crío apodaban el “Bombas”- continuó en los juveniles del Danok Bat, antes de ser captado por el Eibar para jugar en Tercera División con su filial en la campaña 2004/05. La temporada siguiente el modesto Zalla le daba la oportunidad de debutar en la categoría de bronce con 20 años, disputando un total de 28 partidos. Tras el descenso del club encartado Méndez aceptaría la llamada del Sestao para continuar en 2ª B, aunque su participación en el equipo verdinegro se vio reducida a sólo seis partidos. A partir de ahí el jugador barakaldés inicia un largo periplo por equipos de la región de Murcia, donde juega cuatro años repartidos entre Atlético Ciudad, Moratalla y Lorca Atlético. Tras un verano incierto que le hace pasar por las sesiones AFE, pasará a jugar en La Roda en 2011, año que le servirá para captar la atención de la secretaría técnica del Barakaldo, trampolín para regresar a Vizcaya. El futbolista confirma su madurez futbolística en el equipo de su localidad natal, pero su magnífica temporada no propicia su renovación con el club gualdinegro y decide sumarse al ambicioso proyecto del Real Avilés, club en el que acaba de terminar la temporada jugando los primeros playoffs de ascenso a Segunda División de su carrera.

PREGUNTA. ¿La ilusión que demuestra tras haberse anunciado su fichaje por el Sestao se debe más al hecho de regresar a casa o al de hacerlo a un club que ya le es conocido?

RESPUESTA. Pues por las dos cosas. A nivel personal te alegras de volver a casa, disfrutar de tu familia y del entorno en el que crecí. Además vuelvo a Sestao en una etapa diferente a la que estuve, y en la que creo que puedo aportar mucho más que entonces gracias a la experiencia que he cogido en todos estos años transcurridos.

P. Llega usted después de realizar una gran campaña en Avilés, club que parece estar “desmantelándose” este verano: Álex Arias, “Ito”, César Soriano, Nacho López, Cusidor y usted han causado ya baja. ¿Cómo valora su temporada allí, y lo que está sucediendo en el club asturiano?

"El día de Guijuelo fue una experiencia triste y que me marcó de mi año en Sestao"

R. A nivel personal ha sido un año algo diferente a los que viví por ejemplo en Barakaldo o La Roda. Fiché el último día de mercado, y llegué con la temporada ya empezada, habiéndose disputado ya un par de jornadas. Al principio el entrenador me hizo entrar en el equipo en el lateral derecho, por problemas físicos de un compañero, pero luego ya pasé a mi puesto natural que es de central, disputando en total 25 partidos. En lo colectivo creo que ha sido una gran campaña, dentro de un gran vestuario, rodeado de muy buenos jugadores. Se ha hecho un gran tramo final de liga, y en los playoffs sólo una tarde desafortunada en Llagostera nos impidió llegar más lejos. En esas circunstancias me parece normal que en un equipo con ese rendimiento, tantos jugadores buenos y jóvenes sean apetecibles para clubes de superior categoría.

P. En esa “desbandada” de jugadores a la que acabamos de aludir aparece el nombre de Cusidor, centrocampista recientemente fichado por el Barakaldo. Muchos pensaban que usted también llegaría de la mano de "Cusi" de vuelta a Lasesarre, y por ello se han sorprendido de que su vuelta a Vizcaya se concrete en el club vecino de la Margen Izquierda.

R. Personalmente te puedo decir que 'Cusi' es un gran jugador, y que desde hace días sabía que acabaría en Lasesarre. Con respecto a mí, tanto Alfonso (Del Barrio) como Ángel (Viadero) hablaron conmigo para comentarme su proyecto en el Sestao, sus planes de presente y de futuro para formar un gran equipo, con un buen vestuario y un bloque fuerte. Se puede decir que no me lo pensé dos veces y llegamos enseguida a un acuerdo para firmar por el River.

P. Regresas a Las Llanas siete años después. ¿Qué recuerdas de aquella temporada como verdinegro?

R. El 2006 fue un año muy bueno a nivel colectivo, porque, aunque no jugué mucho, pude aprender de un técnico como es Carlos Pouso, y de un vestuario con grandes jugadores como Del Olmo, Koikili, Arroyo, Añibarro... En lo negativo me quedo con el sabor amargo que nos dejó la última jornada de liga, en la que nos quedamos acariciando los playoffs de ascenso por primera vez en la historia del club. Llegábamos cuartos, e hicimos nuestros deberes ganando en casa del Guijuelo, pero la victoria del Palencia en casa del Real Unión de Irún provocó un triple empate entre los dos equipos y nosotros que nos dejaría fuera por el average. El día de Guijuelo fue una experiencia triste y la que más me marcó de mi año en Sestao

P. Apenas pudiste disputar 6 partidos con el River. ¿Dispuesto a sacarte la “espinita” de esa primera etapa?

R. Como te he dicho, había mucha competencia y era muy difícil jugar cuando Álvaro Martínez – hermano de Javi Martínez -, Elorriaga, Añibarro – hoy capitán del Éibar - y Koikili – luego jugador del Athletic - era el cuarteto defensivo habitual de ese año. Además yo llegaba del Zalla, con apenas 21 años, joven y sin mucha experiencia. Ahora será distinto, llego en una etapa de madurez futbolística y personal. Con la experiencia de más de doscientos partidos en la categoría creo que sé de que va esto del fútbol, y estoy convencido de que puedo aportar bastante al nuevo River.

"Levantarte y entrenar a 30 grados a las nueve de la mañana era lo que más acusé al llegar a Murcia"

P. Para vivir “por y para el fútbol” Mikel tuvo que emigrar fuera de Euskadi y acumular minutos y partidos, progresando en su carrera como futbolista. ¿Le costó adaptarse al fútbol y a la vida en tierras murcianas?

R. Pues sí, sobre todo al primer mes. Llegué con 23 años al Atlético Ciudad de Lorquí, y encontrarte solo, a 800 kilómetros de tu casa, fuera de tu entorno, cambiando tu rutina diaria, dependiendo de ti mismo para cosas mismas como cocinar… Luego, a nivel deportivo, también me afectó el cambio de clima: levantarte y entrenar a 30 grados a las nueve de la mañana era algo que acusaba al principio. Por lo demás fueron años muy buenos a nivel profesional, jugando casi todo en los tres equipos en los que estuve.​

P. Tras cuatro años en Murcia, en el verano de 2011 se ve obligado a recurrir al proyecto de sesiones AFE para jugadores sin equipo. ¿Nos puede contar algo de esa experiencia de la que también han sido partícipes en siguientes años nuevos compañeros de vestuario como Fernando Cabero y Raúl Domínguez?

R. La verdad es que acababa una temporada algo peculiar y complicada en Lorca. Terminamos salvándonos por los pelos y las circunstancias hicieron que me viera sin equipo. Gracias a AFE Tuve la oportunidad de participar con 21 compañeros en una especie de pretemporada para mantener la forma, no sólo entrenando y disputando partidos, sino recibiendo asesoramiento e información de todo tipo. Me llevé una grata sorpresa por el grupo humano – compañeros, entrenadores, médicos … - así como los campos de entrenamiento y las instalaciones que tuvimos a disposición durante esas dos semanas. Sólo tengo palabras de agradecimiento para la Asociación y animo desde aquí a los compañeros que lo necesiten a que se apunten, porque primero te hacen seguir sintiéndote futbolista, y luego – a la vista está – facilita que cada vez más compañeros encuentren equipo para jugar.

P. Afortunadamente acabó encontrando acomodo en La Roda, equipo donde confirmaría su progresión hasta el punto de llamar la atención de la secretaría técnica del Barakaldo y regresar a Vizcaya en el verano de 2012. ¿Se puede decir que su temporada en Lasesarre ha sido la mejor y más completa hasta el momento?

R. Puede ser, pero no me gusta valorarme, prefiero que me juzguen los demás: los aficionados, los medios de comunicación… Eso sí, los datos reflejan que fue un buen año a nivel individual y colectivo; jugué 34 partidos, el equipo acabó quinto a un paso de los playoffs, y a nivel defensivo estuvimos bien, siendo los segundos menos goleados del grupo. Sin embargo también había tenido otras buenas temporadas anteriormente, como la que ascendí a 2ªB con el Atlético Ciudad, o la de La Roda, que nos clasificamos para Copa con un equipo recién ascendido.

"Hubo conversaciones con el River el verano pasado pero ya lo tenía apalabrado con el Avilés"

P. Sin embargo, a pesar de su gran temporada no renueva con el Barakaldo, y tras no cristalizar el interés de equipos de Segunda División como Éibar o Alavés, termina fichando por el Real Avilés. Se especuló durante ese verano ya con un interés del Sestao por hacerse con sus servicios.

R. Pues sí, son cosas del fútbol. Uno tiene que mirar por sus intereses y no renové por el Barakaldo. Estuve entrenando con el Zamudio para no perder la forma, no terminaba de concretarse nada y al final me convenció la oferta del Avilés. Es cierto que hubo conversaciones durante el verano con Viadero y Del Barrio, pero cuando ya contactaron conmigo para ir más allá, era tarde porque lo tenía apalabrado con el equipo asturiano.

P. El hecho de que estos últimos años se esté moviendo en equipos que han jugado playoffs – Avilés y Sestao – o lo han rondado – Barakaldo – invita a pensar que los objetivos para la próxima temporada del nuevo proyecto de Viadero y Del Barrio debe de ser más ambicioso que la simple permanencia.

R. Bueno, no tiene por qué. Hay que tener en cuenta que tanto Barakaldo como Avilés tenían en común ser plantillas más o menos humildes, sin grandes individualidades pero con un gran vestuario que a base de trabajo y humildad hicieron grandes a su equipo. Creo que en el Sestao ha ocurrido este año así, y de igual modo deberíamos enfocar el próximo año: sin perder de vista la humildad, pero con la ilusión de repetir lo hecho la temporada pasada aunque sepamos de su dificultad. Primero amarrar la permanencia, y luego crecer poco a poco.

P. Todavía es reciente su etapa de jugador del Barakaldo, por lo que será inevitable que tanto en Las Llanas como en Lasesarre se le recuerde su pasado. Más allá de la clásica rivalidad en la Margen Izquierda, y a la vista de las muestras de cariño en su despedida de Avilés, ¿cree que la gente entenderá que usted es un jugador que se ha caracterizado allá donde ha estado en implicarse al máximo en el escudo que le ha tocado defender?

R. Me parece que como jugador, y también como persona, he destacado por valores como la disciplina, el trabajo y el sacrificio; en el equipo que esté “me parto la cara” en cada minuto de cada partido. Creo que por eso se me ha respetado y valorado en todos los clubes que he estado, pues cuando un socio paga un carnet, o un aficionado una entrada, tiene derecho a exigir que los jugadores de su equipo lo den todo en el campo.

P. A pesar de que le tocó jugar en un grupo diferente, no sé si siguió las evoluciones del River, sobre todo teniendo en cuenta que pudo ser rival del Avilés en los playoffs de ascenso a Segunda División. ¿Qué referencias maneja del Sestao de Ángel Viadero?

R. Como tú dices, al estar en otro grupo lo seguí principalmente por la prensa. Luego ya en los playoffs sí que vi sus partidos contra Albacete y Nàstic, pues, quieras o no, es un equipo de mi tierra y en el que había jugado. El River me pareció en líneas generales un equipo compacto y difícil de batir, con grandes individualidades en ataque como Jito, Josu y Álex García, un mediocampo donde destacaba el poderío físico de Diamanka, y gente sólida y veterana atrás como el mismo Cabero. Yo le veía con serias opciones de subir, pero en este tipo de eliminatorias, con equipos históricamente tan importantes, cualquier detalle y error se paga muy caro. Eso sí, lo que más me impresionó fue el ambiente que vi en los dos partidos en casa, con una afición volcada con su equipo, incluso cuando ya les habían eliminado. Me pareció ver mucha gente joven en Las Llanas, y es importante que se enganchen para que el campo se vea igual de animado en los partidos de liga.

"Siempre me he sentido identificado con Carles Puyol"

P. Usted será una de las incorporaciones de esta temporada que menos presentación requiera para los aficionados de Las Llanas. Defensa central disciplinado en el marcaje, contundente y rápido al corte, poderoso en el juego áereo y poco dado a complicarse la vida con el balón en los pies. A uno le parece que estuvieran describiendo al “Puyol de Las Llanas”.

R. Pues creo que has acertado, porque curiosamente ha sido mi ídolo futbolístico de toda la vida. Siempre me he sentido identificado con Carles Puyol, y no sólo por la posición y forma de jugar, sino por ser un jugador de garra, con una personalidad muy fuerte dentro del campo: siempre animando a los compañeros, corrigiendo posiciones, hablando con el árbitro… Como te decía antes, me podrán salir las cosas peor o mejor, pero lo doy todo en cada partido, y en eso creo que nos parecemos los dos.

P. En su carrera ha conocido el vestuario de muchos equipos, tenido a numerosos entrenadores, o sufrido a muchos delanteros a los que marcar. Aunque sabemos que es difícil elegir uno sólo, ¿podría quedarse con el nombre de un compañero en el eje de la zaga, un entrenador que le haya marcado en su carrera, y un delantero que se las haya hecho pasar especialmente mal en los terrenos de juego?

R. En cuanto a entrenadores no sabría decirte uno, porque todos me han hecho aprender algo y me han ayudado a mejorar como futbolista. Con respecto a un compañero en el centro de la zaga, me quedo con los dos últimos: Joseba Ariño, con el que formé una pareja muy sobria y efectiva en el Barakaldo, y Gonzalo, en el Avilés, que me parece un defensa de categoría superior. Finalmente he tenido muchos delanteros que me lo han hecho pasar mal, pero podría citarte las batallas a cara de perro con Tariq, cuando jugaba en el Granada, también a Rufino, el delantero centro del Toledo, que me dio mucho trabajo cuando jugaba en el Águilas.

P. Para concluir, usted ha vivido tres tentativas frustradas de entrar en playoffs, y esta última en Avilés, de ser eliminados en semifinales. En Sestao se acaba de vivir también esa extraña sensación de quedarse con “la miel en los labios” sin poder culminar una gran temporada. ¿Le tocará este año romper esa “racha”?

R. Pues sí. La primera vez fue precisamente la que comentaba anteriormente de mi etapa anterior en Sestao, que éramos cuartos en la penúltima jornada y acabamos quintos a pesar de ganar nuestro último partido. Luego también con el Atlético Ciudad perdimos el puesto de playoffs en las dos últimas jornadas. La tercera fue con el Barakaldo, que dependíamos de nosotros pero no fuimos capaces de ganar en Las Gaunas en la última jornada. Finalmente este año con el Avilés, conseguí romper el maleficio y nos clasificamos, aunque luego cayésemos en las semifinales de la fase de ascenso con la remontada de la Llagostera en el partido de vuelta. Ojalá se pueda culminar el próximo año lo que éste no ha podido ni el River como club ni yo como jugador.