Si hay una competición que invita a soñar, esa es la Copa del Rey. El torneo del KO se presenta como una maravillosa oportunidad para que los conjuntos pequeños hagan taquilla ante equipos de primer nivel y para dejarnos muchas sorpresas. Un formato, eso sí, que se está quedando obsoleto con el paso de los años y que perjudica seriamente al equipo pequeño, que debe solventar más eliminatorias, antes de obtener el premio de enfrentarse a un conjunto de la Liga BBVA.

Y es que ya ha echado a rodar el balón en las primeras eliminatorias de la Copa del Rey. Los equipos de Tercera División y varios de Segunda B entran en liza en esta primera ronda. Enfrentamientos directos entre 36 conjuntos, de los que la mitad, 18 accederá a una segunda ronda, en la que nuevamente, se volverán a cruzar entre ellos y con otros 7 clubes exentos de la primera ronda. Da la curiosidad, que en esa segunda fase, los conjuntos de la Liga Adelante, también jugarán entre ellos. Dos primeras rondas a partido único, antes de disputar una tercera, que diezme aún más el número de escuadras presentes cuando los equipos de la Liga BBVA procedan a competir.

Las voces que claman contra el formato, que se juega a partido único durante las tres primeras rondas, pero que no permite competir a los equipos de la categoría de bronce en igualdad de condiciones, ya que para acceder a esa fase final, deben superar tres rondas previas. Esas voces son claras y piden una competición similar a la FA Cup, en la que participan conjuntos de todas las categorías inglesas, con sorteo puro desde el comienzo y con un sistema a único partido, lo que fomenta las sorpresas entre los conjuntos más humildes.

A pesar de este sistema, son muchas las sorpresas que se han producido a lo largo de los últimos años. El caso más sonado fue el del Mirandés, que se plantó en unas semifinales de Copa, después de eliminar a Villarreal, Racing de Santander y Español. El cuadro de Miranda de Ebro estaba por aquel entonces en Segunda B. El Athletic de Bilbao se cruzó con ellos en semifinales, eliminándolos con contundencia en San Mamés, aunque el público bilbaíno se encargó de ovacionar la gesta de este humilde, que ahora navega por aguas de la Liga Adelante.

El año pasado, fue el Racing de Santander, que también militaba en la categoría de bronce, la gran sorpresa. Superó a Sevilla y Almería, pero en cuartos de final y tras el 3-1 de la ida cosechado ante la Real en Anoeta, el partido de vuelta se presentaba como una incógnita. La plantilla llevaba varios meses sin cobrar y el futuro de la entidad estaba hipotecado. La protesta de los jugadores se llevó a cabo en El Sardinero. Ante su afición, el conjunto cántabro se negó a jugar, pidiendo la marcha de la directiva.

Difícil también de olvidar, partidos de la década de los 90. Las famosas victorias del Toledo o Real Unión de Irún ante el Real Madrid o del Novelda frente al Fútbol Club Barcelona. Partidos, que por cierto, se jugaban en aquella época en un único encuentro en el campo del conjunto de menor categoría. Largas colas para comprar entradas y taquillas importantes, que servían para solventar una temporada.

Para dotar a la Copa del Rey de mayor encanto, el sorteo debería ser puro y en el que entrasen todos los clubes en igualdad de condiciones. ¿No les parece una bonita estampa ver al Barcelona recorrer algún campo de Tercera División o al Real Madrid enfrentándose a un conjunto de pueblo pequeño? La posibilidad es real, solo falta que los que mandan tomen nota y realicen un trueque de los estatutos. 7 serán los conjuntos que obtengan el premio de enfrentarse a un equipo de Primera División. Pocos y valientes y llegarán desgastados tras tres rondas en la que la ilusión pueden más que las piernas.

La pretemporada deja paso a la competición oficial, pero la Copa carga de partidos entre semana. Una distracción en ocasiones para plantillas cortas, pero que permite a futbolistas de las categorías inferiores estrenarse. La opción de jugar contra los mejores jugadores de la Liga es una motivación extra. Un premio, a pesar del formato y de la dureza para alcanzar la meta. La competición ya está en marcha y solo queda aguardar alguna sorpresa. La Copa tiene encanto, tan solo hay que explotarlo.

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Sobre el autor
Javi Taboada Valdés
Licenciado en Periodismo por la Universidad de Valladolid y con Máster en Periodismo Deportivo de Mediapro por la URJC. Podría decir que desde muy pequeño tuve claro que el Periodismo sería mi vida. He colaborado en numerosos proyectos online y radiofónicos. VAVEL se une a la lista.