Que el salto de la Tercera División a la 2ª B resulta complicado es algo que nadie pone en duda, y menos en el caso de un equipo, como el Trival, que ya sentía algo de vértigo en la categoría inferior. Por eso el arranque de temporada de los del barrio de Valderas había sido más bien pobre, con dos derrotas en otros tantos partidos y ni un solo gol anotado. Otro recién ascendido, el modesto Socuéllamos, parecía el rival idóneo para cambiar la tendencia, pese a que llegaba imbatido a La Canaleja.

El partido entre tricolores y blanquiazules podría definirse como un intercambio de golpes, pero en el sentido más literal del término. Los nervios, o más bien el pánico a perder, impedían a los jugadores de ninguno de los dos bandos desplegar el buen fútbol que pudieran ser capaces de ofrecer. Las defensas recurrían sistemáticamente al patadón; las delanteras, a la galopada estéril; y el centro del campo, por ambas partes, estaba más pendiente del contacto con el rival que con la pelota. Era el típico encuentro que aman los defensores del juego recio y viril, pero que raramente llenará estadios.

Tras unos minutos de tanteo en que ninguno de los dos se decidía a tomar la iniciativa, casi a primera hora llegó el gol que abrió y cerró el marcador. Lo anotó Robert, aprovechando un centro al área pequeña de Óscar que ni el portero ni ninguno de los muchos zagueros azules fue capaz de despejar. No será un tanto que pase a la posteridad en un recopilatorio de YouTube.

La jugada, aparte de ponerles por debajo en el marcador, trajo otra consecuencia negativa para los manchegos: la lesión del lateral izquierdo Zurdo (promete el cronista que es su nombre de guerra real, sin juegos de palabras), que hubo de ser sustituido con menos de un cuarto de hora en el cronómetro. Algo confusos y desorientados, tardaron bastante en reaccionar los hombres de García Cosín, que se hicieron con el balón en torno al círculo central pero a duras penas lograban crear peligro en las inmediaciones de Kike.

El descanso no sólo no cambió el guión, sino que estuvo a punto de redoblarse la ventaja local, pese a que Noguera, el jugador más talentoso de los alcorconeros, se quedó en el vestuario. Los acercamientos tricolores por los costados, fruto de las rápidas internadas de Óscar por estribor y de Herrero por babor, hicieron trabajar a Bocanegra (que ya en el primer tiempo había tenido que volar para sacar un balón justo sobre la línea de gol) más de lo que hubiera deseado, y por fortuna para los suyos, con más acierto que en la primera mitad. También probaba el Socuéllamos a acercarse de vez en cuando al área contraria, aunque con mucha timidez: a falta de un lanzador en largo y de un extremo trotón, se atascaba en la maraña de golpes y patadas de la línea central.

Juego brusco y arreglos tardíos

El colegiado, lamentablemente, no tuvo la mano dura suficiente para cortar a tiempo el juego subterráneo, que hacía visitar a menudo el suelo a jugadores de uno y otro equipo (en algunos casos, con beca de algún estudio de arte dramático). Y cuando se decidió a actuar, lo hizo a lo bestia. Una de tantas tanganas, en la que quizás algún golpe fue más fuerte de la cuenta, se saldó con roja directa para Joaquín, que apenas llevaba media hora sobre el césped. Ni con esas se calmaron los ánimos: el señor Alonso tuvo que sacar a volar su cartulina amarilla en repetidas ocasiones.

Era de esperar que a última hora los de Ciudad Real intentaran poner remedio a todo lo que no habían sido capaces de hacer durante los ochenta minutos anteriores, aprovechándose de su superioridad numérica. En estos casos lo que suele ocurrir es que la tensión recalienta en exceso la sangre fría que se necesita para conseguir el objetivo. Y eso que estuvo a punto, con un balón largo para Calle que éste no llegó a rematar por muy poco antes de que la defensa local se le adelantara. Javi Bolo, el cambio en la delantera que tan insistentemente pedía la numerosa hinchada visitante, salió cuando ya era demasiado tarde.

Así las cosas, el pitido del árbitro cerró un partido no brillante, pero sí intenso y entretenido, que se saldó con la primera victoria del Trival en su historia en Segunda B. Esto, aparte del hito histórico que contarán los abuelos del barrio a sus nietos, supone no sólo una inyección de moral para la plantilla, sino un balón de oxígeno para salir, al menos momentáneamente, de las catacumbas de la clasificación. Los socuellaminos aún deberán esperar un poco para ver el momento de gloria de los suyos en esta categoría.

Puntuaciones Segunda División B VAVEL

LOCAL (1) VISITANTE (0)

TRIVAL VALDERAS

UD SOCUÉLLAMOS

Kike 7 Bocanegra 5
Raúl 6 Carlos García 6
Herrero 7 Salva 5
Juanma 7 Pelegrina 6
Propín 7 Zurdo SC
Cruz 5 Jesús 5
Óscar 8 Ocaña 6
Gonzalo 6 Berni 4
Palacios 6 Juanma Ortiz 7
Noguera 6 Kike Domínguez 5
Robert 7 Calle 5
Suplentes
Altares 5 Santi Cabeza 5
Joaquín 3 Chato 5
Mínguez 5 Javi Bolo 5