Cuatro jornadas han pasado del campeonato en Segunda B y tan solo un único equipo cuenta sus partidos por victorias. Un conjunto que ya se convirtió en una de las revelaciones la pasada campaña, llegando a jugar el playoff de ascenso, tras una temporada brillante. El Leganés, que terminó ascendiendo, se cruzó con ellos en la primera eliminatoria.  Tras empatar 0-0 en la ida, los madrileños resolverían en la vuelta en Butarque, despertando del sueño a nuestro club protagonista.

Por si alguien todavía no se ha dado cuenta, el club que nos atañe es el Club Deportivo Guijuelo. Los chacineros, de la mano de Rubén de la Barrera, se convirtieron en una máquina de jugar al fútbol. Un estilo propio, basado en el dominio del esférico, en hacerse fuertes en casa y en presionar las salidas de balón del rival. A ello, se unió el buen hacer de una zaga contundente y rápida al corte. Un club que había estado al borde de no salir a competir unos meses antes, se convertía en la gran revelación de la temporada.

Rubén de la Barrera se marchó este verano al Real Valladolid Promesas. Un nuevo proyecto para el filial blanquivioleta, recién llegado a la categoría y con el que el técnico gallego, ya trabaja a destajo para alcanzar resultados. Fernando Estévez asumió el mando en verano y con un estilo similar al del anterior preparador, ha conseguido sacar lo mejor de sus chicos en los cuatro partidos ligueros. El único borrón llegó en Copa del Rey ante el Hospitalet, pero el buen hacer en Liga deja este pequeño tropezón en un segundo lugar.

El Guijuelo, al que muchos pronósticos no lo daban como favorito, se ha vuelto a hacer con la vitola con trabajo sacrificio y espíritu cholista. Como lo oyen, el lema del “partido a partido”, también ha llegado a tierras salmantinas. Un conjunto que combina juventud con veteranía y que no cuenta con ninguna gran estrella. Sus inversiones en fichajes son nulas, salvo por futbolistas que llegan con la carta de libertad o cedidos por otros clubes.

Este fin de semana el conjunto de Estévez se mide al Real Oviedo. El histórico club carbayón es la contraposición económica al conjunto salmantino. Cuentan en su plantilla con futbolistas que han jugado en Primera División, con un presupuesto que casi cuadruplica a los chacineros, con una masa social 13 veces superior, pertenece a una de las ciudades más pobladas del norte peninsular y sus jugadores son en su mayoría de los mejor de la categoría a nivel futbolístico.

El Nuevo Carlos Tartiere acogerá el domingo el partido entre David y Goliat. Lo que muchos no sabrán es que David en estos momentos puede hablar de tú a tú al gigante. El año pasado fue un claro ejemplo. Los salmantinos pelearon por ascender y los ovetenses no pudieron acceder al playoff final. Un choque a priori complicado para los líderes, que quieren seguir contando sus partidos por victorias.

Guijuelo está de moda en la categoría de bronce. Los chacineros buscarán prolongar su racha una jornada más. El estilo que implantó Rubén de la Barrera se ha prolongado y la ilusión es máxima en tierras salmantinas. El público ha llegado incluso a pedir mejor juego a sus futbolistas, después de que en el choque ante el Somozas, el partido y la victoria se complicase en exceso, aunque acabó llegando. Ya saben el dicho: “nunca llueve a gusto de todos”.

Racing de Ferrol, Marino de Luanco, Castilla, Cartagena o Sporting "B", la contraposición

Sí el Guijuelo se postula un año más como revelación. Varios son los clubes que no han arrancado como esperaban y ocupan puestos de descenso a Tercera División. El caso más sangrante es el del Real Madrid Castilla de Zidane. El filial madridista ha sumado su primera victoria este fin de semana frente al Trival Valderas. Los pupilos del francés contaban sus partidos por derrotas, pero con mucho sufrimiento, terminaría sumando los tres puntos el pasado domingo. Un conjunto que llega de la Liga Adelante, pero lejos de dominar con canteranos y jóvenes que buscan un futuro en el primer club, parecen inmersos en momenots delicados.

Uno de los casos más sonados en el grupo I, es el Racing de Ferrol. El conjunto gallego, que de la mano de José Manuel Aira finalizó la pasada campaña en segunda posición, ha arrancado de la peor de las formas. Dos derrotas y dos empates para un conjunto que se reforzó en verano para coinvertirse en referencia, pero que no ha carburado en el arranque. La marcha de Aira a Murcia, trajo al banquillo ferrolano a Manolo García, que de momento no está dando con la tecla. Y eso que el cuadro departamental se ha reforzado con nombres de lujo, como Joselu, máximo goleador la pasada campaña en el Compostela.

Marino de Luanco, que la pasada campaña peleó con los mejores o el Cartagena del grupo IV, son otros de los ejemplos de equipos que viven horas bajas. El único conjunto que hasta ahora no sabe lo que es sumar es el Sporting “B”. El filial asturiano se encuentra en un proceso de cambio, después de que varios futbolistas hayan pasado a formar parte del primer equipo, además del técnico Abelardo, que ya lo hizo en el mes de mayo.

La Segunda B, como ven, no es ajena a las sorpresas ni a los tropiezos. Una categoría complicada, dura y en la que no por realizar una potente inversión, esta se traducirá en ascenso. Un territorio difícil de domar y en el que los rivales acechan en cada esquina.