El líder, el gran líder, el todopoderoso líder; el único capaz de marcar 12 goles en 3 partidos se plantaba en Mallorca preparado para seguir en lo más alto de la clasificación. El Mallorca B no tenía miedo; es más, veía en el Espanyol B una gran oportunidad para resarcirse de los malos resultados y dar un golpe sobre la mesa. Planagumà alineó a sus fieras pero el Mallorca B consiguió amansarlas.

No se esperaban demasiados goles en la isla. Un equipo desafinado buscaba la melodía de los 3 puntos. El planteamiento que se le presuponía al enfrentarse al máximo goleador del Grupo 3 era cerrar líneas y aprovechar las oportunidades que se le fueran planteando durante el partido. La seña de identidad de los periquitos es la posesión así que los mallorquinistas debían esperar al fallo de su poderoso rival.

Carmona justifica su titularidad

El estado del terreno de césped era pésimo y el balón no corría con rapidez. La defensa del Mallorca B se aprovechaba de esto y no dejó que el Espanyol B tocara el balón. Los periquitos tenían dificultades pero Adrià Carmona aprovechó un balón al espacio e hizo el primer gol del Espanyol B. El ex del AC Milan respondía de nuevo a su titularidad tras unos partidos saliendo desde el banquillo.

El conjunto catalán comenzó a rendir con más precisión gracias al gol de Carmona; sin embargo, el colegiado señaló el punto de penalti a los pocos minutos del tanto periquito. Sergio cogió el balón, lo plantó y batió a Andrés, que no pudo parar el penalti como ya hizo contra el Zaragoza B en la pasada jornada.

El empate brillaba en el marcador, no como el fútbol. Un césped alopécico respondía maleducadamente al juego de ambos equipos, que no podían hacer otra cosa que esquivar los agujeros del terreno de juego mientras desplazaban el balón con dificultad.

En el reanudamiento la historia siguió igual. La lluvia caía y embarraba el verde, que cada vez era más marrón, para pintar un escenario épico para la que se avecinaba. Mientras se gestaba el arreón mallorquinista las ocasiones fueron inexistentes.

De la nada apareció Cedric. El nigeriano se coló dentro del área periquita y adelantaba por primera vez al Mallorca B. El Espanyol B no se deshizo tras encajar el gol y siguió intentándolo. A falta de pocos minutos para el final apareció el de siempre. El “rifle” volvió a disparar una vez más para reafirmarse como pichichi del equipo y de la categoría. Jairo Morillas salió al rescate del Espanyol B con una gran definición tras aprovechar un pase milimétrico al área.

Ni Cedric ni el Mallorca B se rinden

Todo parecía condenado ya al empate. No quedaba tiempo, el Espanyol B acababa de marcar y el Mallorca B se iba a llevar un valioso punto. Para desgracia de los blanquiazules el filial bermellón iba a atacar una vez más para llevarse todo el premio.

Cedric supo ver el mal entendimiento entre Raíllo y Héctor Rodríguez para aprovecharse de un balón dividido que acabaría costando la primera posición al Espanyol B. Ver para creer. Pese a ser un partido lento los de Planagumà habían podido marcar varios goles y honrar a su fama de goleadores pero unas veces por Royo y otras por mala fortuna los espanyolistas se quedaron sin poner tierra de por medio; algo que acabaron pagando caro.

Olaizola y Cedric salen por la puerta grande de Son Bibiloni. Técnico y jugador ya son pedidos para el primer equipo bermellón. Lo que parecía una utopía se ha convertido en una gesta. Los puntos conseguidos de manera valiente son más que preciados para el Mallorca B, que escala varias posiciones y ya mira a las cercanas posiciones de ascenso. Por otra parte, el Espanyol B vuelve a ser sorprendido por un filial con problemas. Otra vez en un desplazamiento que les acaba costando el liderato. Hasta el rabo todo es toro.