Cierto es que no ha transcurrido ni el ecuador de la primera vuelta y para más inri en esta categoría las diferencias entre los diversos equipos no son excesivamente grandes, lo cual hace que la Segunda B sea una tremenda carrera de fondo. Por lo tanto, puede parecer prematuro hablar de dudas, urgencias, etc. Pero no por ello se debe evitar señalar que el Marino de Luanco no ha comenzado nada bien el campeonato.

Siete jornadas transcurridas y el equipo luanquín no conoce la victoria, la derrota de esta jornada ante el Tropezón finalmente los ha situado en zona de descenso. ¿Qué está fallando? Quizá entrar en las causas profundas sea un poco atrevido, pero sí se puede vislumbrar a nivel descriptivo lo que está fallando en cada partido. 

El Marino, el menos goleador del Grupo I

Si algo hay que destacar por encima de todo es la falta de gol. Es el equipo menos goleador del Grupo 1 junto con el Somozas, precisamente ambos equipos se encuentran antepenúltimo y penúltimo respectivamente en la clasificación. Sin embargo no se ven esas carencias en la parte defensiva, 7 goles han recibido. Es una cifra muy aceptable teniendo en cuenta que el Real Oviedo, líder del grupo, ha encajado los mismos goles. 

Falla la parte de arriba, pero... ¿en qué falla? La irregularidad de los hombres destinados a ser protagonistas en esa faceta del juego. Alan Ávila, fichaje joven que empezó muy bien el campeonato con un gol en la primera jornada ante el Coruxo. Su efecto fue disminuyendo, así como su papel en el once del que finalmente se ha caído en las últimas jornadas. Omar, procedente de la liga griega, es otro hombre llamado a llevar el peso en ataque. También comenzó la temporada con buenas actuaciones, con gol incluido ante el Lealtad. De nuevo aparece otro efecto gaseosa. Naya, jugador que ya aportó goles en la categoría en otros equipos asturianos, tardó en entrar en la dinámica del equipo y hasta el momento no está siendo una referencia necesaria en ataque. Tres figuras que deben despertar y ganar en regularidad. 

Falta de constancia en el rendimiento colectivo

Los recursos ofensivos de un equipo no sólo se basan en su primera línea de ataque, los hombres de segunda línea suelen cobrar una notable importancia. En el paupérrimo balance atacante del Marino, precisamente es esa segunda línea la más goleadora. En ella destaca el último fichaje asturiano, Fran Pastor. El madrileño, que se desenvuelve por la banda derecha, culminó varios partidos demostrando buenas maneras y lo redondeó con un doblete ante el Astorga. Pero siguiendo la dinámica de los demás su rendimiento bajó y lleva dos partidos consecutivos ciertamente desaparecido. 

Se observa un factor común, la falta de constancia en el rendimiento. Una irregularidad que hace que el equipo no logre esa cohesión tan necesaria para obtener la chispa en ataque. 

Quirós afirmó hace unos días que ningún equipo les había pasado por encima. El problema es que el Marino tampoco pasó por encima de nadie. A su inoperancia ofensiva se le unieron varios fallos de concentración en defensa. En la primera jornada ante el Coruxo los tres puntos estaban a punto de viajar para Luanco, pero un fallo defensivo casi con el partido finiquitado hizo que los puntos volasen. Hay que destacar también el partido en casa ante el Lealtad, otro regalo provocó que se siguiesen perdiendo puntos. No se observa que la defensa falle como bloque, son fallos individuales que salen muy caros si no consigues aportar en la otra portería.

La experiencia, el mejor aval de este equipo

¿A qué se debe agarrar el Marino para salir de esta situación? La experiencia, el mejor aval de este equipo. Es un clásico de la categoría y sabe manejarse en estas situaciones. José Luis Quirós es la personificación de esa experiencia en el banquillo, tras muchos años en el Marino de Luanco no le resultará nuevo lidiar con estos contratiempos. Por lo tanto, experiencia y la estabilidad de un plantel asentado en la categoría debe ser la base para remontar este inicio negativo.