El ascenso a Segunda División. Un sueño durante años buscado por el Real Unión, algo que fue perseguido desde el primer play-off en la temporada 02-03, con eliminación al Athletic Club en Copa del Rey incluida... pero que desbarató la Gramanet. Otro play-off en la 04-05... que el Lorca se llevó. ¿A la tercera iría la vencida? Esta vez no. Era la 2006-07, primera eliminatoria de dos para el ascenso y el Alicante se lleva el pase en la prórroga, pero todavía quedaba un cartucho en la recámara.

Todo comenzaría un 31 de agosto de 2008, primer partido de la temporada frente al Valladolid B en el Stadium Gal de Irún. Solamente un gol bastaría para dar comienzo al mejor año del club en el siglo XXI, el preludio a una temporada mágica. Desde la jornada décima, el líder del grupo I de la Segunda División B no varió. El Real Unión se hacía cada vez más grande y la categoría de bronce cada vez más pequeña. La brecha que separaba al líder con la Cultural Leonesa, segunda de grupo, llegó a ser de 12 puntos, hasta la jornada 35, que el cuadro fronterizo logró el primer puesto matemático.

La temporada iba sobre ruedas, pero la guinda llegó mucho antes de terminar el pastel... Una competición ilusionante para esos equipos de plata y bronce, una oportunidad de que su nombre retumbase en todo el panorama nacional (y quizá internacional). La Copa del Rey. Desde un 11 de noviembre de 2008 la imagen que le evoca a un irunés la competición del KO es la eliminación al Real Madrid. ¿Quién podría olvidar algo así? La fiesta ya comenzó el 30 de octubre de ese mismo año, cuando la victoria por 3-2, solamente ensombrecida por la caída de Rubén de la Red que supuso el último partido de su carrera, daba la oportunidad de soñar a los locales con esa eliminación... Los goles de Juan Domínguez (2) y de Iñaki Goikoetxea superaban a los de Higuaín y Saviola. ¿Por qué no? Si lo hicieron una vez, lo pueden hacer otra. El escenario es más imponente, más difícil...pero ya se comprobó que sí se puede.

Y efectivamente se pudo. El hat-trick de Raúl junto al golazo de Bueno que ponía el balón en la escuadra derecha del marco de Eduard les servía al conjunto merengue contra la magnífica volea de Paúl Abasolo (0-1), el increíble pase en profundidad de Manu García y la milimétrica definición de Asier Salcedo (1-2). Les servían... 4-2 en el marcador. Minuto 89. El conjunto unionista necesitaba un gol para clasificarse. Iñaki Berruet escorado en el centro del campo. Levanta la cabeza y ahí lo vio. Cuelga el balón en el área con potencia. De la nada surge una cabeza... la de Eneko Romo. Se eleva entre la zaga blanca para poner uno de los mejores testarazos jamás vistos en el Bernabeu en el fondo de las mallas, fuera del alcance de Dudek. 4-3. Locura desatada. Finaliza el encuentro y la afición local solo pudo deshacerse en un mar de aplausos. David venció a Goliat. El primer equipo de bronce en eliminar al todopoderoso Real Madrid en un partido a ida y vuelta estaba ahí.

Había que volver a la realidad, recordar el verdadero objetivo de la temporada... los play-offs, pero existía una figura en el vestuario que pondría los pies en la tierra al equipo txuribeltz: Iñaki Alonso, el general del ejército irundarra. El director de la sinfónica de Irún. El profesor de la escuela fronteriza. Aquel que significó tanto para Irún y que guarda uno de los mayores huecos en el corazón del histórico equipo del Stadium Gal.

Lo consiguieron. Volvían por cuarta vez en ocho años a jugarse el ascenso. Primero contra el Cádiz. El ganador se llevaría toda la gloria... que acabó en el sur. El Cádiz lograba el ascenso a Segunda. Pero no acabaría así. No podía pasar. No podían quedarse a las puertas otra vez. A la cuarta sí iba la vencida. Había otra posibilidad al haber sido primeros de grupo. Primero le tocó al Sabadell, que tras ser derrotados en casa por 0-1 y un empate a 1 en el Stadium Gal, decían adiós y despertaban del sueño. Solo quedaba una oportunidad. No podían fallar. Nueva misión: destino, Alcorcón. Tras un empate a 0 en la capital, se lo jugaban todo a un solo partido. Pero hay algo ajeno a las capacidades de los equipos, la afición. Más de 6.000 personas alentando y uniendo su voz con un propósito común. 3-1. Final del partido. Lo lograron.

Actualmente añoran esta temporada que les hizo soñar y ver al Real Unión como antaño, cuando triunfó en la Copa del Rey, cuando militaba la Primera División española... Cuando era un grande a nivel nacional. Pero el tiempo pasa, el deporte se convierte en negocio, y cada vez son menos los equipos que pueden dar la campanada. A pesar de ello, siempre habrá equipos que superen las barreras económicas (véase Eibar) y siempre seguiran recordando este momento y soñando con que algún día... vuelvan a repetir la heroica hazaña protagonizada por un equipo pequeño y grande a la vez.