Tras vencer el primer partido en casa de esta temporada, el racinguismo espera con expectación el próximo encuentro que el club departamental disputará en Mareo ante el Sporting B, actual colista de la categoría, con tres empates y cinco derrotas en sus ocho partidos disputados. La afición ferrolana se pregunta si lo del pasado domingo habrá sido un verdadero punto de inflexión y el equipo empezará a escalar posiciones jornada tras jornada o si por el contrario mantendrá la línea irregular con la que ha comenzado la competición liguera.

La reaparición tras su baja por lesión de un Pablo Rey pletórico en la primera parte ante el Oviedo, la mejoría jornada tras jornada de Marcos Álvarez tras superar sus problemas de ansiedad, el asentamiento en el centro del campo de un jugador como Adrián Cruz que está llamado a marcar diferencias, unidas a la seriedad defensiva del equipo en los tres últimos partidos, en los que solo ha encajado un gol y fue en el tiempo de descuento ante el Oviedo, son motivos de sobra para creer que el equipo comenzará a mirar hacia los playoffs de ascenso, objetivo irrenunciable de la temporada. Si a todo ello se le suman los goles de Joselu, que todavía no ha estrenado su casillero pese a trabajar a destajo en cada partido, la sufrida afición verde puede mirar al futuro con moderado optimismo. El jugador ribeirense llevaba a estas alturas de la temporada pasada tres goles con el Compostela, uno de ellos de penalti, mientras que esta temporada su único gol en partido oficial llegó en la goleada ante el Atlético Astorga en la primera ronda de la Copa del Rey.

Si echamos un vistazo a los números que presentaba el Racing la temporada pasada en la octava jornada, podemos ver que prácticamente son idénticos respecto a esta. Dos victorias, cuatro empates y dos derrotas en las ocho primeras jornadas tanto la temporada pasada como esta, 10 goles a favor y 8 en contra en esta por los 11 a favor y 9 en contra de la anterior… Registros prácticamente calcados. Al igual que la temporada pasada, el Racing consiguió su primer triunfo en A Malata en la octava jornada ante el equipo que llegaba como líder, el Real Oviedo este año y el Zamora CF el año pasado, y en ambos casos con goleada, 4-1 y 3-0 respectivamente. La única diferencia respecto al pasado curso es que estaba ligeramente más cerca de los primeros clasificados, a cuatro puntos del cuarto clasificado y a seis del líder, mientras que este año está a seis puntos del cuarto y a nueve del líder. Bien es cierto que también está un poco más alejado de la zona baja de la clasificación este año, a cinco puntos, por los tres puntos de diferencia que le separaban de los puestos de descenso la temporada pasada.

El Racing encandenó el año pasado tras vencer al líder Zamora una racha de ocho triunfos consecutivos en casa que lo catapultaron hacia los cuatro primeros clasificados, entre los que se situó a partir de la jornada 14 de la competición y ya no se movió de esas primeras plazas hasta que finalizó la liga. Unos registros que espera repetir este año, en los que tiene dos jornadas más por delante, ya que el año pasado el grupo lo conformaban 19 equipos por los 20 de esta temporada.

Lo que está claro es que por lo de pronto los ánimos de la afición se han calmado, ya que hasta la fecha toda la parroquia estaba con un gran disgusto. La presión sobre unos jugadores de los que se espera mucho se ha visto disminuída y el equipo preparado por Manolo García a buen seguro que está trabajando con mucha más tranquilidad durante esta semana tras el triunfo cosechado, con vistas a lograr la segunda victoria consecutiva el próximo domingo en tierras asturianas, que le ayude a despegar en la clasificación.