La Unión Balompédica Conquense ha celebrado su asamblea general ordinaria con la aprobación de las cuentas de la pasada temporada, el presupuesto para la presente temporada y con el punto estrella del estado de las obras de La Fuensanta.

Una asamblea marcada por la presencia de un representante de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha y otro del Ayuntamiento, en ausencia del Consejero de Deportes de la JCCM y al alcalde de Cuenca, que habían confirmado su asistencia y finalmente no han asistido. En su lugar, han estado presentes el teniente alcalde de Cuenca y Rogelio Pardo, representante de la JJCM. 

Los puntos del día han sido solventados sin mayor problema, siendo positivo tanto la aprobación de las cuentas de la pasada temporada como el presupuesto para la presente. Unas cuentas que terminaron la anterior temporada con 500.000 euros de ingresos, algo que hace un superávit de casi 100.000, con los que el club solventó deudas atrasadas.  

En este superávit, están los ingresos procedentes del  traspaso de Borja Lázaro al Almería y el cobro de un premio atrasado. Por otro lado, las cuentas para esta temporada, tal y como ha dicho Jesús Fernández, serán de unos 415.000 euros para el primer equipo, a lo que hay que sumar unos 80.000 para los equipos inferiores.

El punto álgido ha llegado con el punto fuerte de la junta, el estado de las obras y la situación de la Fuensanta. Tras explicar el presidente la delicada situación en la que se encuentra el club, han tomado la palabra el teniente alcalde y el delegado de la Junta en Cuenca. En este punto, se ha estancado la asamblea, ya que el Ayuntamiento dice estar dispuesto y tener dinero para afrontar las obras, pero no depende de él hasta que no se resuelva la situación contractual con la empresa constructora.

Por su parte, Rogelio Pardo se ha mostrado menos decidido y no ha dejado nada en claro, creando la indignación de los socios asistentes que le han reprochado la situación en la que se encuentran las instalaciones de la Fuensanta a día de hoy. De tal modo, ha concluido el acto, sin dejar nada claro sobre el futuro de un estadio que, como el propio presidente ha dicho, tiene muchos déficits de seguridad.