Goleada del Real Madrid, que tiene medio pase a octavos en el bolsillo. Sin embargo, la apuesta del Cornellà fue muy valiente. Lejos de quedarse atrás a esperar la ocasión, los de Jordi Roger intentaron dominar el balón y buscar ocasiones de gol. Lo cierto es que, exceptuando alguna fase del segundo tiempo, los blancos fueron amos y señores del balón durante todo el partido.

El Cornellà había hecho historia llegando a dieciseisavos de final de la Copa del Rey. Un equipo debutante en la competición liguera, que hace unos años ni siquiera pensaba que podría enfrentarse a un equipo de Primera División en partido oficial. Premio más que justo para los verdes, que recordarán este año 2014 como uno de los mejores de toda su historia.

El balón parado mata al Cornellà

Si alguien destacó en la primera mitad, ese fue Varane. Dos goles absolutamente iguales, aunque con asistentes diferentes, valieron al Real Madrid para adelantarse en sendas ocasiones. El Cornellà estaba muy bien posicionado y los delanteros blancos no eran capaces de entrar en el área con peligro y solo hacían daño con centros.

Por parte de los locales, Joel Marín se dedicó a recuperar muchos balones en la banda derecha del ataque verde y era uno de los hombres más activos del conjunto de Jordi Roger. El mayor peligro del Real Madrid llegaba por la banda izquierda. Pero a los diez minutos de juego, Varane remataba a gol un saque de esquina.

El gol aún aumentó el dominio blanco, que seguía controlando totalmente el partido, y los jugadores cornellaneses no eran capaces de robar el balón, y cuando tenían la posesión apenas le duraba unos segundos. Pero en una contra, una gran acción de Óscar Muñoz, desembarazándose de Arbeloa con el cuerpo, se quedaba sólo ante Keylor, que no pudo hacer nada para resolver el mano a mano. Empataba el Cornellà ante la locura del sector verde de la grada.

Con el empuje de la grada, los de Jordi Roger estaban más enchufados que nunca, y aún pudieron ponerse por delante en un par de jugadas con Pep Caballé como protagonista. Pero superada la media hora de partido, un centro-chut de James lo desviaba a córner Segovia y, en ese mismo saque de córner, Varane volvía a saltar más que nadie para batir al guardameta verde.

La pegada blanca

La segunda mitad fue algo más igualada. El Real Madrid buscaba la sentencia ante un Cornellà que se abrió un poco más intentando igualar el partido. Josele intentó montar una contra sin éxito. Y un error de Varane pocos minutos después casi consigue aprovecharlo Óscar para quedarse sólo ante Keylor. Sin embargo, un barullo en el área, sin peligro para el Cornellà, acabó aprovechándolo Chicharito para conectar un tiro cruzado imposible para Segovia.

A partir de aquí, los blancos cedieron el balón a un Cornellà que no se lo pensó e intentó la épica. Un centro de Joel que atrapaba Keylor Navas, y un saque de falta en el semicírculo del área madridista, que despejaba la defensa, eran las ocasiones más claras de un Cornellà que dominaba el encuentro ahora. Sin embargo, una jugada personal de Isco terminaba con un disparo que desviaba Segovia con la mala suerte de que ahí estaba Marcelo para disparar a puerta vacía y culminar la goleada.

El partido bajó de intensidad. Los blancos no querían hurgar en la herida de la fiesta verde y los de Jordi Roger lo intentaban, sobre todo con un Gallar muy inspirado saliendo desde el banquillo. Al final, no hubo sorpresas y el Real Madrid se vuelve a la capital de España con una buena ventaja que podría ser casi definitiva.

Lejos de estar enfadados con el resultado, los aficionados verdes aplaudieron y ovacionaron a sus jugadores en lo que fue el inicio de la gran fiesta verde. En un mes, el Cornellà seguirá haciendo historia visitando el estadio del actual campeón de la Liga de Campeones, el Santiago Bernabéu.

Ruedas de prensa

Carlo Ancelotti felicitaba al cuadro verde: "El Cornellà ha competido bien, luchando y trabajando bien. Han demostrado una buena organización". Sobre su equipo manifestó que había jugado un partido serio: "Isco está bien, es un jugador querido por la afición. Es su mejor periodo desde que llegó al Real Madrid, y esperamos que siga con el mismo ritmo y actitud".

Jordi Roger manifestó la dificultad del encuentro: "No teníamos planeado perder 1-4. Sabíamos que habría desgaste y mi consigna era aguantar el balón y no perderlo. Que nos metan dos goles de córner no es lógico y he salido enfadado en el descanso". Sobre el partido de vuelta: "Intentaré que todos los jugadores sean partícipes de la eliminatoria, porque esto es un premio".