El partido que mañana disputarán los castellanos, ante el Celta de Vigo B se ha convertido a estas alturas de la temporada en un choque clave. Los últimos resultados y, sobre todo, la imagen dada por los de Fede Castaños sobre el césped, han hecho que la palabra ultimatum sea la más comentada en la Capital del Cid. Ultimatum del entrenador, de la directiva y de la afición a unos jugadores, que no sudan el escudo que llevan sobre sus camisetas. El equipo ha sumado cuatro de los últimos quince puntos disputados, aunque en estos momentos la atención se ha centrado hacia otro lado en un momento de vacas flacas, la actitud pasiva de algunos jugadores durante los partidos.

Sobre el papel, las explicaciones llegaron a lo largo de la semana, cuando la directiva castellana se reunía con técnicos y jugadores para avisarles que esto no podía seguir así. Pasaron los días y Fede Castaños ponía su futuro en manos de los jugadores, advirtiendo que, si esto no revierte, presentará su dimisión. El jueves, el secretario Técnico del club, reconocía que había jugadores poco motivados y hablaba con la plantilla para intentar que los jugadores tomasen conciencia del escudo y club que defienden. Parece ser que el mensaje ha calado y la plantilla quiere dar una alegría a la afición, lavando la mala imagen ofrecida en El Plantío el pasado domingo ante el Racing de Ferrol.

El Burgos CF se encontrará un oponente que tampoco lo está teniendo fácil, aunque es verdad que no tiene estos problemas de actitud. La necesidad del filial celeste de puntuar y alejar fantasmas que el pasado año no los abandonaron durante toda la temporada es extrema, así que en el choque de mañana sólo vale la victoria. El conjunto pontevedrés necesita conseguir los tres puntos en juego y romper la racha de tres derrotas consecutivas que lo acercan a esa zona peligrosa de la tabla.

Ante estas circunstancias, el Burgos CF se enfrentará a un rival que despliega uno de los mejores juegos del grupo y que desde el minuto uno va a por el partido, aunque en el vestuario blanquinegro advierten de que también para ellos el choque es vital. La plantilla reconoce que no están al nivel esperado, así como que en este inicio de campaña su juego y calidad no despegan.

Antón de Vicente, que jugó las dos últimas campañas en el club vigués, ha afirmado que será un partido especial. El jugador, fiel seguidor del club de su tierra, tiene en Vigo a toda su familia y amigos, por lo que la motivación será extra al jugar contra su ex equipo. Respecto al partido, declaró que se trata de un partido muy importante para la plantilla y que deben tratar de traerse los tres puntos a Burgos, poniendo intensidad, ganas, ilusión y motivación. Sobre su ex equipo, dijo que era similar al de la campaña pasada pese a los cinco jugadores que abandonaron la entidad gallega este verano.

Para este partido, Fede Castaños tendrá que ver la evolución de los tres jugadores lesionados, Dani Guillén, que al final no pudo jugar el pasado domingo, no podrá jugar al recibir un golpe esta semana y tener dificultades para caminar, el canterano Sergio Esteban está descartado y Gabri Gómez hoy sábado se le va a hacer una última prueba física a ver si puede viajar finalmente a Vigo.

Por su parte el filial vigués, presentará las bajas seguras de Luis Rioja y Youssef, contando el entrenador con el resto de la plantilla. La convocatoria confirmada por el mister del filial albiceleste es la siguiente, Óscar, Iván, Kevin, Samu, Soto, Goldar, Crespo, De Amo, Casas, Javi Rey, Borja Domínguez, Jordan, Yelko, Omar, Fernán, Pucheta, Julio Delgado, Javi Que y Borja Iglesias.

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David Arroyo Díez
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