Madrid, miércoles 17 de diciembre, 22:00 horas: un grupo de aficionados, ataviados con bufandas y camisetas de su equipo llenaban un bar en el centro de la capital dispuestos a ver un partido de fútbol. Pero no jugaban el Real Madrid, el Atlético, el Rayo Vallecano o el Getafe. Jugaba el Real Oviedo, a más de 450 kilómetros de distancia, enfrentándose a un histórico reto en Anoeta. El resultado de la ida en el Carlos Tartiere hacía soñar a los carbayones con la gesta de pasar a la siguiente fase, pero Finnbogasson con sus dos goles despertó al oviedismo de ese sueño.

Cada ocasión por parte de los asturianos se cantaba casi como un gol: con gritos, aplausos y algún que otro salto. Al descanso, con 1-0 en el marcador, aún se creía, “Un gol en un córner o en una falta y nos encerramos atrás”, comentaba un aficionado a otro; “Sí, sí, lo importante es que no nos metan otro” le respondía. Tras varias ocasiones por parte de ambos, con una muy clara de Sergio García que despejó Rulli, el ambiente crecía. Pero llegó el minuto 62 y, con él, el segundo gol de la Real Sociedad, que apagaba las esperanzas de los aficionados azules, pero no sus ánimos.

Al final del partido, aplausos y acuerdo total. “El objetivo de este año es subir”, “Jugamos muy bien, plantando cara con los suplentes contra un primera” y “Yo prefiero perder hoy y ganar el sábado” eran algunos de los comentarios que se oían, dejando clara la dignidad de la derrota y la prioridad dentro del oviedismo.

Cuando el ambiente se disipó, entrevistamos a Nico, fundador y directivo de la Peña Azul Madrid, para que nos hablase un poco de su historia. Según nos contó, la peña fue fundada debido al gran número de oviedistas que había en la ciudad, tras varios intentos, en 2009, año en que el Real Oviedo disputaba algunos encuentros de la Liga de la Segunda División B contra equipos de la Comunidad de Madrid. Nico recalcó la dificultad de la empresa, pues “antes de que hubiera tanta actividad en las redes sociales era complicado unir al oviedismo”. Tampoco les fue fácil conseguir un local, ya que “la mayoría de sidrerías asturianas aquí en Madrid eran sportiguistas”, comentaba Nico entre risas; pero Benjamín, propietario de Casa Mayo, les ofreció su restaurante como sede.

Viaje de la Peña a Albacete en 2013 | Fotografía: Peña Azul Madrid

Así decidieron formar la Peña Azul Madrid, que en sus inicios tenía una modesta pero importante actividad, pues según nos dijo Nico “el que el Real Oviedo jugase aquí cada dos semanas era muy atractivo. Íbamos a los partidos en coches y luego ya en autobuses”. De este modo comenzaron con 15 socios en la primera temporada, y luego con 20, 25 y 30 en las sucesivas, hasta llegar a los 54 actuales. La mayoría de los socios son asturianos residentes en Madrid, o de ascendencia asturiana, pero “la peculiar historia del Real Oviedo a veces atrae a gente de donde menos te lo esperas”, decía Nico en referencia a un socio de Alcalá de Henares sin relación alguna con Asturias.

Para viajar a ver algún partido, suelen buscar localizaciones cercanas a Madrid o que no supongan un viaje muy largo, y con un mes de antelación comienzan a planearlo. En esta temporada ya se han desplazado a León y Valladolid, y tienen previsto ir a Zamora, Burgos e incluso Murcia, “y por supuesto al playoff de ascenso no vamos a faltar”, nos aseguraba Nico con optimismo.

Los mejores recuerdos que guarda de desplazamientos de la Peña son los viajes a León, esta temporada, donde se reunieron unos 3000 oviedistas, y a Albacete en el playoff de ascenso de 2013, del que comentaba que “pese a que el equipo pasó de milagro el ambiente era increíble”.

Por último, Nico nos describió cómo es vivir el oviedismo a más de 450 kilómetros de distancia: “Es algo muy especial. Cuando hablas con alguien de aquí te das cuenta de que no puedes explicar cómo tras muchas decepciones y humillaciones sigas ahí. El hecho de que seamos un equipo pequeño, que ha dado muchas más penas que alegrías a la afición, nos tiene curados de espanto. Nos aferramos siempre a un clavo ardiendo; cualquier victoria importante o algún partido bien jugado nos hace venirnos arriba y nos dura la alegría durante meses; sobre todo este año, que las cosas se está n haciendo muy bien desde el principio y tenemos la ilusión de subir, que tantos años pasan factura”.

Los jugadores del Real Oviedo saludan a los más de 3000 aficionados que acudieron a León para el partido frente a la Cultural Leonesa, a la izquierda, la pancarta de la Peña Azul Madrid | Fotografía: twitter Peña Azul Madrid

La Peña Azul Madrid es una prueba de que el sentimiento oviedista está presente mucho más allá de Oviedo y de Asturias, y de que se puede animar a un equipo de fútbol desde la distancia con la misma pasión con la que se anima en la grada.