Iniciado profesionalmente en el Getxo de Tercera División, Jon Ander Garrido se hizo fuerte posteriormente en el Barakaldo del segundo grupo de la Segunda División B, desarrollándose como un fuerte y duro centrocampista. Lucía el brazalete de capitán en las filas del equipo de Lasesarre cuando el Cádiz Club de Fútbol, a través del Granada de Quique Pina, llamaba a su puerta para ofrecerle la capitanía del centro del campo del conjunto amarillo. El mediocentro, que aceptó la oferta, aterrizó entonces en Cádiz el 23 de enero del pasado 2014, en calidad de cedido por el conjunto nazarí hasta final de temporada.

De nombre Jon Ander, y de apellidos Garrido Moracia, el vasco tuvo que cargar con la presión que supone ser un jugador desconocido en tierras gaditanas, una presión que demostraba no pesarle cuando en su presentación ante los medios de comunicación prometía trabajo, lucha y crecimiento durante su estancia en la Tacita de Plata. Una promesa que, pasadas las jornadas, los meses, el año, se ha visto más que cumplida.

Debut en el Ramón de Carranza

Su debut defendiendo el escudo cadista se vio materializado el 26 de enero del pasado año, claro está, ante el Écija Balompié. Las miradas se posaron inconscientemente sobre el natural de Getxo (Vizcaya), y más cuando su intención era hacerse grande en la medular del Ramón de Carranza. Nervioso sin balón, tímido a la hora de pedir el esférico, despistado en el uno contra uno, torpeza al controlar, fueron los síntomas que arrancaron los murmullos de la grada. Ninguno de los aficionados cadistas allí presentes se imaginaban el espectáculo que daría ese mismo jugador muchos meses después. Aquel encuentro ante el cuadro astigitano lo acabarían ganando los amarillos tras remontar Kike Márquez, con dos goles, un tanto de Caye Quintana que incendiaría la grada, dotando de dificultad, aún más si cabía, el debut de nuestro protagonista.

Como visitantes, no eran los mejores tiempos para los pupilos de Raúl Agné, que caían con demasiada facilidad lejos del feudo gaditano. El primer desplazamiento con la camiseta amarilla de Garrido fue al Estadio Municipal de San Ignacio, en el barrio malagueño de El Palo. Sumaba entonces su segunda titularidad, compartiendo centro del campo con Jorge Luque y dejando fuera de la convocatoria a Mikel Martins. Aunque los cadistas cayeron por un gol a cero, obra de Gerrit Stoeten, Garrido comenzó a hacerse fuerte bajo el escudo de Hércules.

Las dos siguientes jornadas, Jon Ander tuvo que ver los partidos desde la grada. Victoria por dos tantos de Airam Cabrera ante el Lucena y dura derrota por tres goles a nada en el Artés Carrasco ante La Hoya Lorca. Al vizcaíno le tocaba trabajar para labrarse un puesto en el once titular. Mientras el lugar que le pertenecía llegaba, el técnico aragonés optó por hacerle saltar al terreno de juego desde la banca, para que cogiera así el ritmo de competición gradualmente y fuera conociendo así a sus compañeros. Disfrutó entonces de varios minutos ante el Albacete Balompié (4-0), Arroyo (0-0) y Melilla (5-1), quedándose sin jugar en la derrota por tres goles a cero en el Estadio de los Juegos del Mediterráneo ante el filial almeriense, caída que acabaría con la destitución de Raúl Agné en el banquillo cadista, siendo reemplazado por Antonio Calderón.

Con la llegada de nuevo míster, Jon Ander Garrido pasó a ser una pieza fundamental en el esquema cadista de cara a recuperar una plaza entre los cuatro primeros de la clasificación, estrenándose de nuevo como titular ante el filial cordobesista, con victoria por cuatro goles a dos. Ocho jornadas de suma importancia se aproximaban por el horizonte, proporcionando un tiempo más que suficiente para hacer valer su potencial como centrocampista defensivo y perfeccionar una tarea que le encomendaba el técnico gaditano: colaborar en ataque.

Ante la Real Balompédica Linense, ya a finales del mes de marzo, Garrido saltaba al césped del Municipal de La Línea de la Concepción compartiendo centro del campo con Josete, que se estrenaba como pivote defensivo. La batuta de Jorge Luque, que se perdía el encuentro por sanción, recaía sobre las manos del jugador vasco, que debería desempeñar una función nueva en su carrera. Incómodo como en su debut durante los primeros compases de partido, no olvidando nunca su faceta defensiva, Jon Ander sorprendió a todos sumándose al ataque conduciendo la pelota, repartiendo pases a los hombres de arriba. Su imparable progresión fue imprescindible aquella tarde para que el Cádiz lograra remontar un gol de Copi y meterse de nuevo en los puestos de prestigio de la clasificación.

Imagen: La Voz Digital

Con el lugar que le correspondía, y el soporte de la hinchada de la Tacita de Plata, Garrido o “Garri” continuó creciendo a pasos agigantados por los campos del grupo cuarto de la Segunda División B. Siguió luciendo el rol de titular ante el Atlético Sanluqueño (2-0), Granada B (3-3), Sevilla Atlético (3-0) y Cartagena (1-1), descansando en el penúltimo partido liguero que los amarillos vencieron por cuatro chicharros a uno a La Roda en el coliseo gaditano. Retornó, eso sí, para certificar el pase a los playoffs a la Liga Adelante, haciéndose de nuevo con el centro del campo en el Estadio Príncipe Felipe de Cáceres, donde ganaron los cadistas por cero goles a dos, obras de Dioni y Kike Márquez.

L’Hospitalet esperaba en la primera ronda de la fase de ascenso. De nuevo, Antonio Calderón alineaba de inicio a Jon Ander Garrido, cuya misión no era otra que barrer el centro del campo para facilitar el trabajo a Jorge Luque, encargado de dirigir la orquesta. En el minuto setenta y dos, el vasco se llevó la ovación del respetable por el trabajo realizado, que se marchaba al banquillo para dejar su sitio a Mikel Martins. Con la entrada del ex del Mirandés, el técnico amarillo buscaba sumar creatividad al ataque, algo que Jon no aportaba, todavía. El resultado final, de empate a gafas.

En el encuentro de vuelta, disputado en la Feixa Llarga, Calderón volvía a confiar en el trabajo, buen hacer, de Garrido para ganar el centro del campo en un enfrentamiento que se avecinaba complicado. Esta vez, su misión era guardar las espaldas a Jorge Luque y Jorge López, encargados del juego creativo. Aunque Juan Villar adelantó a los gaditanos, Moyano y Canario remontaron para dejar al Cádiz en la cuneta de la carrera por el ascenso.

El golpe de la eliminación hizo al conjunto amarillo, y su afición, mucho más fuerte, especialmente a nuestro pivote defensivo. El Granada volvió a cederle, una temporada más, al equipo cadista, para que siguiera trazando su excelente trayectoria. El mercado de fichajes de verano, además, tuvo otros movimientos, como el de Mikel Martins al Hércules, Jorge Luque al Cartagena y las llegadas de Juanma Espinosa, del Real Jaén, y Sergio Mantecón, del Elche. Este último, con el afán de crear competitividad en la zona más defensiva del centro del campo.

Nadie iba a imaginar que el ex del Barakaldo iba a dar un salto de calidad tan grande con la llegada de un jugador de cuyo nombre colgaba la etiqueta de “jugador de Liga BBVA”. La temporada 2014/2015 arrancó ante el Betis B en el Ramón de Carranza, siendo Garrido titular y disputando los noventa minutos, relegando al veterano Mantecón al banquillo. En aquel partido, Jon Ander comenzó a sorprender a la parroquia cadista, dejando pinceladas de su mejoría tanto como centrocampista defensivo y también como pelotero, demostrando habilidad con el balón en los pies. La temporada se inició con victoria por dos goles a cero, siendo Airam Cabrera y Jona Mejía los autores.

Desde entonces, todavía con Antonio Calderón en el banquillo, el guerrillero de la medular amarilla se convirtió en todo un pilar del conjunto cadista, mejorando tanto en el aspecto defensivo como ofensivo. Siguió entonces siendo titular ante el Real Jaén (1-1), La Roda (0-0), Marbella (1-1), Granada B (1-1), UCAM Murcia (1-0), La Hoya Lorca (2-0), Melilla (1-1) y perdiéndose el Cádiz 2-1 Cacereño, donde toda la hinchada y medios de comunicación coincidieron en echar de menos al vasco sobre el tableto. Fue entonces cuando, aquel 19 de octubre, el Cádiz se percató de su importancia, de su trabajo.

Una semana después regresó por la puerta grande, comiéndose el centro del campo de la Ciudad Deportiva del Sevilla en un encuentro en el que los cadistas vencerían por un gol a tres, gracias a que Fran Machado, Jona y Josete remontaron un tanto de penalti de Carlos Fernández. La intensidad y precisión al corte producidas por Jon Ander en cada acción, permitió ver la mejor versión de Juanma Espinosa y Fran Machado de la temporada.

La siguiente jornada, en la victoria por cuatro goles a nada al San Roque de Lepe (doblete de Juan Villar y goles de Airam Cabrera y Jona), los focos volvieron a posarse sobre la figura de Garrido, como si de un nuevo debut se tratara. El de Getxo, firme y seguro, dio un recital de anticipaciones, ganando todos los uno contra uno, y entregando el balón limpio para que Juanma Espinosa pudiera dirigir el equipo a su gusto. Sin duda, se alzó como uno de los hombres más importantes del equipo cadista.

Seguiría siendo titular ante el Almería B (1-1), El Palo (1-1) y Real Balompédica Linense (2-1), en una dura derrota que acabaría con el puesto de Antonio Calderón, relevándole Claudio Barragán. Todo el equipo era consciente de la necesidad de mostrar el cien por cien con la llegada de un nuevo equipo, aunque Garrido mostró el doscientos por cien.

La lesión de Óscar Rubio en Copa del Rey ante la Real Balompédica Linense había mandado, tras varias pruebas en el once, a Mantecón al lateral derecho, por lo que el vasco tenía que demostrar que el ex del Elche no estaba desaprovechado en esa posición, dando todo un recital ante el Lucena el 30 de noviembre. El Ramón de Carranza fue testigo del mejor encuentro de Jon Ander Garrido desde su llegada al Cádiz, arrancando los aplausos de la grada en varias ocasiones. Regates, cambios de ritmo, manejo y conducción del esférico, atrevido con el disparo y, sobre todo, defendiendo, un auténtico espectáculo. Todo un muro. Nadie pudo franquearle, pues el ex del Barakaldo había marcado territorio a base de contundencia. Que el Lucena no creara peligro, y el Cádiz ganara gracias a los goles de Kike Márquez, Jona y Airam Cabrera pasaron a ser unas simples anécdotas, así como consecuencias del trabajo de Jon.

Volvía a ser todo un titán en el centro del terreno de juego del Estadio Cartagonova de Cartagena. Clave en el robo de balón, desfilando por el césped derrochando solidez defensiva, Garri permitió los amarillos encarrilaran su persecución al UCAM Murcia, líder del grupo cuarto, ganando por un gol a tres, gracias a un doblete de Jona y un tanto de Juan Villar. Con humildad, trabajo y sacrificio, el Cádiz regresaba de Cartagena con los tres puntos en el bolsillo.

"Gasolina no nos va a faltar", Jon Ander Garrido en La Voz Digital

Caía una intensa lluvia sobre el Ramón de Carranza cuando Garrido volvía a alzarse sobre el mojado tapiz para amarrar el centro del campo ante el filial cordobesista. Seguro, como siempre, y ayudando a sus centrales y laterales de ambas bandas, llegando al corte y ganando los balones divididos, el pivote defensivo convirtió en un infierno la medular del césped gaditano para los jóvenes mediocentros rivales. Un doblete de Jona y un golazo de Migue García proporcionaron los tres puntos al Cádiz ante el Córdoba B.

Antes de llegar a las vacaciones navideñas, Jon Ander debía ponerse, una semana más, el mono de trabajo. Aunque el Cádiz intentó llevar la iniciativa, y el vasco luchaba como Leónidas en las Termópilas, el Villanovense se alzaba con la victoria aprovechando un error defensivo amarillo en un saque de esquina.

Llegaba entonces el tiempo de reflexión, de hacer balance de lo ocurrido a lo largo de todo el año 2014. Éxitos y fracasos. Beneficios y pérdidas. Sin duda, fue el nombre de Jon Ander Garrido el que aparecía como uno de los hombres del año cadista, junto a Airam Cabrera y Juan Villar. El propio jugador vasco reconocía, en una entrevista a La Voz Digital, la torpeza y nerviosismo con los que se había presentado ante el público del Ramón de Carranza el día de su debut, síntomas que se han ido disipando a lo largo de las jornadas, hasta llegar a ser el hombre más importante del conjunto amarillo.

Se celebró el primer partido del año 2015 el día 4 de enero, ante el Arroyo en el Ramón de Carranza. No podía ser otro jugador el que marcara el primer gol del año si no era Jon Ander Garrido. Atento como nadie, el vasco remataba a puerta con el pecho un pase de la muerte de Jona para culminar una bonita jugada de estrategia. Su chicharro fue seguido, ya en la segunda mitad, por los tantos de Juan Villar, Fran Machado y Jona. En el minuto setenta y siete, ya con el tres a cero en el marcador, Claudio Barragán decidió sustituirlo por Gerardo Navarrete. La salida del terreno de juego de Garrido evidenció su importancia, su trabajo y lucha sobre el césped. El ex del Barakaldo se retiraba del campo recibiendo una gran ovación del público cadista.

Llegaba la oportunidad perfecta de regresar a la senda de la victoria como visitante, asignatura pendiente para presentar la solicitud de campeón del grupo. El Estadio Benito Villamarín acogería la victoria por cero goles a dos del cuadro cadista en el primer partido de la segunda vuelta, en el que Garrido volvería a hacerse con las riendas del centro del campo, en una contienda que desde el primer minuto se puso de cara para los amarillos gracias a un golazo de chilena de Fran Machado. El resultado final sería de cero a dos para los de la Tacita de Plata.

La suspensión del Cádiz-Real Jaén debido a la intensa lluvia dejó al equipo cadista sin competir, pero también provocó que el equipo regresara con más ganas que nunca a la competición. El pasado domingo, los de Barragán combatieron en el Estadio Municipal de La Roda para sumar su segunda victoria a domicilio consecutiva, en un duro encuentro en el que el plantel, al completo, se vio obligado a enfundarse el mono de trabajo. Jon Ander Garrido, que volvió a estar a la altura barriendo el centro del campo, vio una cartulina amarilla que no le permitirá celebrar su aniversario como cadista en el Ramón de Carranza, pero que a buen seguro le hará volver más fuerte que nunca en la próxima visita del Cádiz Club de Fútbol, a Lorca para verse las caras con La Hoya-Lorca.