Fútbol frío. El partido de ayer bien puede compararse a un sándwich prefabricado. Los primeros bocados pueden incluso resultar sabrosos, pero el asunto acaba por resultar monótono, insulso, pastoso. Es entonces cuando uno se acaba susodicho emparedado mas por vergüenza torera que por saciarse, simplemente por acabar lo que empezó.

Pues bien, los primeros bocados del Tudelano - Fuenla tuvieron algo de miga, propiamente dicho. A pesar de que la climatología ribera -para no romper la tónica de los últimos encuentros- no dibujaba un panorama muy alegre precisamente, el Tudelano sí que empezó alegre. Víctor Bravo saltó al césped con la chistera y la varita y las cosas funcionaron para los de Manix la primera media hora, con dos grandes ocasiones de gol incluídas; masticando la parte más agraciada del sándwich, los blanquillos toparon con la madera y con Ismael Gil.

A medida que Víctor Bravo iba perdiendo paulatinamente su estrella, se iba perdiendo también el equipo navarro. El Fuenlabrada encomandó su suerte al saber hacer de Pachón y a las ganas de Ponce, que para infortunio madrileño hubo de retirarse precisamente cuando más cómodo se encontraba sobre el verde tudelano. Ambos planteles demostraron por qué son los dos conjuntos menos realizadores del grupo II. Poco trabajo para los porteros, que tuvieron más contacto con la bola a la hora de sacar de meta que por cualquier otro motivo, amén de una gran parada de Gil a disparo de Ardanaz, en lo que fue el primer aviso local.

Hubo fluidez en el juego ribero en los primeros compases, debido en gran parte a la ya mentada inspiración de Bravo, lo que llenó las inmediaciones de la portería fuenlabreña de balones peligrosos. Fa puso el músculo necesario para contener por algunos intervalos al Tudelano y el Fuenlabrada mostró buenas maneras en la salida, pero poco más. Los azulones lograban escapar de la presión albinegra con rápidas combinaciones pero al llegar a la zona de creación, abusaron del balón largo en busca de Pachón.

El gran momento de Ismael Gil llegó a eso de los veinte minutos de juego. Ardanaz encontró una bola perfecta para el golpeo, mansa al borde del área y con claras vistas de gol. La ágil respuesta de Gil detuvo en seco el alzamiento generalizado de brazos para celebrar lo que ya se presumía como la primera diana de la tarde para los suyos. Lo de Ardanaz fue un preludio, porque poco más tarde llegaría la mejor de la tarde para los anfitriones. Álex, que volvía a ser titular en casa tras perderse el último envite local navarro por sanción, se sacó de la nada un escorzo imposible y remató en plancha un centro que se perdía. El toque con la testa del ariete navarro topó con el palo habiendo ya superado al cancerbero visitante.

Incomprensiblemente, con el aire aún a favor con quince minutos de primera parte por delante y tras dar buenos síntomas, el Tudelano se bloqueó. El Fuenlabrada ganó algunos metros, pero poco provecho sacó de ellos. No parecían demasiado entusiasmados con el gol los hombres de JL Navarro, que no probaron a Pagola hasta la segunda parte. El momentáneo empate parecía contentar a los fuenlabreños, que pusieron más ahínco en no irse por detrás al descanso que en tratar de hacerlo con ventaja.

El segundo acto resultó nefasto para los locales, que perdieron el ritmo tras el parón. Durante los segundos cuarenta y cinco minutos, la situación fue mucho más favorable para los intereses de un Fuenlabrada que pecó de conformismo cuando más confusa se hallaba la escuadra ribera. Tan sólo un par de acercamientos foráneos previos a la lesión de Jonathan, que trastocó los planes blanquillos y aumentó la lista de bajas del partido.

Los minutos pasaban de manera estéril para los de casa en medio de la bronca de la grada del Ciudad, que poco a poco se fue haciendo más audible hasta llegar a la queja generalizada cuando Mandiola retiró en los minutos finales a Etxániz, único punta, en una sustitución que el respetable tudelano consideró defensiva en exceso. La única ocasión que levantó a los espectadores del sopor en el que se sumieron el segunda parte fue una internada de Bravo en área pequeña que finalmente no acabó ni en disparo.

Dificilmente podría haberse roto la igualada en la segunda parte con tan poco tiro a puerta. Las pérdidas de tiempo fueron constantes por un Fuenlabrada que parecía ducho en estas dotes. Ambos equipos mostraron un bajón físico severo en el último tramo del encuentro, lo que privó a éste de emoció a pesar de que un sólo gol decantaría definitivamente la balanza. Querer y no poder fue el sino tudelano del último suspiro y el Fuenlabrada, que no se había complicado mucho hasta el momento, no cambió de tercio hasta el silbido final.

La próxima jornada depara una auténtica final al Tudelano, que se desplazará a Alcorcón para medirse al Trival en lo que promete ser un choque crucial para las aspiraciones de permanencia de uno y otro. Por su parte, el Fuenlabrada tendrá en frente a uno de los gallitos, todo un Real Unión de Irún que ha visto recientemente truncada su espectacular racha.

Puntuaciones VAVEL 2ª División B

CD Tudelano (0) Fuenlabrada CF (0)

Pagola 5 Ismael Gil 6
Delgado 5 Anuarbe 5
Lumbreras (c) 6 Barral 5
Unai García 7 Sanjosé 6
Jonathan 5 Raúl Aguilar 6
David Lázaro 4 Fa 6
Ardanaz 6 Dani Ponce 5
Reche 4 Omar 4
Álex Sánchez 4 Pachón 5
Víctor Bravo 5 Borja Pérez 4
Etxániz 4 Molino 4
Suplentes
Nandi 5 Martínez 5
Fuchs 5 Tello 5
Lucho​ ​​ ​ - Pevida -
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