Tras un mercado de fichajes invernal con muchos movimientos en el Real Avilés, el último en abandonar la disciplina del conjunto de La Villa del Adelantado era Abraham Albarrán, un avilesino muy querido por la afición que en ningún momento pidió irse cedido a otro equipo, en este caso el Marino de Luanco.

"No vivo del gol, lo mio es crear ocasiones para que marque un compañero"

Con su llegada al Marino de Luanco, Abraham tiene esperanzas de que el equipo pueda ir hacia arriba en busca de la salvación. "La pena es que la primera vuelta no haya sido buena para tener más opciones de salvar a este club que es excepcional desde el presidente al último colaborador. Yo no vivo del gol y en el Marino estoy haciendo lo que mejor se y lo que se pide a un jugador de mis características, que es crear ocasiones para que marque un compañero", comentó en La Nueva España.

Su salida del Real Avilés fue un tanto rocambolesca, aunque el avilesino tiene claro que ocurrió. "No me gustó como se me trataron porque si me hablan de frente y me dicen que quieren reducir el presupuesto soy el primero en ayudar, pero me hundió y me decepcionó el que me ofrecieran a todos los equipos de Asturias. Habrá que negociar porque no acepto mentiras. Las cosas se me dicen a la cara y claritas", afirmó.

Para terminar, Abraham agradece el trato recibido en el Marino de Luanco. "Confiaron en mi y no quería irme de Asturias, además entrenan por la mañana que es muy importante porque por las tardes estudio. Le doy las gracias por darme esta oportunidad una vez que no se quiso que me quedara en el Avilés", concluyó.