La Copa alivia las penas

Fin de la historia. Tras nueve meses de fútbol el Guijuelo ha terminado los deberes. Y aunque a medias por no haber alcanzado el objetivo máximo -o heroicidad- de alcanzar el Playoff, puede resolverse el producto como bueno. La consecución de la Copa del Rey tras una desafortunada segunda recta de campeonato deja buen sabor a la parroquia charra. Y no solo por el hecho de lograrlo, porque por otra parte era un objetivo que prácticamente era una realidad tras la derrota del opresor Compostela esta jornada, sino por el cómo de esta heroica, alternativa en todo caso a la promoción.

Cierto que era una ambición casi palpable. Pero tras nueve meses en el fango y tras un partido de excepción ante todo un coloso el Guijuelo ya puede decir -apoyándose en la matemática- aquello de "repetimos en la Copa". Sí; el Guijuelo volverá a estar en el bombo de torneo nacional por segundo año consecutivo. Gracias al mérito en un partido en el que el equipo se mostró a la altura y en el que, tras meses de espera, la parroquia chacinera volvió a salir de su feudo entonando el "chapeau", que ya tocaba.

Menos brillante fue la actuación de los hombres de José Manuel Aira. Un tanto gris y sometida al yugo de los verdes salvo en diversas fases -sobre todo allá del descanso- donde los pimentoneros crecieron en intención cara a portería. Nada más lejos, pues a cuentagotas asustaban el marco de Felipe, y tras un partido como decimos con más sombras que luces, ven peligrar una segunda plaza que disputan con los mismos guarismos en la casilla el propio Murcia y un victorioso Racing de Ferrol.

Un Guijuelo superior también pega primero

Sonaba el silbato y el cronómetro comenzó a descontar segundos a los noventa minutos por jugar sobre el rectángulo. Comenzaba un partido de única presencia. Un encuentro que de inicio comenzaba a tomar derroteros monologuísticos. Y ello favorecía a los locales, que conectaban pases y triangulaban a su son mientras el Murcia poco más hacía que seguir la posesión de su adversario y asumir los golpes. Era notable la presencia ofensiva con que Fernando Estévez había dotado a un equipo que se gustaba y hacía disfrutar a la grada. Y en pocos minutos ello se transformaba en ocasiones.

Pasados los primeros diez minutos de juego, los charros contaban a su favor dos ocasiones claras. La primera en poner el grito en la tribuna llegó a cargo de Gonzalo, cuyo remate a centro de Carlos Rubén se marchaba lejos del marco; acto seguido hacía lo propio Lambarri, tras una carrera y posterior servicio de Razvan que no conectaba con el punta por escasos centímetros.

A esto que el son de la sinfonía lo llevaba la batuta del 'profe' de la orquesta. No era otro que Chuchi, que asumía los galones del brazalete -cedido por Jonathan- para convertirse en la brújula y marcar la línea a seguir.

Al tiempo, la ordenada estructura de Aira aguantaba las embestidas con solidez y de cuando en cuando se dejaba ver por la meta de un Felipe con poco trabajo. La más clara para el conjunto bermellón la propició al 21' de partido el propio Guijuelo: Jonathan erraba en la entrega en la media y el resultado era un contragolpe en el que los rojillos contaban con superioridad numérica. Un cuatro para tres en el que la figura de Antonio Moreno salió providencial para salvar el tanto de Carrillo.

Sin embargo, no cesaba el soliloquio chacinero, que acto seguido volvía a sumar dos ocasiones claras más al amplio recuento oportunidades fallidas. A la vista estaba que de lo único que carecía el Guijuelo era de concreción de cara a gol.

Máxime tras dos ocasiones que sirvieron para contestar al remate a la contra de Carrillo que tapaba minutos antes la defensa charra. Primero Jonathan con la testa solo ante Fernando y después en el centro sin matador de Fran Pastor, el Guijuelo volvía a asustar, pero tras media hora el marcador era el mismo del inicio.

Pero minutos después la suerte cambiaba para desequilibrar el resultado. Y es que los maestros en el golpe parado se posicionaban para efectuar la ensayada. Y el envío, botado por Chuchi, impactaba en la defensa para que Gonzalo la enganchara en el área y pusiera la directa al triunfo. Poca tela más se cortó hasta enfilar los vestuarios.

La sentencia y el adiós

A la reanudación los de Aira salieron espoleados, pero la pólvora se agotó en poco más de cinco minutos. Aguantó estoico el cuadro charro, que poco después contaba la enésima para, esta vez, haber ampliado la renta. No lo hacía pues Valero, que en el mano a mano decidía levantar el balón de vaselina pero un atento Fernando le leía las intenciones. En el córner Jonathan no remataba de milagro en lo que suponía un nuevo asedio charro.

Y al 56' llegó la vencida. Con Valero de nuevo como como protagonista, el balón volvía a besar la red tras un pase de tiralíneas en el que el ejecutor definió perfecto con un tiro cruzado. Los puntos estaban cada vez más cerca y la grada y el vestuario estallaban de júbilo en pos del segundo tanto de la víspera.

Poco más se decidió a lo largo de la última media hora; tanto que la expectación recaló en la emotividad propia de las despedidas. En especial, la propinada al 'profe' Chuchi, en la que el Municipal se vestía de gala y hablaba al unísono en una sonora ovación. Como a él, Guijuelo honró despedida a Razvan y tantos otros -míster incluido-, que a fin de temporada dejarán el club.

Instantes de emoción a caballo con el final del encuentro, que el árbitro decretó poco después para alegría de un Municipal que por segundo año verá una Copa que alivia sus penas. Quien sí ha logrado el gran objetivo es el cuadro de Aira, que visitaba el feudo salmantino con el Playoff bajo el brazo, pero que tras la derrota ve cómo se le complica una segunda posición que deberá labrarse el próximo fin de semana de fútbol -los comités dirán cuándo- en la Nueva Condomina.

Puntuaciones VAVEL del CD Guijuelo - Real Murcia