Apenas 48 horas después de hacerse pública la propuesta de grupos aprobada por la Comisión de Clubes de Segunda B, la mayoría de los equipos que se han sentido gravemente perjudicados por la distribución se han reunido en la tarde del jueves en Vitoria-Gasteiz con la idea de hacer un frente común en sus demandas, y de cuyo éxito depende, en mayor o menor medida, su futuro inmediato en la categoría. Una reunión gestada casi sobre la marcha, y en la que resultó decisivo el papel de las redes sociales propagando el creciente malestar por parte de los aficionados y las propias cuentas de los clubes afectados.

Todo sucedió el pasado martes -  tal y como reconoció ante los micrófonos de RCLM el presidente de la Comisión de Clubes, y a la sazón de la Federción de Castilla y León, Marcelino Maté – una vez que los grupos III y IV se acordaron, en este orden, con relativa facilidad. Cosa distinta a lo que sucedió en la distribución de los dos restantes grupos, donde la propuesta aprobada de entre las tres presentadas para repartir en dos a los 40 equipos restantes, dibujaba un curioso mapa donde destacaba el aislamiento de los vascos en el grupo segundo. Un grupo que completarían con Madrid, Castilla-La Mancha y los representantes de Canarias y Aragón, con la consiguiente separación de los equipos navarros y representantes de La Rioja y Cantabria, que quedaban encuadrados junto a Galicia, Asturias, Castilla y León y uno de los tres representantes de Extremadura, el Cacereño, otro de los grandes perjudicados por el reparto.

La propuesta aprobada, que coincide con la opción presentada por la Federación Galega, y que satisface al completo las exigencias de Galicia, Asturias y Castilla y León de ir juntos y evitar a los vascos, tanto como las de Castilla-La Mancha, cuyos clubes no querían verse una vez más separados, ni siquiera entraba en los cálculos más pesimistas de los nueve equipos vascos, los tres navarros y la UD Logroñés. Todos ellos consideraban natural y asumible, por evidentes criterios de proximidad, jugar junto al Racing de Santander y el CD Ebro, completando con otros cinco equipos que bien podían ser los madrileños y el Mensajero, o los cinco de Castilla-La Mancha.

Todos unidos en el mismo grupo

Es esta alternativa con Castilla-La Mancha la que, tras la reunión de Vitoria, han acordado los once equipos reunidos – faltaron los dos guipuzcoanos -en presentar antes del lunes a la Asamblea de la RFEF del próximo 14 de julio, que deberá ratificar o no la controvertida propuesta inicial. Una opción que corregiría parcialmente el desproporcionado incremento del gasto en forma de viajes y noches de hotel para unos presupuestos modestos, que, en casos, como los del Izarra o la Peña Sport, obligaría, tal y como ya han reconocido sus presidentes, a renunciar a la plaza  recién conquistada por méritos deportivos; en otros como el Tudelano a perder a su principal patrocinador para toda la temporada, y en definitivia condenaría a la mayoría a destinar cantidades destinadas a otros menesteres a estos gastos extraordinarios, con el evidente agravio comparativo con respecto a equipos de similar potencial exonerados de esa carga.

Según ha trascendido a los medios, los representantes de los equipos, y de las Federaciones implicadas, aseguran contar con el apoyo de otros clubes como el Cacereño y algunos gallegos, y esperan sumar el del Ebro, el Racing y hasta algún castellano, para hacer un retoque a la propuesta original, que consistiría simplemente en intercambiar Madrid y Canarias por Navarra, La Rioja y Cantabria. Una opción que reduciría de forma sustancial, según sus cálculos, el kilometraje y las pernoctas, al tiempo que facilitaría el desplazamiento de aficionados, lo que repercute a su vez en los ingresos por taquilla recaudados en cada partido.

No será tarea fácil para los rebeldes, “unidos por el mismo grupo” ya que tradicionalmente la propuesta de la Comisión ha sido la que ha aprobado la RFEF, y buena parte del éxito pasaría por superar el obstáculo de algunas federaciones y equipos, que anteponen otro tipo de intereses a los simples criterios de proximidad geográfica. No obstante, el instinto de supervivencia en unos, y la sensación de injusticia y agravio en otros, empuja a todos estos clubes, en esta partida aún no perdida, a no rendirse ante este jaque mate al fútbol modesto.