Este Mérida ilusiona

Si en la previa decíamos: "el Romano quiere goles", en la crónica podemos decir que el Romano tuvo goles pero también tuvo oportunidades, emoción, tensión, polémica...todo lo que se le pide a un partido de estas características.

Con un gran ambiente en el estadio y un césped que continúa en malas condiciones, aunque poco a poco se ve mejor, Mérida y Jaén se enfrentaban en busca de una victoria que solo podía ser de uno y que finalmente cosecharon los locales.

En el partido se puede decir que sobró una parte, la primera. Ambos equipos saltaron al terreno de juego muy fríos. No había un dominador claro del partido aunque se podía ver que los dos equipos querían el balón pero el juego era muy trabado, debido a las muchas faltas cometidas por uno y otro equipo.

Sin dominador claro y juego muy trabado en la primera parte

En la primera media hora cabe destacar un centro del Jaén que se envenena y casi sorprende a Raúl Moreno, pero el meta despeja a córner como puede. Y una gran contra del Mérida, con Joaqui como protagonista, en la que Felipe se luce con una gran parada tras el tiro del extremeño. Poco más dio de si el primer tiempo, salvo una peligroso cabezazo de Paco Aguza que detenía de nuevo Raúl Moreno.

En la segunda parte empezó el fútbol, empezaron las ocasiones, empezó la locura. Comenzó dominando el Real Jaén que tenía más el balón pero en el 51´el Mérida daba un zarpazo y se adelantaba en el marcador. Pedro Conde recibía el balon en la banda izquierda y aprovechando la subida de Jhony realizaba una pared con el lateral para dejar solo, dentro del área, al delantero que con una bonita rosca mandaba el balón a la escuadra, donde Felipe no podía llegar.

Un Pedro Conde que fue el mejor del partido. Incansable todo el partido, incordiando una y otra vez a Mario Gómez y a Aguza, sin parar de presionar y dando mucha salida y respiro a su equipo. Anotó por segundo partido consecutivo un golazo como ya hiciese en la Condomina ante el UCAM.

Pero no le duró mucho la alegría al conjunto romano. Diez minutos después de abrir el marcador y tras una serie de fallos en la defensa romana en la banda izquierda, Luis Pérez se aprovechaba y sacaba un gran centro al segundo palo donde apareció la cabeza de Óscar Quesada que superó en el salto a Borja Romero para empatar el partido con un gran testarazo.

Pedro Conde, el mejor del partido

Los técnicos movían el banquillo, en el caso del Mérida con un cambio obligado por la lesión de Borrego que salía sustituido por Jesús González, en un momento del partido en el queparecía que el Jaén tenía el dominio de balón. Pero con Taranilla en el campo el Mérida le discutió la posesión a los andaluces. 

Y fue en el 67´cuando desde la banda derecha Borja Romero, que estaba teniendo un partido complicado en defensa, servía en bandeja un espectacular centro con rosca al segundo palo para que como una bala, Borja,  el más bajo de la clase apareciese desde atrás poniendo el 2-1 definitivo en el marcador y desatando la locura en el Romano.

Tras el gol hubo una clara reacción del Real Jaén que poco a poco iba metiendo atrás al Mérida, pero Zamora, muy seguro todo el partido, y Jesús Gozalez, bien custodiados por Javi Chino, no permitían muchas ocasiones de peligro a los visitantes. Aunque la más clara la iban a tener en el 76´ con un mano a mano de Nuno Silva ante Raúl Moreno que de nuevo salvaba a su equipo con una espectacular parada.

A partir de ahí el partido entró en una dinámica que le interesaba al Mérida. Juego trabado, piques entre jugadores, la afición encima del árbitro...lo normal en el fútbol, lo normal en la Segunda División B. Pero el Jaén iba a tener la última del partido, con un gran  disparo de Luis Pérez que solventaba con otra espectacular parada el meta romano mandando el balón a córner.

Terminaba así el partido en el Romano con un Mérida capaz de todo en este arranque liguero y con licencia para soñar, pero sin olvidar que el objetivo primordial es asegurar la salvación lo antes posible, mientras que el Real Jaén tendrá que reponerse tras la derrota sufrida en el Romano.