Empezó noviembre y el Lleida Esportiu puso fin a la travesía por el desierto que supuso un mes de octubre para olvidar. Tras quedar eliminados de la Copa del Rey y sumar apenas tres puntos de los últimos doce en liza, los del Camp d'Esports se han reencontrado con el triunfo aprovechando la visita de un Badalona que, a diferencia de ellos, llegaba al feudo ilerdense en su mejor momento del curso. Los pupilos de Manolo González, no obstante, se han quedado en inferioridad numérica a los 35 minutos de juego con un penalti que ha propiciado el primer gol del Lleida y el partido ya se les ha puesto muy cuesta arriba hasta caer por 0-2 con merecimiento.

En un ambiente enrarecido por los últimos malos resultados del conjunto local y con la continuidad de Idiakez al frente del banquillo azul en entredicho, arrancó el partido. Y lo hizo con susto para el técnico vasco ya que una falta muy bien colgada por el ex del Lleida Eugeni Valderrama la remató Akrong con todo a favor para adelantar al Badalona en el minuto uno. No obstante, aparecieron las manos salvadoras de Iván Crespo para evitar lo que habría sido una pésima notícia para los locales. Ya empezaron perdiendo con un gol tempranero en el último encuentro en casa ante el Reus y la crispación de la afición habría crecido hasta límites peligrosos de haberse repetido la historia.

Penalti y expulsión

La ocasión de Akrong fue clara, pero lo cierto es que poco más mostró el Badalona en el transcurso de los noventa minutos. El Lleida Esportiu se hizo pronto con el dominio del juego y ya no lo soltó hasta hacerse con los tres puntos. Un disparo de Julen Colinas a los cinco minutos, ajustado al palo del incombustible Morales, fue la primera ocasión azul. El atacante del Lleida fue todo un quebradero de cabeza para los defensores escapulados, a los que se hartó de sacarles faltas. Un jugadón por banda suyo, desbordando por la línea de fondo a todo rival que osó detenerle, hubiera significado el 1-0 si Manu Onwu no hubiese rematado fuera el pase de la muerte. También fuera se marchó el cabezazo de Óscar Vega a centro de Òscar Rubio.

El público del Camp d'Esports reclamó penalti y expulsión por una posible falta de Morales sobre Colinas, que quedó tendido en el césped. La acción no fue sancionada, pero poco después terminaría pitándose ese penalti y expulsión en la jugada clave del choque. Amantini derribó a Manu Onwu en el interior del área y, a instancias del línier, el colegiado Leo Ollo decretó el punto de penalti y sacó tarjeta amarilla al central del Badalona. Ya había visto otra con anterioridad, por lo que se tuvo que ir a la ducha prematuramente. Marc Martínez, con seguridad, engañó a Morales. El gol fue celebrado por todo el equipo con un abrazo al técnico Imanol Idiakez, un gesto que demuestra la unidad del grupo ante las dificultades vividas en las últimas semanas.

Con el 1-0 se llegó al descanso, aunque podría haber sido más amplia la renta ilerdense si Urko Arroyo no hubiera finalizado fuera un rápido contragolpe conducido por Colinas. En la reanudación el conjunto visitante se vio mermado por su inferioridad numérica y no pudo asustar a la parroquia local como a Manolo González le hubiese gustado. Un peligroso centro de Òscar Rubio que cortó la zaga badalonesa y un uno contra uno de Manu ante Morales no sirvieron para marcar el 2-0. Tampoco un disparo lejano de Martínez que se estrelló en el palo. Por muy poco no entró el que hubiera sido, sin duda, uno de los mejores tantos de la jornada.

Final plácido para el Lleida

La insistencia del Lleida tendría premio y el 2-0 terminaría llegando en el minuto 59. Urko Arroyo chutó desde la frontal tras recortar a su defensor y obligó a intervenir a Morales. El despeje del guardameta cayó a pies de un gran Òscar Rubio, incorporado al ataque, que cruzó el balón lejos de su alcance. Es el tercer gol que marca ya el lateral leridano en este inicio de campaña, el segundo en liga.

El partido murió con el segundo tanto del Lleida, pues en los minutos restantes estuvo más cerca el 3-0 que el 2-1, y eso que tampoco los de Idiakez gozaron de muchas oportunidades. Un tiro de Urko Arroyo demasiado cruzado y poco más. Suficiente ante un Badalona rendido a la evidencia del juego y el marcador. Deberán pensar ya en la difícil cita ante el Reus, mientras el Lleida Esportiu intentará dar continuidad a su reacción en Sabadell.