En un lógico ambiente festivo, la margen izquierda del Nervión se prepara para acoger un año más el partido de máxima rivalidad comarcal. El olor a fútbol se mezclará con el de las navidades en Las Llanas, que acogerá sus mejores galas para una cita que el calendario ha querido que cierre el año futbolístico para dos conjuntos con ganas de refrendar sus respectivas dinámicas positivas: victoriosa, la de los locales; clasificatoria la de los visitantes. Algo más que tres puntos en definitiva para dos aficiones que marcan en rojo el doble enfrentamiento en el calendario.

Y es que ‘River’ y ‘Peñarol’, o lo que es lo mismo, Sestao y Barakaldo, protagonizan sin duda uno de los derbis con más solera de toda la categoría, cuyos primeros enfrentamientos se retrotraen a los años veinte del pasado siglo, y que en sus mejores momentos llegaron a llenar el vetusto municipal sestaoarra con más de 10000 personas a finales de la década de los 50.

Ahora, bajo el refundado nombre de Sestao River, será la novena ocasión en que el Barakaldo cruce el Galindo para rendir visita a su eterno rival, desde que en la temporada 2004/2005, verdinegros y gualdinegros se reencontrasen en la categoría de bronce del fútbol español. Un historial de resultados equilibrados que el equipo anfitrión, con sólo dos victorias tendrá la oportunidad de equilibrar. Tres veces firmaron las tablas, tal como hicieron este mismo año en el mes de abril, y otras tres fueron los visitantes los que se llevaron los tres puntos para Lasesarre.

Sea como fuere no será fácil para ninguno de los dos conjuntos superar al adeversario si tenemos en cuenta no sólo el historial de marcadores ajustados que han dominado los derbis en Las Llanas, sino la misma tarjeta de presentación con la que acuden al choque tras 17 jornadas de liga. El Barakaldo llega a Las Llanas como líder destacado del grupo segundo, con 38 puntos, habiendo perdido un solo partido en toda la liga, curiosamente en casa del actual colista de la clasifación, el Getafe B. El Sestao en cambio se halla en una posición intermedia, octavo en la tabla con 24 puntos, pero con la posibilidad de acabar la primera vuelta sin haber conocido la derrota en su feudo.

Bien es cierto que la distancia de 14 puntos que actualmente separa a unos y otros invitaría al favoritismo de la escuadra que brillantemente dirige en su primera temporada como técnico David Movilla. La regularidad conseguida desde las primeras jornadas de liga se ha visto acompañada por una no menos exitosa trayectoria en Copa del Rey, competición en la que, tras quedar exentos en el primer sorteo, consiguieron superar la segunda y tercera ronda en Lasesarre hasta quedar emparejados con el Valencia en una eliminatoria finiquitada el pasado miércoles en Mestalla por un global de 5-1 para el conjunto de Primera División. Pero ni la derrota en Mestalla ni los dos últimos empates cosechados ante Real Unión y Amorebieta merman la moral de un plantel que aspira a consolidar el honorífico título de campeón de invierno en los dos siguientes partidos.

Y mientras su vecino se acostumbraba a ver desde lo alto de la clasificación cómo la distancia con respecto al último puesto que da derecho a los playoffs, el Sestao River deambulaba por la competición con el dudoso honor de ‘Rey del empate’, con hasta nueve tablas en el marcador en las primeras catorce jornadas de liga. Una alarmante sequía goleadora castigaba a un equipo que sufría en mitad de la primera vuelta una sacudida en el banquillo en forma de repentina dimisión por motivos personales de Félix Sarriugarte. Tras coquetear peligrosamente con los puestos de descenso, el tándem formado por Jon González y Txus Pinedo parece haber enderezado el rumbo con tres victorias consecutivas en los tres últimos partidos de liga, superando a Getafe B y Guadalajara a domicilio, y a Fuenlabrada en su último partido en Las Llanas.

Algo más que tres puntos

Sin duda alguna la solvencia en el apartado defensivo es el principal punto en común en que confluyen ambas escuadras. Sólo nueve goles han encajado sus respectivos guardametas, Raúl Domínguez y Alejandro, lo que les convierte en ‘zamoras’ de la Segunda B ex aequo con sus homólogos de la UD Logroñés y el Cádiz. Por el contrario es en el rendimiento en el área contraria donde se observan las mayores diferencias entre unos y otros. Con 24 goles a su favor, el Barakaldo es uno de los equipos destacados en ese aspecto, doblando exactamente la anotación de un River que sólo ha marcado más goles que Mensajero y Portugalete en todo el grupo. Los seis goles del experimentado Alain Arroyo lideran el apartado goleador de un equipo gualdinegro que destaca por haber anotado casi la mitad de sus goles en el primer y último cuarto de hora de cada encuentro. En el lado opuesto llama la atención el estado de gracia de Mikel Abaroa, pichichi de los sestaoarras con cinco tantos, y que lleva anotando de forma consecutiva en los cuatro últimos partidos de su equipo.

Sin ser pues ni los mejores locales (sólo Real Unión y Fuenlabrada han sucumbido esta temporada en Las Llanas) ni los mejores visitantes (sólo 13 de sus 38 puntos ha conseguido a domicilio el Barakaldo), el componente emocional se añade en este tipo de partidos, que tanto desde el bando local como el rival insisten en calificar de ‘pronóstico incierto y sin favorito.’ Así al menos lo manifestaron tanto Alain Arroyo como Eneko Rubio, protagonistas entrevistados por VAVEL, y que coincidieron en señalar el aprovechamiento de un error del rival como factor decisivo para la suerte de este tipo de partidos.

Posibles alineaciones