Gernika y Sestao protagonizan el sábado uno de los tres derbis vizcaínos con los que el grupo 2 de Segunda B cierra la primera vuelta de la competición. Será además el segundo derbi de rivalidad provincial que uno y otro acometan tras cerrar 2015 con sendas derrotas por la mínima ante Amorebieta y Barakaldo respectivamente. Sin duda los tres primeros puntos del nuevo año se convertirían en el regalo anticipado de Reyes para dos proyectos que necesitan arrancar 2016 con renovada ilusión para sus diferentes objetivos deportivos: mantener la tan difícilmente recuperada categoría por parte del Gernika, y brindar a su afición algo más que la simple permanencia en el año de su centenario en el caso del Sestao.
Una historia interrumpida
Más de 20 años hace que este derbi vizcaíno no se disputaba en Segunda B. Concretamente en octubre de 1994, cuando el Sestao Sport de Blas Ziarreta se imponía por 1-2 a un Gernika dirigido por Juan Mari Sañudo en el antiguo campo de Santa Lucía. Nueve años después, el ya refundado Sestao River volvía a rendir visita oficial a la Villa Foral, esta vez ante un Gernika que se había despedido justo de la categoría de bronce.
Ya emparejados en el grupo IV de Tercera, un total de tres veces ha tenido lugar este derbi vizcaíno en tierras gernikarras con un equilibrado balance de un empate y una victoria para cada equipo. La última visita oficial del Sestao obliga remontarse a la última temporada de los de la Margen izquierda en Tercera, un 4 de septiembre de 2010, con otra victoria forastera por 0-2 con doblete del hoy pichichi de la Cultural Isaac Aketxe, y con el portero Altamira y el centrocampista Salutregi como supervivientes en las filas locales de aquel duelo.
Ahora el derbi de Urbieta presenta a dos rivales situados en la zona media de la clasificación y separados por sólo dos puntos, aunque con una trayectoria previa ciertamente distinta. Así los sestaoarras ocupan el octavo puesto, con 24 puntos, después de superar un largo período de inestabilidad, con una sangría de empates y el brusco relevo en el banquillo tras la sorprendente dimisión de Félix Sarriugarte. El nuevo tándem de técnicos conformado por Txus Pinedo y Jon González pareció haber revertido la situación tras la jornada 15, con una exitosa racha de tres triunfos consecutivos que consiguió despegar al River de los puestos peligrosos de la tabla, aunque la primera derrota sufrida como local en el derbi de Ezkerraldea truncó momentáneamente el optimismo en el seno del club de Las Llanas, que vuelve a ver aumentada a siete puntos la distancia con los puestos de playoffs de ascenso.
En el bando opuesto, el recién ascendido Gernika sorprendió con sus primeros resultados en su retorno a la categoría de bronce, y cimentándose sobre todo en su inexpugnable fortín de Urbieta, llegó a coquetear durante las primeras jornadas con la zona noble de la clasificación. Sin embargo, tras la sonora goleada ante el Portugalete hace más de dos meses, los pupilos de Jabi Luaces han encadenado una pésima racha de nueve jornadas sin conocer la victoria, con tres derrotas en los tres últimos partidos de liga, y la dolorosa ‘manita’ recibida ante el Real Unión que supuso el fin de catorce meses de imbatibilidad como local. Ahora, duodécimos con 22 puntos, y a sólo tres del descenso, el objetivo de los de la Villa Foral es sumar para acabar el ecuador de la competición en la proyección de puntos estimada para asegurar la permanencia en la categoría.
Separados por los goles
A la consabida igualdad e incertidumbre que suelen preceder este tipo de partidos de rivalidad provincial se añaden unas estadísticas que muestran el contraste en la estadística de ambos conjuntos hasta la fecha. Es cierto que el Gernika como anfitrión ofrece unos números más que fiables, con cuatro victorias, cuatro empates y una sola derrota, pero también que el Sestao como visitante demuestra un comportamiento bastante similar al que tiene en casa, repartiendo exactamente la mitad de sus puntos, 12, gracias a sus tres victorias y tres empates fuera de Las Llanas.
Más llamativo incluso resulta el rendimiento que uno y otro equipo demuestran en las respectivas áreas. Tras el Getafe B, el Gernika es el segundo equipo más goleado del grupo, con 28 tantos encajados, pero también es el tercer equipo más goleador, con 26 a favor, un apartado en el que destacan el cuarteto formado por Santamaría, Enziondo, Torrealdai y Aimar Cid con cinco dianas cada uno. El Sestao en cambio aparece como el segundo equipo menos goleado, con sólo 10 goles recibidos por su guardameta Raúl Domínguez, pero a su vez es el menos goleador del grupo junto al Mensajero. Casi la mitad de sus 12 goles los firma su pichichi Mikel Abaroa, jugador cuya racha permitió el resurgir del equipo de la Margen Izquierda el pasado mes de diciembre.
Novedades y posibles alineaciones
El parón navideño parece haber aliviado el parte de bajas en la convocatoria que últimamente había venido padeciendo el vestuario del Gernika. Luaces podrá recuperar en defensa al indiscutible Carracedo, tras cumplir sanción la pasada jornada, y mantiene la duda en el lateral derecho, donde el habitual Eriz Goiria pensaba reaparecer tras perderse los dos últimos compromisos de su equipo por problemas en el gemelo.
En el bando opuesto, la principal novedad sería la presencia de la flamante incorporación de Jon Arrizabalaga, lateral cedido por el Bilbao Athletic para paliar las bajas para lo que resta de temporada de Resines y Dani Mateos. La enfermería verdinegra sigue sumando efectivos, y además de Leandro, que espera reaparecer a finales de mes, las fiestas confirmaron la ausencia del centrocampista Eneko Rubio por un período aproximado de dos meses, y del lateral Arnáez, cuyos problemas en el abductor podrían tenerle entre seis y ocho semanas en el dique seco.
SD Gernika: Altamira, Kevin Calle, Berasaluze, Carracedo, Diego Simón, Gorka Pérez, Torrealdai, Santamaría, Salutregi, Aimar Cid, Etxabe.
Sestao River: Raúl Domínguez, Gago, Cabero, Tarantino, Riki, Cristian, Izurza, Jorge Hernández, Abaroa, Canario, Jito.