El Barakaldo ya no está invicto en casa, pero terminará líder –y con un mínimo de dos puntos de ventaja– la primera vuelta de campeonato. El Arenas de Getxo, gracias al solitario gol de Zumalakarregi, consiguió tomar el inexpugnable Lasesarre en el primer partido del año en Segunda División B, donde únicamente el Valencia, en Copa, había conseguido ganar. Pese a llevar la voz cantante durante varios tramos del partido, los de Movilla no demostraron la superioridad que han mostrado hasta ahora y, con muchos fallos en defensa durante toda la primera parte, se vieron superados y sin poder anotar.

El Arenas comenzó el año igual que lo terminó: ganando. Tras un 2015 lleno de éxitos en el conjunto rojinegro –volvieron a la categoría de bronce 35 años después–, el 2016 no pudo comenzar de mejor manera. La victoria en Lasesarre les coloca con 30 puntos y a muy poco de su objetivo con tan solo la mitad de liga disputada. Nadie había sorprendido tanto en cancha gualdinegra como lo hicieron los de Bolo. El parón navideño se notó en las filas locales, que con muchos cambios en el once para dar descanso a los más habituales (Albisua se quedaba en el banquillo y Yurrebaso y Quintanilla en la grada), no fueron capaces de aguantar las acometidas rivales.

La presión en centro del campo de los de la margen derecha dio sus frutos desde un principio, llegando con muchos efectivos y bastante fácil a área rival, donde Pomares y Etxebarria se veían superados. Jaime Zumalakarregi, que posteriormente convirtió el gol de la victoria, fue el culpable de que el Arenas no se pusiera antes por delante al tocar, sin querer y en boca de gol, un gran remate del central Adrián Pazó tras un saque de esquina. El partido se volvió animado a partir de esa ocasión visitante.

Y llegó el gol que dio los tres puntos al cuadro arenero. Zumalakarregi, a la media hora de juego, empujó a la red el balón tras un gran contragolpe llevado por Luisma Villa. 1-0 y pareció que el Barakaldo encajó bien el golpe. En la siguiente jugada, la de réplica, David Martín estrelló su disparo en el palo tras una de sus características arrancadas desde banda izquierda. Todavía hubo tiempo para la polémica antes del descanso, al no señalarse un claro penalti sobre Alain Arroyo por agarrón. David Movilla, contrariado por el juego de su equipo o por la última decisión arbitral, enfiló visiblemente enfadado el vestuario antes de que el árbitro decretara el final del primer acto.

Sin reacción

En la segunda mitad, los cambios ofensivos que introdujo Movilla no dieron sus frutos, ya que ni Izquier, muy poco participativo, ni Ito, desorientado, entraron demasiado en juego. El juego interior que buscó constantemente el Barakaldo tampoco salió bien. Arroyo, que fue el mejor en esa faceta del juego, volvió a ser el mejor de su equipo, pero su mejor ocasión se marchó alta en un mano a mano ante Txemi Talledo, que antes se había llevado una ovación del público (escaso) de Lasesarre. El portero bilbaíno ayudó a ascender al cuadro aurinegro hace cuatro temporadas y será siempre recordado por una gran parada en el último minuto del play-off. 9 meses después de su última derrota en liga en Lasesarre, el líder pinchó.