El derbi vizcaíno que abría la segunda vuelta del campeonato dejó los tres puntos en poder del que más lo necesitaba. El duelo de recién ascendidos repetía un enfrentamiento clasico en el grupo IV de Tercera, y que en sus últimos precedentes había impedido a los visitantes marcar en el fortín de Urbieta. La historia volvió a repetirse y, tras 10 jornadas sin saborear las mieles del triunfo, el Gernika, peligrosamente situado a tres puntos del descenso, tomó aire a costa de un Arenas que pretendía sumar su tercera victoria consecutiva y seguir al acecho de la cuarta plaza de la clasificación.

En el bando local, con las bajas de Eriz, Enziondo, Salutregi y Bordas, el sancionado Jabi Luaces optaba por repetir el mismo once que la semana anterior recibía al Sestao, mientras que Jon Pérez ‘Bolo’ confiaba en el mismo planteamiento que sorprendía al Barakaldo, con la novedad bajo palos de Etxebarriazarraga en lugar del veterano Txemi Talledo, así como el regreso a la titularidad de Oya y Aitor Ramos por Royo y Uranga.

Luisma Villa, encarando a Ander Larruzea

Tras tres partidos sin ver portería, el Gernika salió sediento de gol, y Josu Santamaría, su jugador más adelantado en la primera parte, no tardaba en buscarle las cosquillas a la defensa rival. Cayó en fuera de juego la primera vez, pero a la segunda, aprovechó un pase preciso entre los dos centrales de Gorka Larrucea para definir con serenidad ante un vencido Etxebarriazarraga.

Santamaría acierta, Javi López perdona

Apenas cinco minutos transcurridos y el equipo local se sacudía la presión del marcador y encontraba un escenario idóneo donde desarrollar su juego directo, evitando pérdidas en campo propio, y sin problemas por conceder la posesión del esférico a su rival en zonas alejadas del área bien defendida por Altamira. El Arenas recogió el guante pero con timidez, con mucha movilidad e intercambio de posiciones de sus hombres de arriba, pero ni Infante ni Ramos ni Villa pusieron en aprietos al guardameta local, que solo tuvo que intervenir en una salida con los pies para desbaratar una incursión rojinegra.

Fue el Gernika el único que volvió a disparar antes del descanso, primero con un chut desviado de Otiñano desde fuera del área, y luego con un remate a la media vuelta de Luariz que fue manso a las manos del meta visitante.

Ante la evidente falta de remate de los suyos Bolo movió piezas en el vestuario y daba entrada tras la reanudación a Javi López como delantero centro. También efectuaba variaciones en ataque su rival, pero en este caso se trataba de una permuta de posiciones entre el pichichi Santamaría y Luariz, que dejaba la banda derecha para ocupar la posición de delantero centro.

El segundo acto dejó vislumbrar ya lo que sería el partido en adelante: un dominio creciente del equipo arenero, bajo la batuta de Txopi, frente a un Gernika que juntaba líneas y buscaba sorprender a la contra con balones largos buscando la potencia y velocidad de Luariz. Un plan que pudo resultar perfecto si en el minuto 53 el delantero local hubiese acertado a resolver una acción personal en contraataque, que terminó estrellando en el cuerpo del portero rival.

Pudo arrepentirse de ese error el conjunto de la villa foral, que empezaron a sufrir las acometidas desde las bandas de un Arenas que ya encontraba en el área la cabeza de Javi López, rematando casi de forma consecutiva dos buenos servicios desde la derecha.

Javi López lamenta la ocasión perdida
Javi López lamenta la ocasión perdida

Tanto Ibon Díez, desde esa banda, como Zabaleta desde la izquierda, se desdoblaban como extremos cada vez con más frecuencia, y el partido daba visos de hacérsele demasiado largo a un conjunto local que buscaba en Etxabe y Aimar oxígeno arriba para tratar en vano que la línea defensiva rival no avanzara metros.

A quince minutos del final llegó al jugada que pudo cambiar la suerte del partido, en una acción similar a la que diera fruto al gol del Gernika, pero esta vez Javi López no supo aprovechar la asistencia de Luisma Villa, viendo como la rápida salida de Altamira interceptaba su disparo, y desaprovechando el rechace con un segundo remate que se marchaba por encima del larguero. El lance del juego simbolizaba el sino del partido, un 'quiero y no puedo' del conjunto getxotarra que no pecó de impaciencia pero sí de pegada ante un sacrificado Gernika , que acabó incluyendo un tercer central para aguantar las acometidas finales.

Volvió a rozar la igualada el Arenas con una ocasión de Beto, que a la salida de un córner peinado a la corta por Pazó, remató en el segundo palo, con la mala fortuna de que el balón imapactase en la cara de un defensor gernikarra. El balón parado se convertiría en el último recurso de los de la Margen Derecha, que ya en el descuento forzaron una falta peligrosa y otro saque de esquina que no sirvieron más que para dar emoción añadida a un partido en el que el Gernika conseguía devolver el marcador de la ida a un Arenas resignado otra vez a marcharse de vacío de un campo poco propicio estos tres últimos años.

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