El Lleida Esportiu ha empezado la segunda vuelta con buen pie, con una importante y sufrida victoria (1-0) ante el Espanyol B. Con este triunfo los pupilos de Imanol Idiakez, que se mantienen en los puestos de playoffs, encadenan 10 jornadas sin conocer la derrota, una gran racha que les ha catapultado a la zona de privilegio. El choque, con alternativas y ocasiones para ambos equipos, no se ha decidido hasta los últimos cinco minutos, cuando Diego Suárez ha transformado un penalti forzado por Julen Colinas. Sigue el infortunio a domicilio del filial perico, que vuelve a caer tras malograr claras oportunidades.

La primera ocasión de gol del Lleida la tuvo Colinas, pero fue invalidada por fuera de juego y le costó una tarjeta amarilla al atacante vasco. Primera decisión controvertida de un árbitro muy criticado por el público asistente al Camp d'Esports. Los de casa intentaban llevar la manija, pero no encontraban su fluidez habitual en el juego de posesión y el Espanyol B, también intentando darle un buen trato al balón, contraatacaba con peligro. Así, Toño Vázquez tuvo que aparecer providencialmente para tapar a Dalmau cuando ya encaraba a Iván Crespo, el guardameta local.

Un tiro con efecto de Vega que rozó la escuadra en el minuto 17 y un gol anulado a Colinas por un dudoso fuera de juego fueron las únicas ocasiones reseñables del Lleida en la primera mitad. Tampoco demasiado a destacar por parte espanyolista. El partido era de idas y venidas, sin un claro dominador. En esta tesitura se llegó al descanso con el 0-0 inicial.

Ocasiones visitantes

En la reanudación ambos equipos se lanzaron a por los tres puntos, aunque fue el filial perico quien gozó de las mejores oportunidades. La primera, sin embargo, fue para el local Julen Colinas, que nada más empezar la segunda parte remató de cabeza muy forzado a las manos de Rubén Ualoloca. Otro cabezazo, de Toño Vázquez en un saque de esquina, se marchó desviado. Y poco antes tuvo el Espanyol B la ocasión más clara del encuentro hasta ese momento. Gran contragolpe, pase de la muerte y, con todo a favor para marcar el 0-1, remate de Pibe a las nubes. También pareció cerca el gol visitante en el 58', cuando Dalmau recortó con maestría a Molo y se plantó ante Crespo. No obstante, el pichichi del grupo 3 no golpeó del todo bien el balón y lo mandó fuera rozando el poste.

La entrada al césped de Entrena se tradujo en nuevas situaciones de peligro para los de Lluís Planagumà. Primero se marchó por velocidad en banda izquierda y obligó a Crespo a taparle con una rápida salida. Después, con un tiro prácticamente a bocajarro, volvió a toparse con el portero del Lleida, que realizó una gran intervención. Más fácil fue su parada en un disparo de Dalmau desde la frontal, justo después de uno de Ekhi por encima del larguero desde una distancia parecida.

Pena máxima

El público reclamó un claro penalti de Ualoloca sobre Julen Colinas que el árbitro no vio. Sí señaló los once metros en otra caída de Colinas en el interior del área tras una entrada de Robert Simón. Con el partido ya agonizando, el discutido Diego Suárez asumió la responsabilidad. Lanzó la pena máxima con el alma de todo un equipo y Rubén Ualoloca, aunque llegó a rozar el balón, nada pudo hacer para impedir el 1-0. Apenas restaban cinco minutos, en los que el propio Suárez pudo sentenciar tras una buena jugada de Doncel. No lo hizo y al Lleida Esportiu le tocó sufrir hasta el final. Y es que pudieron empatar los de Planagumà en su última intentona, ya en el 94', en una falta lateral que se paseó muy cerca de la línea de gol defendida por Crespo. La fortuna, pero, le dio la espalda, una vez más, al Espanyol B.

Galería fotográfica de Jordi Echevarria