'La vida es una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar', repetía Tom Hanks interpretando su archiconocido personaje Forrest Gump; sin embargo, cuando un aficionado del Cádiz CF veía esta temporada a su equipo, en la mayoría de ocasiones sí sabía que iba a tocar en ese partido, y seguramente no fuera del todo de su agrado. Pero algo ha cambiado, el conjunto amarillo ha dejado de ser predecible y muestra de ello fue el partido realizado la pasada jornada ante el Linares Deportivo.

Los de Claudio Barragán regalaron a sus feligreses un fútbol de toque, fluido y con muchas variantes -con desplazamientos en largo o en corto, juego por banda, o jugadas trenzadas por el centro buscando espacios, por ejemplo-, algo que se añoraba en el Ramón de Carranza. En lo táctico, los amarillos completaron un partido bastante completo en líneas generales, con una excelente presión iniciada por los hombres más adelantados, Güiza, Lolo Plá, Alvaro García y Salvi, bien en la basculación y muy ordenados.

El Cádiz CF realizó un gran trabajo táctico ante el Linares Deportivo, lo que le permitió tener el control casi todo el partido

David Sánchez en colaboración con Abel Gómez fue el director de orquesta del juego gaditano, mientras que Salvi apoyado por Juanjo y quizá en menor medida Álvaro García con Andrés Sánchez lideraron el juego por banda; la única mala noticia del encuentro fue la lesión del sanluqueño, que cuando mejor estaba tendrá que estar apartado de los terrenos de juego casi un mes. Aridane junto a Migue parecen haberse afianzado en el centro de la defensa, mientras que arriba Güiza y Lolo Plá ponen garra y calidad al ataque amarillo; el extremeño ya demostraba calidad en sus inicios con la camisola cadista pero la presencia de un jugador como Güiza ha podido ser un punto de apoyo para seguir mejorando.

Continuidad. Esa ha sido una de las claves del buen momento de forma que atraviesa el Cádiz CF. Los innumerables fichajes realizados por la entidad gaditana en los últimos años son un claro síntoma de inestabilidad, sin embargo el anuncio de la continuidad de Claudio Barragán al frente del proyecto fue bien recibida en la Tacita, a pesar de que el equipo gaditano tan solo estuviera a la altura probablemente en un solo partido en todo el playoff de ascenso del pasado curso, en la ida disputada en el Carlos Tartiere.

El último bloque que se consolidó en el equipo amarillo fue aquel que puso fin a nueve años en Segunda B y tras varios años en Segunda logró un quizá prematuro ascenso a Primera División, pero que sirvió para devolver al Cádiz CF a la élite del fútbol nacional. Seguramente no sería un grupo con grandes individualidades pero gracias al trabajo de un colectivo consiguió consagrarse y hacerse un hueco sin hacer mucho ruido; aunque sea muy osado comparar a este equipo con aquel, lo que el sábado se palpó en las gradas fue esa ilusión que se vivía antaño.

La presencia de algunos de sus integrantes, véase Enrique o Raúl López, puede ser un ejemplo a seguir de cara al tramo final de temporada. Tirando de tópicos, más vale tarde que nunca. Aunque este momento haya tardado en llegar, ha sido más que bienvenido por los aficionados, que esperan poder seguir disfrutando de su equipo y de su buen fútbol como mínimo hasta final de curso. Con ocho jornadas por disputarse y a cinco puntos del líder y tan solo uno del segundo clasificado, los cadistas tienen mucho que decir. Después de muchos 'bombones' amargos, ahora toca disfrutar de algo dulce.