El Sevilla Atlético venció en el último suspiro del partido ante el Linares Deportivo. Milagro, tal vez, pues hay que tener que cuenta que el rival había empatado la contienda en el minuto 90 de choque. Casta, quizás, pero no solo por parte de los pupilos de Diego Martínez. Casta por y para todos. El encuentro no fue una virguería del balompié, aunque sí dio mucho de sí.

Cinco goles, una cifra para nada desechable teniendo en cuenta de que se trataba de un duelo a vida o muerte, del típico todo o nada, del playoff o descenso. Un duelo de caminos contrapuestos, de igualdad sobre el césped, pese a las diferencias que se daban en las características físicas de los participantes, que terminó decantándose a favor de los anfitriones, posiblemente de una manera un tanto despiadada.

Los jugadores del Sevilla Atlético celebran el tanto de la victoria

Y es que, un partido que había sido domeñado por los sevillistas, en líneas generales, estuvo a punto de decantarse en favor del Linares de Antonio Torres, que reaccionó en el segundo período y se quedó a las puertas de la gloria, con un punto que solo fue un espejismo, una recompensa en balde, que derrotó al conjunto azulón. El gol no se portó bien con unos; con otros, bueno... le brindó lo que en otra ocasión les fue arrebatado. Así es el fútbol, como la vida misma.

El dominio sevillista

Bajo la atenta mirada de los presentes en el campo principal de la ciudad deportiva Ramón Cisneros Palacios, un centenar desplazados desde Linares, que también tenían un ojo echado al cielo por la previsión de lluvia - que luego se confirmó - dio comienzo el enfrentamiento con un dinamismo muy interesante, con los hispalenses acercándose a la meta de Lopito con peligro, mientras que los Fran Fernández, Joselu y Salinas hacían lo propio sobre el marco de Jose Antonio, aunque ninguna de las oportunidades tuvo éxito en los primeros veinte minutos de envite.

El Sevilla Atlético escala a la tercera plaza tras la derrota del Cádiz

El partido estaba abierto, de idas y venidas, transiciones rápidas de balón, juego por banda. Matos causó estragos en el carril izquierdo en el bando de local, Carrillo hizo de delantero robusto, Curro de enganche con movilidad, acompañado de Borja Lasso, Ivi de goleador, de extremo libre; a los veinticinco minutos del primer período, Ivi transformaba en gol un lanzamiento de falta directa, botado de forma magistral, favorecido debido a la óptima colocación del esférico, fuera del área escorado a banda.

Ivi
Ivi aclamado por los suyos después de su doblete de hoy 

Con la ventaja momentánea en el electrónico, el Linares buscó con cabeza la igualada, aunque no le fue posible. Jose Antonio, y la mala suerte a la hora de definir desesperaron a los visitantes. El colegiado señaló el camino de vestuarios con el uno a cero. A la vuelta del descanso, el partido continuó por los mismos derroteros, el resultado final aun no estaba decidido ni definido y los dos equipos querían arriesgar, poner la carne en el asador.

A la primera, Fran Fernández avisó con un disparo desde la frontal que llevó una trayectoria poco alentadora. No vio puerta, aunque no anduvo demasiado lejos. La réplica llegó con la firma de Borja Lasso, con un remate en semivolea desde media distancia que se fue a las nubes. De las botas de este último nació la jugada del segundo tanto del enfrentamiento. Una gran triangulación entre Ivi, Carrillo y éste, dejó en bandeja el tanto al delantero madrileño, que no dudó en batir al guardameta linarense.

Joselu busca a su afición tras su golazo
Joselu busca a su afición tras el golazo

El resurgimiento linarense

Con el dos a cero en el marcador, parecía el encuentro casi resuelto, pero ni mucho menos. Antonio Torres daría entrada- igual que su homónimo Diego Martínez a varios jugadores -, y uno de ellos, Kike Boula, sería el encargado de recortar distancias. Un robo de balón en la línea de tres cuartos, una veloz internada en el área, tirando la diagonal hacia el centro y un potente golpeo ajustado a la cepa del poste, sirvió para que el meta hispalense no fuera capaz de evitar el gol del guineano. 

El golazo de Joselu en el 90' se vio eclipsado por el tanto de Bernardo en el 95'

Restaba un cuarto de hora para el final y el Linares Deportivo cercó el área de los franjirrojos. Salinas vería la segunda amarilla en una acción rigurosa, por lo que su equipo afrontó los últimos minutos con un hombre menos. Pese a ello, el duelo volvió a resultar emocionante, con el marcador abierto. El bloque azulino apretaba, el Sevilla Atlético se defendía bien plantado. 

Andaba el delegado de campo alzando la tablilla con tres minutos de añadido al tiempo reglamentario, cuando Joselu soprendió a todos con un remate de volea, precioso por cierto, que, desde el pico del área, con una posición para el golpeo realmente complicada, mandó la pelota al palo largo de Jose Antonio para clavarla en toda la escuadra. Empate, y en el noventa de partido. El estallido de orgullo linarense se dejó notar. Afición y equipo se unieron en la banda para celebrarlo por todo lo alto. 

Afición y equipo se abrazan tras el empate
Celebración de los aficionados y jugadores linarenses

Final de tragicomedia

Con la adrenalina del empate en el cuerpo para unos y el jarro de agua fría que había supuesto este para otros, parecía un resultado inamovible. Pero, esto es fútbol, no hay que dar por perdido ni el último resquicio de partido. Superado ya los minutos de tiempo añadido, Jose Joaquín Matos cabalgaba por banda izquierda directo a meta. Bauti se le adelantaba y despejaba a saque de esquina.

El gesto: jugadores del Sevilla Atlético animaron a los del Linares tras el partido

Ivi, medio lesionado desde la jugada precedente, cogía el esférico para botarlo al área. Levantó su brazo izquierdo en señal de alguna jugada ensayada y la colgó. Segundos después Bernardo Cruz gritaba con rabia tras anotar el tanto de la victoria - esta vez sí, el definitivo -.

El éxtasis se personó en el césped. Los Biris, que habían venido a presenciar el enfrentamiento, y decenas de sevillistas más celebraban con emoción el gol y la victoria, mermados por la lluvia que acaba de remitir hacía pocos minutos. El gesto desolador de los jugadores del Linares era tremendamente desolador. Totalmente impactados por la crueldad de este deporte, que te da la vida y al segundo siguiente te la quita. David Carmona se acercaba a Joselu para animarle después de celebrar el gol, eso es fútbol: respeto y devoción.

El desconsuelo de los jugadores del Linares tras el gol de Cruz
El desconsuelo de los jugadores del Linares tras el gol de Cruz
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Sobre el autor
Rafa Cerpa
Nacido un 31 de mayo de 1996 en La Línea de la Concepción, Cádiz. Resido actualmente en la ciudad de Sevilla, desde donde soy participe en las secciones de RB Linense, Sevilla FC, y Sevilla Atlético en VAVEL.