Un partido rudo, sin muchas alternativas y donde el balón directo fue el principal protagonista hizo del encuentro un tanto 'insípido'. En ese aspecto el Cacereño propuso más, llegó y sobre todo inquietó la meta defendida por Brais Pereiro. Nuevamente la falta de gol hizo que los de Ángel Marcos no sentenciaran para, finalmente, no pasar apuros. Tras una indecisión en el área, Gállego fue el más listo y hace soñar con una complicada salvación al conjunto extremeño.

Valverde y su verticalidad

Dos de los principales puntales de Rafa Sáez en la grada. Birane Ba por sanción y el ex del Cacereño Raúl Medina. Éste último se mordía las uñas. Corazón dividido. El primero, tensionado. Era una final para ambos equipos. Ortiz dejaba el equipo entre semana. Ello forzaba la incursión de Diego Lamas en la convocatoria.

Por el lado cacereño, Leo Ramírez por decisión técnica no viajaba a Vigo. Con él, -en este caso por lesión- se quedaba Collado. Sí estaba Mulder, el mediocampista holandés llegado hace escasas semanas repetiría en el once inicial.

Como el clima este pasado domingo en Vigo, fue un encuentro irregular. Comenzó un Cacereño muy activo a atacar, a sabiendas de su escaso margen de error. Aarón probaba a Brais desde lejos. Su remate se iba ligeramente desviado. Contrarrestaba Adrián Armental con un lejano 'derechazo' lejos de los dominios de Montiel.

Como se suele decir: 'A perro flaco todo son pulgas'. Ello está siendo experimentado por parte del conjunto verde que, con una plantilla corta, está viendo cómo parte de sus efectivos 'están cayendo'. Fue el caso de Jorge Fernández -con un informe de lesiones este año que roza lo surrealista- que mediados los 14 minutos de encuentros se tiraba sobre el verde. Le sonaba. Estaba nuevamente lesionado. Rafa Mella le sustituiría.

Valverde comenzaba a hacer de las suyas. Una internada por el costado derecho ponía en más de un apuro a Brais Pereiro para despejar. No quedó ahí la cosa. Palero, un lateral con un enorme recorrido lo intentaba sin suerte mediante un remate lejano. Curiosamente, cuando mejor estaba el Cacereño, emergió el Coruxo. Pedro dentro del área probaba la defensa visitante con un potente remate que terminaba en córner. Sería la antesala de la mejor ocasión del conjunto local. Santi Comesaña conecta con Pedro Vázquez que devuelve al mediapunta, tras plantarse ante Montiel, obliga al sevillano a exhibirse para evitar el tanto.

Gállego, el más listo de la clase

Nuevamente salió más enchufado el conjunto de Marcos. En éste caso durante todo el segundo periodo en el que dominaron a los vigueses. Toni, tras una internada por el flanco izquierdo centra y no encuentra rematador tras pasearse por el área defendida por Brais. Daban el primer susto los extremeños. En este caso Mulder sería el segundo de los protagonistas. El holandés fusila la meta local obligando a despejar a la defensa olívica. Se tornaba el gol en O Vao y empezaba a tener color visitante, en éste caso rojo.

Montiel bota una falta en campo propio, tras ser peinada, llega a Gállego que al límite del fuera de juego aprovecha la torpeza defensiva para batir al meta porriñés. Lo celebraba por todo lo alto. No era para menos; tres puntos de confianza, tres puntos de esperanza.

Armental lo intentó pero su remate acaba en los guantes de un seguro Montiel. Pudo sentenciar el conjunto rojillo. Carlos Valverde arranca desde medio campo y, tras poner la directa y deshacerse de quien le salía a su paso, no acierta a rematar a portería vacía. Perdonaban los de Ángel Marcos y lo podían pagar caro.

Llegaban los últimos quince minutos. Atacaba sin cesar el conjunto de Sáez que veía cómo Acoidán era su hombre más peligroso. Dos remates del canario sorprendían a Montiel que conseguía repelir. Finalmente, el Cacereño tuvo el segundo. Valverde tras una falta alejada se topó con la cruceta del marco coruxista.

Con esta victoria, el conjunto de Marcos confía en apurar sus opciones de permanencia. Por contra, el Coruxo se mete en serios problemas.