Facilidad para ver puerta, pero también para recibir goles. Eso era hasta hace bien poco el Atlético Astorga dentro del Grupo I de Segunda División B. A pesar de ser uno de los equipos de la zona baja de la clasificación, los de la Ciudad Bimilenaria cuentan en sus filas con uno de los máximos anotadores del grupo, mientras que también son uno de los que más goles reciben. Todo eso era normal hasta hace bien poco.

Y es que las últimas jornadas de los pupilos de Paulino Martínez Soria se habían destapado por su solidez defensiva y su escaso olfato anotador. El cuadro maragato ganó en la zaga, evitando que el equipo rival llegara con facilidad a las inmediaciones del área defendida por el ‘Pulpo’ Romero. Pero eso llevó a una ansiedad inusual en la parte de arriba provocando imprecisiones que superaron los 300 minutos sin anotar ningún gol. Las cosas parecían haber variado notablemente.

Este sábado vuelta a la normalidad. Muy pronto la defensa astorgana dejó patente su endeblez al permitir que Aarón rematara libre de marca en el segundo palo en el minuto seis. Fallos impropios de jornadas previas, malas salidas de balón o una errónea colocación fueron los extraños deslices vividos por la zaga frente al Cacereño. Sorprendente fue la mala defensa de las acciones a balón parado, que terminaron por ocasionar dos de los tres goles encajados en la tarde de este sábado.

Semanas atrás encajar tres goles iba a ser sinónimo de consumar la derrota, pero en esta ocasión las cosas iban a ser muy diferentes. Los dirigidos por Paulino Martínez Soria aprovecharon al máximo las oportunidades de las que dispusieron para llevarse tres puntos fundamentales para seguir soñando con la permanencia. Además, Diego Peláez, Roberto Puente y David Bandera volvieron a ver puerta; mientras que Iago Beceiro estuvo presente en dos de los tantos. Los jugadores de ataque serán claves para salvar la categoría a final de temporada.