Déja vu es un término francés que significa “ya visto”. El concepto describe la sensación que experimenta una persona al pensar que ya ha vivido con anterioridad un hecho. Esto es lo que ocurre en el Municipal de Olot cada fin de semana en el que hay partido. Los aficionados acuden al estadio, ven el partido y sacan unas conclusiones. Y cada partido son las mismas. Al equipo le falta siempre un poco más de "algo" para ganar. Y pese a que son capaces de generar muchas ocasiones en un partido, les cuesta mucho anotar.

Este domingo se ha visto en el estadio al Olot de siempre. Capaz de llegar decenas de veces al área rival per con una falta de puntería increíble. Además, conforme avanzan las jornadas, el equipo cada vez es más frágil en defensa. Cada ocasión del rival es medio gol. Pese a todo no hay que restarle mérito a L'Hospitalet, que ha sabido defender bien el tempranero 0-1 y ha aprovechado las ocasiones que ha tenido para sentenciar el partido.

A los dos minutos de empezar el partido los visitantes ya avisaban con un disparo de Tià Sastre que atajaba Wilfred. El partido no empezaba bien para los olotenses y peor se iba a poner con el 0-1 de Cristian Alfonso a los 13 minutos de partido. Tras el gol del Hospi el Olot reaccionó y tuvo hasta cinco acercamientos consecutivos a la meta de Aulestia, que hizo un muy buen partido. Primero avisaba Sana por partida doble. Más tarde sería Musa el que lo intentaba de cabeza. También Sergio Ortiz probaba suerte desde lejos. Y finalmente Vallho tenía la quinta de cabeza, pero el portero vasco enviaba el balón a córner. En los primeros 45 minutos se vio a un Olot de menos a más pero al que le seguía faltando puntería y contundencia atrás, mientras que el Hospi defendía bien y hacía daño al contragolpe.

Durante la segunda mitad el partido tuvo momentos en los que el Olot parecía ser muy superior y llegar con facilidad pero también tuvo instantes de dominio visitante. Los locales avisaron pronto con un disparo desde fuera del área de Abel Solé que se marchó desviado. Pocos minutos más tarde, Sastre cometía penalti y los olotenses tenían una oportunidad de oro para empatar. Sin embargo, el joven Luismi cogió la responsabilidad de lanzarlo y lo erró. Gran estirada de Aulestia para parar la pena máxima y dejar en silencio todo el estadio. Este fallo afectó psicológicamente al equipo, que se vino abajo y bajó el ritmo en ataque. Castillejo hizo cambios ofensivos para remontar el partido. Reverter, Héctor y Marcel fueron los elegidos para entrar en la segunda mitad. Dos atacantes y un mediocentro con buen trato de balón. Pese al intento de voltear el marcador, los locales se encontraron con el 0-2 obra de David López a falta de ocho minutos para el final.

El jugador olotense, Reverter, centrando. Foto: Adan Príncep.
El jugador olotense, Reverter, centrando. Foto: Adan Príncep.

Con este gol la gente se quedó muda. Solo se escuchaban ligeras quejas en voz baja. Ni ganas de cabrearse y gritar tenían los aficionados. Con este segundo gol el partido quedaba prácticamente visto para sentencia, aunque en el descuento iba a llegar el último golpe. Contraataque visitante que acaba en gol de Gerard Oliva para firmar el 0-3. Así acababa el partido. Con la imagen de los jugadores del Olot hundidos y con un Luismi que rompía a llorar sintiendo el peso de la culpa que supone fallar un penalti que podía haber sido determinante.

Con esta derrota el Olot sigue en descenso, con la salvación a seis puntos y a dos del puesto que da acceso a jugar promoción. En la otra cara de la moneda está L'Hospitalet, que se pone cinco puntos por encima del descenso.