El derbi tarraconense que acabó con el resultado de empate a dos terminó poco antes de que se cumplieran las siete de una tarde lluviosa en el Nou Estadi. Pero la histórica rivalidad entre Gimnàstic de Tarragona y CF Reus Deportiu y sus respectivas ciudades hizo que se produjeran algunos actos impropios de aficiones y jugadores que han traído cola en los días posteriores al partido. Todas ellas, acciones que ensucian el nombre de dos aficiones que animaron y dieron color a un emocionante enfrentamiento territorial.

Durante el partido

Hacía apenas tres minutos que el CF Reus Deportiu se había adelantado en el marcador gracias a un gol de Pablo Marí en propia puerta cuando los locales tenían un saque de esquina a su favor. Antes de que se efectuara el saque, desde la grada de Gol Montaña se lanzó un pequeño objeto de color blanco, muy probablemente un mechero que no impactó en ningún jugador. Borja Abenia vio caer el objeto, lo recogió del césped y se llevó la mano a la cabeza e hizo gestos de dolor simulando que le había tocado. Lago Júnior vio cómo el jugador del Reus había cogido del suelo el objeto e intentaba engañar al árbitro, por lo que se lo recriminó dando lugar a una tángana en el área de Ángel Blasco. Precisamente Lago y Jean Luc, dos jugadores de Costa de Marfil, fueron objeto de burla por parte de algunos aficionados reusenses, que les insultaron con gritos racistas durante el partido.

Posterior al partido

Con el encuentro finalizado con el empate a dos logrado por los visitantes en el segundo de los cuatro minutos de añadido, se dieron dos incidentes que el CF Reus Deportiu recoge en su página web. Según el club, “unos incívicos aficionados granas” lanzaron tres piedras al bus del Reus cuando acababa de abandonar el reciento del Nou Estadi. Además, el equipo del Baix Camp también informa de que un aficionado rojinegro fue agredido, con dos puñetazos, por parte de algunos aficionados radicales del Nàstic.

En declaraciones a Tarragona Ràdio, Borja Abenia entonó el mea culpa por haber simulado que el objeto le impactó a la cabeza. Se lamenta de que puede haber dado una mala impresión a los futbolistas de las canteras de Nàstic y Reus que estaban en el estadio y pidió disculpas a la afición. A la vez que afirma no entender la repercusión que está teniendo la acción, grabada por las cámaras televisivas. En las redes sociales, dijo que fue un “acto de picardía”, debido a que los granas estaban jugado bien y al Reus le convenía parar el juego.