A finales de la temporada 2013/2014 el Nàstic protagonizó una remontada histórica en las últimas 12 jornadas de liga que lo colocaron en cuarta posición en la tabla, clasificándose para los playoffs de ascenso a la Liga Adelante. Sin embargo, una negra tarde en Llagostera terminó con los sueños de una afición que ya se veía en segunda División.

El transcurso de la temporada fue parecido al de la campaña anterior. Un mal inicio que le costó el puesto al técnico que empezó el año con los tarraconenses, Santi Castillejo, y un lavado de imagen gracias al nuevo entrenador Vicente Moreno. Con una remontada imposible, diez victorias en los últimos diez partidos, los de Tarragona llegaron al objetivo.

Una plantilla para ascender

Tras el primer año por el pozo de Segunda División B, los de Tarragona encaraban una nueva temporada con la obligación de, como mínimo, disputar los playoffs de ascenso a la Liga Adelante. Con una plantilla configurada para tal objetivo, con jugadores experimentados en Segunda División B y Segunda División y jugadores de calidad, sobre todo llegados en el mercado de invierno, todo parecía indicar que el Nàstic sería, esta temporada, candidato a estar arriba.

Nada más lejos de la realidad, el inicio de los de Tarragona fue igual de complicado que el anterior. Con un técnico experimentado en Segunda División B, que no lo hizo nada mal con el Reus Deportiu y que es todo un ídolo en la afición grana por su paso como futbolista en la entidad de Tarragona. Santi Castillejo no empezó nada bien la temporada.

Al Nàstic le faltaba mordiente, le faltaba creación de juego, creación de peligro. Se veía a los jugadores perdidos en el terreno de juego. Pero tras doce jornadas, la derrota ante el colista Badalona, sobre todo por la imagen que dio el equipo en ese encuentro, significó el adiós definitivo a Castillejo, que estaba en la cuerda floja.

El estilo Vicente Moreno

El técnico de Massanassa fue el encargado de coger las riendas de un Nàstic sin identidad. Los de Tarragona tardaron doce jornadas en perder, consiguiendo nueve empates y tres victorias. Números que dejaron al Nàstic a ocho puntos de los playoffs.

Vicente dio otro aire al Nàstic. Supo encajar a la perfección cada jugador y que cada futbolista supiera su papel en el terreno de juego. Los de Tarragona pasaron de estar totalmente perdidos en el verde a dominar y llevar el control del juego prácticamente en todos los partidos. En lo que restó de temporada, Vicente solamente perdió dos encuentros dirigiendo al Nàstic, además de la impugnación del Atlético Baleares.

Ganar, ganar y ganar

Como si el mensaje de Luís Aragonés hubiera calado fondo en el seno de la plantilla grana, tras la jornada 26, donde el Nàstic tocó fondo cayendo con un Ontinyent con olor a Tercera División, los de Vicente Moreno ganaron once de los 12 partidos que quedaban, consiguiendo 34 puntos de 36 posibles. Victorias una tras otra que auparon a los de Tarragona a la cuarta posición.

Un Nàstic, que si el Atlético Baleares no hubiera impugnado el encuentro que perdió contra los de Tarragona, hubiera terminado campeón del grupo 3 y quién sabe si las cosas hubieran sido diferentes en la eliminatoria de campeones. Lo cierto es que los jugadores grana remontaron 15 puntos en 12 jornadas.

Giner marcó la diferencia

En medio de la remontada grana tocaba visitar el Municipal de Reus. Otra vez en buena dinámica, y otra vez con una victoria ilusionante. El Nàstic llegaba a la capital del Baix Camp a siete puntos del Alcoyano, cuarto clasificado. Los tarraconenses llevaban cuatro victorias consecutivas y se creían el milagro.

Un partido marcado por el nerviosismo en ambas partes. Los de Reus querían sentenciar la permanencia y los de Tarragona no podían fallar en el derbi. Mil nastiqueros acompañaron a su equipo al Municipal de Reus en lo que fue la primera gran Marea Grana de la temporada en Liga -puesto que en el partido de Copa del Rey en Mestalla el Nàstic movió a más de mil personas-

La iniciativa del club de financiar una parte de la entrada sirvió para que la Marea Grana fuera tan grande. De los 20 euros que costaba ver el derbi, la plantilla pagó ocho euros de cada entrada, dejando que los aficionados pagasen 12 euros, entrada habitual en el resto de encuentros del Reus como local.

Una acción duante el derbi. | Foto: Gimnàstic de Tarragona.

Durante la primera parte hubo poca historia. Una tímida ocasión para cada lado y poco más. La segunda mitad fue algo más movida, pero no fue hasta el minuto 83 que Ferran Giner, con un tiro cruzado que batía a Edgar, hacía desatar la locura en la parte grana de la grada y en los propios jugadores visitantes. Tres puntos de oro que colocaban al Nàstic a cuatro puntos del objetivo, a falta, todavía, de cinco jornadas.

Pesadilla en Llagostera

Tras clasificarse para los playoffs de ascenso a la Liga Adelante, el Nàstic se erigió como el equipo más temido de los 16 que conformaban la fase de ascenso a Segunda División. El Racing de Ferrol tuvo la mala fortuna de enfrentarse a los tarraconenses en la primera eliminatoria. Sin embargo, sin haber sido capaz de anotarle un solo gol, quedó eliminado.

El siguiente rival fue el Sestao River, campeón del grupo 2 que cayó en la eliminatoria anterior frente al Albacete. Tras empatar en Tarragona y adelantarse en Sestao en cuadro local, Rocha y Querol remontaron el partido y la eliminatoria para enfrentarse al Llagostera en la gran final.

El Nàstic llegó al Municipal de Llagostera con ventaja, habiendo ganado en el Nou Estadi por 2-1. Sin embargo, la pesadilla no hizo nada más que empezar, pues el conjunto gerundés jugó con sus armas y la ventaja del pequeño terreno de juego, para adelantarse y, tras la prórroga, conseguir el ascenso a Segunda División. Tarde negra para los de Tarragona que estuvieron muy cerca, a un solo gol de ascender.