Ayer era una noche para la ilusión. El Racing, único equipo de bronce superviviente en la competición del KO, recibía en El Sardinero a un nuevo Primera División en la ida de los octavos de final de la Copa del Rey. Antes del inicio de choque, se respiraba perfectamente lo que fue la antesala de unos hechos reivindicativos inauditos en los últimos años en nuestro país. El prepartido se vivió de una manera muy caldeada, incluso más de lo que estamos acostumbrados en las últimas fechas. Como ocurrió en el encuentro ante el Marino de Luanco, las Juventudes Verdiblancas, reubicadas en tribuna debido a los incidentes del 22 de diciembre ante el Coruxo (invasión pacífica al terreno de juego cuando se decretó el final del partido, exigiendo al presidente que pagase a jugadores y empleados del club), saltaron a su habitual emplazamiento en preferencia Norte.

Ambiente caldeado desde antes del inicio

Instantes después de dicha 'invasión', los pertinentes cuerpos de seguridad se desplazaron hacia el fondo norte, con la intención de poder actuar con más eficacia ante otra posible invasión. Minutos antes del inicio del choque, los gritos y cánticos contra la directiva verdiblanca crecían, superando en decibelios y en cantidad a los de partidos anteriores. No solo era el grupo ultra quien clamaba contra Angel Lavín y compañía; la mayoría de los allí presentes no se callaron. Hartos de esta situación, niños, ancianos y adultos se unieron con un propósito común: un Racing limpio.

Las Juventudes Verdiblancas reivindicaron, una vez más, que su sitio está en preferencia

Parecía que los momentos de tensión iban a terminar con el pitido inicial de Iglesias Villanueva, pero nada más lejos de la realidad. El once inicial verdiblanco, en señal de protesta por las tres mensualidades que se les adeudan, se quedaron completamente quietos -gran parte de ellos con los brazos en la espalda- durante los primeros 30 segundos de juego. El cuadro almeriense, en un acto de altruismo y empatía con los que al fin y al cabo son sus compañeros de profesión, decidieron no jugar el cuero y echarlo fuera. Mientras tanto, el público dedicó una sonara ovación tanto al once inicial como al banquillo santanderinos.

La primera parte transcurrió con una relativa normalidad, y el protagonismo de la grada se basaba en cánticos de apoyo al equipo y de desacuerdo con la directiva. Poco antes de llegar al intermedio, varios aficionados sitos en el fondo Norte trataron de invadir el terreno de juego, pero la seguridad allí presente sofocó con solvencia la situación. Al descanso se llegaba con el 0-1 en el electrónico. Muchos de los allí presentes probablemente esperasen una reacción y una remontada del conjunto local, pero lo que seguro poca gente se imaginaba es lo que iba suceder alrededor del cuarto de hora del segundo tiempo.

Hubo un intento fallido de invasión al terreno de juego al filo del descanso

La segunda mitad comenzó con un Racing volcado en conseguir el empate. Sin embargo, el ahínco de los de Paco Fernández pasó enseguida a un segundo plano. El detonante de la ya en pocas horas famosa invasión al palco pudo ser el siguiente: en medio de una nube de descalificaciones y cánticos contra Ángel Lavín, el presidente verdiblanco la tomó con un aficionado que, como la gran mayoría de la grada, le estaba dedicando unas desagradables palabras. Que 'Harry' llamase a la policia para sofocar al ya citado hincha no gustó ni mucho menos en los aledaños del palco.

La invasión al palco, el momento cumbre

La sonora pitada proveniente de dicha zona del estadio llegó enseguida a oído de las Juventudes Verdiblancas, quienes en una mezcla de ira por tan ruin y rastrero acto y de motivación por las cámaras allí presentes, emprendieron una marcha hacia el palco presidencial. A partir de ahí, el partido perdió casi todo el interés en favor de lo que estaba a punto de suceder en el palco. Los escasos agentes de seguridad repartidos por los diferentes sectores del graderío local poco pudieron hacer para evitar la llegada de los ultras a la ubicación de Ángel Lavín y compañía. Ya en su destino, algunos de ellos arrancaron asientos de la tribuna y los lanzaron hacia 'Harry' y Leticia (abogada del presidente), la cual tuvo que soportar desde escupitajos hasta el lanzamiento de una bebida.

Momento en el cual los ultras cruzan una de las curvas en su marcha hacia el palco

El momento cumbre, la situación de máxima tensión llego cuando uno de los aficionados consiguió colarse -burlando sin excesivos problemas a las pasivas fuerzas de seguridad- en el rectángulo donde se encontraban los directivos locales, el guardaespaldas de Ángel Lavín y el presidente de la entidadad almeriense Alfonso García. Fue entonces cuando los agentes del estadio pasaron a un segundo plano y cuando el guardaespaldas cobró protagonismo, intentando evitar con un cenicero que los ultras hiriesen a su protegido. No obstante, no puedo evitar una patada a 'Harry' en la cabeza.

El presidente almeriense criticó duramente los incidentes

El grupo de aficonados que asaltó el palco fue rápidamente disuelto por la tardía intervención de la Policia Nacional, la cual fue criticada después del partido por Alfonso García. El presidente visitante calificó de deplorable los incidentes de anoche, asegurando que jamás había vivido una cosa así y que él también resultó herido en su intento de plantar cara a los hinchas locales, concluyendo que todo esto podía haberse evitado si la Policia Nacional hubiese intervenido antes.

Lanzamiento de asientos al palco presidencial

Con todos estos altercados, pocos fueron los que prestaron atención al soberbio tanto del canterano David Concha, quien estableció las definitivas tablas con una sutil vaselina ante Ustari. Al finalizar el encuentro, los jugadores racinguistas se dirigieron al fondo Norte para agradecer, una vez más, el apoyo mostrado durante el partido. La violencia nunca debe ser justificada, pero -sin que sirva como apología de ella-, cuando la justicia no actúa pocas son las vías que le quedan a la gente de Santander para salvar su centenario club. Esperemos que estos incidentes no vuelvan a suceder, pero sobre todo que el histórico Racing tenga unos dirigentes dignos acordes con su centenaria y limpia historia.