El Racing de Santander ya está matemáticamente clasificado para el play off de ascenso a segunda división. Ahora debe asegurar el primer puesto para partir con ventaja en esos play offs.

No fue un buen partido del equipo cántabro, pero lo primordial era ganar y se hizo. Un gol de penalti de Javi Soria basto para noquear a un serio Burgos, en un intenso partido de los dos equipos.

Un penalti adelanta a los cántabros

La primera mitad fue de dominio del Burgos, con el Racing tirando de la libreta de estilo, es decir, balón para el contrario y todo por suceder. Por eso, las mejores ocasiones eran para los burgaleses, que aprovechaban los errores de los centrocampistas verdiblancos. Pero cuando los castellanoleoneses eran superiores, el Racing cambió la situación, con Miguélez en plan estrella.

Fue el asturiano quien tuvo la primera ocasión a pase de cabeza de Javi Soria, pero acabo en córner. La siguiente jugada de los cántabros ya fue el gol. Una internada por la izquierda de Iñaki acabó en derribo de un defensa rival y con el árbitro señalando el punto de penalti. El máximo castigo futbolístico lo transformó Javi Soria.

El penalti y gol encorajinó a los burgaleses, pero el arreón (con dos ocasiones bastante claras) pasó sin incidencias para los locales, que incluso pudo aumentar el marcador por medio de Koné a pase de Miguélez, pero el costamarfileño falló delante del portero, con el que chocó, pero todo quedó en un susto (aunque los síntomas de dolor fueron intensos) para los dos jugadores.

La expulsión de Granero pone suspense a los últimos minutos

El descanso trajo para el Racing la intención de anestesiar el partido y administrar la ventaja que tenía. Miguélez tuvo el 2-0, pero su disparo se estrelló en el portero castellano.

Al Burgos (que se jugaba entrar en la fase de ascenso) se le acababa el tiempo, pero siempre se estrelló con la seriedad defensiva de los cántabros. Su mejor ocasión fue un disparo desde la frontal del área que se fue lamiendo el palo izquierdo verdiblanco.

Con el conjunto castellano ya jugando a la desesperada, una expulsión en el equipo local (Granero, que vio dos amarillas en 15 minutos) puso algo de picante a los últimos minutos del encuentro, pero como el Racing no se descompuso en defensa, todo quedó en nada.

Al final del partido, la grada empezó a gritar “campeones, campeones” a los jugadores, conscientes de la ventaja sobre los rivales y de los pocos partidos que quedan para el final de la temporada.

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