La pretemporada se inició a principios de julio con catorce jugadores y sin entrenador, ya más tarde se ficharía a Julio Velázquez. El 31 de julio se conoció que el Real Murcia seguiría en Segunda en la temporada 2013-2014, gracias a los votos en la Asamblea de la Liga de once equipos de Primera y siete de Segunda, y a pesar de la oposición de otros dieciocho que sumaban un coeficiente menor.

El Real Murcia, una vez conocido que su futuro estaba en la Liga Adelante, comenzó a abordar las mayores necesidades de Julio Velázquez que eran, en un principio, las de un delantero, un lateral zurdo y un centrocampista organizador, ya que muchas negociaciones estaban congeladas hasta saber en qué categoría iba a jugar finalmente el club grana. Después de restablecerse la estabilidad con el futuro del Real Murcia en la Liga Adelante y de que la concentración de los jugadores estuviera centrada ya en el inicio de la temporada el 17 de agosto, se dejaron muy claro los objetivos desde un primer momento. El equipo que se estaba formando era para mantener la categoría. Un equipo austero y hecho en muy poco tiempo que tenía como meta no acabar en las últimas cuatro posiciones de la tabla en Segunda División.

La pizarra de Velázquez comenzó a carburar en septiembre

La complicada pretemporada del Real Murcia, llena de incertidumbre debido a que el equipo no sabía realmente en que categoría militaría hasta finales de julio, complicó mucho la confección de la plantilla y que los jugadores asimilaran los conceptos de su entrenador. El conjunto pimentonero no estaba lo suficientemente trabajado como para desarrollar el juego que terminaría haciendo durante el resto de la temporada, por lo que Julio Velázquez imprimió a su equipo una capacidad de sufrimiento y trabajo defensivo de todo el equipo para contrarrestar la falta de una pretemporada más larga.

Foto: AS.

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El arranque liguero del Real Murcia tuvo un claro protagonista, la estrategia. El mister salmantino supo dotar a su equipo de un poderío a balón parado que le supuso sumar una cantidad importante de puntos. Durante el mes de septiembre se jugaron cinco partidos de los que ganaron en tres ocasiones y empataron en dos. En todos esos partidos los granas sacaron rendimiento a "la pizarra de Velázquez"; en el empate ante la Ponferradina Acciari empató al rematar un córner sacado por Saúl. Asimismo, en las victorias ante Dépor, Alavés y Numancia fueron Dorca, Kike, Mauro Dos Santos y Saúl quienes volvieron a dar la victoria en sendas jugadas a balón parado.

El juego de los murcianos fue mejorando jornada a jornada y cada vez hubo menos dependencia de las jugadas a balón parado.

La posición inicial de Eddy

El canterano ha contado con la confianza del entrenador desde el inicio del campeonato liguero, su mejora en el juego ha sido uno de las principales ‘culpables’ del gran juego que ha demostrado el conjunto pimentonero en el tramo final de la temporada, aunque, durante el arranque liguero, Julio Velázquez posicionó al jugador más adelantado, casi de media punta, para ayudar en la presión en la salida de balón de los rivales a Kike García. A pesar de que los resultados eran positivos, la posición del hispano-azerí era criticada por algunos sectores tanto de la afición como de la prensa.

El joven centrocampista ha demostrado ser una apuesta de futuro segura en el centro del campo, posee un físico muy superior al del resto de centrocampistas de la categoría, esta superioridad física le permite protagonizar acciones box to box y ha mejorado sustancialmente su trato de balón. Un centrocampista omnipresente que abarca una gran superficie del terreno de juego, capaz de ser importante tanto en defensa como en ataque.

Complicados tropiezos en octubre y noviembre

El equipo grana venía de vivir una buena racha de victorias al mes de octubre, que le acercaban a los puestos de arriba, pero llegó el partido en Jaén y desde Murcia se recuerda como el peor partido de la temporada (2-0). Tras ese tropiezo se despejaron las dudas por la victoria conseguida frente al Girona y los dos empates muy valiosos que consiguió en las siguientes en el campo de Las Palmas y ante el Córdoba en la Nueva Condomina.

Llegó noviembre y con ello los problemas para Julio Velázquez, ya que iba a perder a dos jugadores de su plantilla para toda la temporada. El delantero Sergio León abandonó la disciplina pimentonera por falta de minutos en el equipo, para volver al Elche, equipo del que procedía. Más tarde a esta baja en el plantel se sumaba la grave lesión en el ligamento cruzado del capitán Óscar Sánchez, algo que le dejaba seis meses apartado de los terrenos de juego.

Y entonces los resultados no acompañaban, el Real Murcia sumó en el mes de noviembre 6 puntos de 12 posibles, sin ganar ni un solo partido. Una derrota en Sabadell y tres empates frente a Lugo, Sporting y Alcorcon fueron el bagaje, en muchos de esos partidos se achacaba al equipo de ser reservado y conformarse con empatar. En Alcorcón el equipo llegó a estar con una superioridad de dos jugadores y aun así no pudo marcar un tanto. A Julio Velázquez se le empezó a cuestionar por decisiones como no contar con el defensa Pedro Alcalá y por realizar pocos cambios en el equipo.

Un aprobado de cinco puntos en diciembre

El Real Murcia alcanzaba el último mes de 2013 prologando aún la racha que se mantenía desde mediados de octubre. Desde la victoria contra el Girona por esas fechas, los granas no habían vuelto a sumar una victoria. El primer partido del mes de diciembre podía haber sido una buena oportunidad para romper con esta mejorable dinámica, sin embargo ocurrió todo lo contrario.

El Murcia cayó derrotado ante el Hércules en Nueva Condomina por 1-2. El tanto de Kike García en ese partido no fue suficiente para superar los goles de Portillo y de Hadzic, quieres regalaron al equipo alicantino su primera victoria a domicilio, mientras que el Murcia repetía derrota como ya hizo ante el mismo equipo en Copa. La jornada siguiente trajo un Mirandés - Murcia. Los granas viajaban a un difícil campo donde se acabaron por encontrar con un nuevo empate, en este caso a uno.

Los murcianistas supieron ponerse por delante en el marcador en la primera parte, gracias al gol de Tete. Aguantaron las embestidas del conjunto local durante gran parte del encuentro. Sin embargo, acabó llegando la igualada en el minuto 88, con el gol de Caneda. Wellington Silva pudo cambiar el rumbo del partido con un balón que se estrelló en el palo.

El partido de la siguiente fecha, ante el Barcelona B en casa, empezó de mala manera, ya que los culés, a través del tanto de Dongou en el 32', se pusieron por delante. Algo que hizo pensar, mirando a los anteriores partidos, que los pimentoneros lo iban a tener realmente complicado para levantar por completo el partido. A pesar de ello, los granas regalaron a su afición una fantástica y épica remontada en los últimos diez minutos, cuando obraron Kike, Malonga y Saúl tres goles que significaban el reencuentro con la victoria.

El año grana se acabó cerrando el 22 de diciembre, con el partido que disputaron los de Julio Velázquez en Aragón. Ante el Real Zaragoza, los murcianistas cosecharon un empate a cero, que no acabó por satisfacer a ninguno de los dos, a pesar de que el Murcia dispuso de oportunidades en el tramo final para llevarse el encuentro.

Irregularidad en enero e ilusión en febrero

En las jornadas comprendidas entre el 4 de enero y el 23 de febrero el Real Murcia dio un bajón en sus resultados que le hizo bajar puestos en la clasificación en la primera fase, pero ya en el mes de febrero conseguía remontar el vuelo. Esta fase se puede considerar como la más irregular, pero más definitoria de lo que iba a ser la temporada del Real Murcia.

Pasó una racha de cinco partidos seguidos sin conseguir la victoria (en este período), siendo dos los empates; contra el Recreativo en Huelva, y contra el Mallorca en Palma. Las derrotas fueron contra el Tenerife en Nueva Condomina, y frente a la Ponferradina en El Toralín, hasta ganar 1-0 al Deportivo de La Coruña, en un muy buen partido de los granas que ganaban al entonces líder y que hacía recuperar la confianza en el conjunto de Velázquez. Hecho que ayudó a ganar, justo después, 0-1 al Deportivo Alavés con un golazo de Kike que ya evidenciaba que iba a ser su temporada.

Tras esta doble victoria, la afición grana comenzó a ilusionarse pensando ya seriamente en la posibilidad de que el Real Murcia se clasificara para el playoff de ascenso a Primera. Se produjo contra el entonces líder, el Eibar, la mejor entrada, hasta entonces, de la temporada, con 10.000 personas. Después de esta fase de la temporada, si bien los jugadores y, sobre todo, el técnico, Julio Velázquez, aún no hablaban de ascenso, y sí de cumplir cuanto antes el objetivo de la temporada, que era la permanencia, sí que dejaban entrever por otros cauces que ya comenzaban a pensar en la lucha por la disputa por la parte alta de la clasificación.

En marzo se empezaba a confirmar el 'nuevo' objetivo

El Real Murcia comenzaba el mes de marzo en séptima posición, a tan solo un punto de los puestos de playoff. El primer partido lo iba a jugar en el estadio de Los Pajaritos de Soria, perdiendo frente al Numancia por un gol a cero, con tanto del exjugador pimentonero Julio Álvarez. Kike tuvo la posibilidad de empatar pero falló un penalti en los últimos minutos del partido. El segundo partido le enfrentó al Real Jaén, al que venció por dos a cero con goles de Alex Martínez y Kike García. La segunda victoria consecutiva llegaba en Montilivi contra el Girona, por cero a uno, gracias a un gol de Malonga. No fue un buen partido del Real Murcia, incluso Casto tuvo que parar un penalti, pero los de Julio Velázquez consiguieron los tres puntos.

Sin embargo el subidón tras las dos victorias consecutivas y la racha del Real Murcia llegaba a su fin tras perder por uno a tres frente a Las Palmas. Un penalti y expulsión de Alcalá al borde del descanso condicionaron el partido para los pimentoneros. Para acabar el mes de marzo los murcianos tuvieron que viajar hasta Córdoba, donde pese a realizar un buen partido empezó perdiendo. Sin embargo, Malonga ponía en el empate de cabeza y Kike, con un balón al palo, estaba cerca de conseguir los tres puntos para los visitantes, pero el partido acabó con empate a uno. Cinco partidos en el mes de marzo en los que el Real Murcia consiguió dos victorias, un empate y dos derrotas que lo colocaban en octava posición.

Reivindicativo mes de abril

El equipo ilusionaba a sus aficionados, situándose muy cerca del objetivo final de luchar por el playoff de ascenso, pero le faltaba dar un salto definitivo. Ese impulso llegó en abril. Tras los tropiezos ante Las Palmas y Córdoba, el Real Murcia comenzaba el mes con una contundente victoria por 2-0 ante un renacido Sabadell que, como se podría comprobar, sería un duro rival hasta el último momento. Malonga y Truyols con sendos tantos dejaban casi sellada una permanencia que se alcanzaría poco después.

El primer objetivo, tan reclamado por Velázquez durante toda la campaña, se logró con un 3-1 frente al Lugo de Quique Setién, desinflado hasta final de temporada y en la lucha por la salvación. Un doblete de un reivindicativo Wellington y un gol del estelar Kike contrarrestaron el tanto del pichichi lucense, Rennella, para hacer soñar definitivamente a los espectadores con algo más que una merecida permanencia.

Pese a la positiva racha y a las altas expectativas fomentadas por los continuos tropiezos de los dos líderes, Depor y Eibar, abril terminó sin nuevos triunfos pero con valiosos puntos, merced a nuevos empates, a 0 ante un Sporting venido a menos y a 1 ante un combativo Alcorcón. El Murcia se mantenía en la puja por entrar en los puestos de promoción más disputados que se recuerdan gracias a ese gol ante los madrileños, obra de un inspirado Kike desde el punto de penalti. Faltaba por venir algún partido clave, un puñetazo en la mesa para demostrar que el equipo estaba ahí. La visita al Hércules de Alicante parecía un escenario propicio, ya en el mes de mayo.

La consolidación definitiva

El mes de mayo para el Real Murcia fue algo convulso y heterogéneo. Es cierto que llegaban a la recta final de la temporada con ganas y propósitos de cerrarla con un broche, y ello empezó con la victoria en Alicante ante el Hércules por dos goles a tres. Victoria importante que les daba moral. Tanta que, ocho días después recibían en Nueva Condomina al conjunto de Anduva, al Mirandés, endosándole un manita.

Muy bien parecía ir todo con los resultados de estos dos últimos encentros. ¿La próxima cita? En el Mini Estadi, donde debían medirse al filial del conjunto culé, que pese a ser un filial ha hecho una temporada magnífica copando uno de los puestos de ascenso durante muchas jornadas. Y fue justamente allí, donde el conjunto grana recibió una remesa de goles, ni más ni menos que 4-0. Derrota dura, sí. Pero este tropiezo no podía frenar a los hombres de Julio Velázquez, que tenía que levantar la moral de los suyos para terminar decentemente la temporada.

Tras esto, de nuevo en casa, se medían al Zaragoza. Un encuentro marcado por el golazo de Saúl, dos goles anulados y el empate del visitante cuando nadie se lo esperaba. Terminó el encuentro con tablas a uno en el marcador. Un punto, escaso para el conjunto murciano, pero al fin y al cabo, un punto era.

Y para cerrar el mes de mayo los pimentoneros se medirían al Tenerife. Un conjunto sólido y fuerte que tuvo un fallo a los veinte segundos de comenzar el encuentro y Kike lo aprovechó para anotar el único tanto que se marcaría en el partido. De este modo el Real Murcia acabaría el mes en cuarta posición tras el Barça B.

A un paso del sueño

El Real Murcia llegaba a la última jornada del campeonato regular de Liga en Segunda División dependiendo de sí mismo, tras el meritorio triunfo conseguido contra el Tenerife en el estadio Heliodoro Rodríguez, merced a un solitario gol de Kike. Ese gol hacía que el club grana tuviera grandes probabilidades de meterse en el anhelado playoff, incluso perdiendo o empatando con el próximo rival que visitaría la Nueva Condomina, el Real Madrid Castilla.

Sin embargo, los granas no querían entrar en especulaciones algunas y avisaron en la previa del duelo de que iban a salir a por los tres puntos que le dieran la tercera plaza de la clasificación, primera de la promoción de ascenso a Primera, para así no tener que mirar de reojo lo que sucediera en otros campos. Y así fue, con enorme sufrimiento, la afición pimentonera aupó a los suyos hacia una nueva victoria, por la mínima, gracias a un oportuno Kike, que supo poner el pie en boca de gol para empujar una anterior dejada de cabeza del central Mauro Dos Santos.

Se confirmaba así este hecho, el Real Murcia jugaría los playoffs de ascenso a la Liga BBVA, y su rival iba a ser el Córdoba CF, que había concluido el campeonato como sexto clasificado. Los murcianos contaban así con la ventaja del factor campo, y en la capital del Segura se podía respirar un ambiente único, que hacía mucho tiempo no se vivía.

Julio Velázquez aseguraba que lo que habían logrado era un premio al trabajo realizado durante toda la temporada, y que caer no sería un fracaso porque eran el equipo que menor presión tenía de los cuatro clasificados para la promoción de ascenso.

El primer duelo se jugó, por tanto, en el Nuevo Arcángel, vestido de gala para la ocasión, pues el conjunto andaluz se mostraba muy ilusionado, ya que hace casi cuarenta y tres años que los cordobeses no juegan en la élite del fútbol español. Se pudo ver un disputado choque el pasado 11 de junio, con dos equipos que se repartieron el dominio; la primera parte fue blanquiverde y la segunda grana. Ninguno consiguió introducir el balón en las redes y, por tanto, la Nueva Condomina dictaría sentencia.

Y así lo hizo, el fortín grana recibió a ambos conjuntos el domingo 15 de junio, en la vuelta de la semifinal del playoff de ascenso a Primera, con 16.794 espectadores en sus gradas. El inicio de partido parecía decantarse totalmente a favor de los locales, sin embargo, cuando Saúl tenía todo de cara para marcar desde el punto de penalti el primer tanto del encuentro y poner así a los murcianos por delante en la eliminatoria, mandó el balón fuera de la portería defendida por Juan Carlos. Un mazazo anímico para los pimentoneros que terminó de concretarse con el tanto de Pedro en la jugada posterior. 0-1 para el Córdoba CF, resultado que obligaba a que los murcianistas tuvieran que marcar dos para pasar a la gran final por el ascenso. Se llegó al descanso con este resultado favorable a los cordobesistas, congregados en gran número en la Nueva Condomina también, y tras la reanudación el ciclón grana parecía despertar de nuevo. Wellington Silva se sacaba un golazo de la manga, culminando una buena jugada individual, para colocar el 1-1 en el marcador. Pero poco les duraría la alegría a los pupilos de Julio Velázquez, pues tan solo tres minutos después del tanto del extremo brasileño, Raúl Bravo calcaba el gol que había marcado su compañero Pedro en el primer tiempo para poner el 1-2 en el electrónico. Gol que, a la postre, terminaría por ser definitivo para los intereses granas, que terminaron el encuentro abatidos sobre el terreno de juego viendo cómo su rival cordobés celebraba sobre el mismo verde un triunfo que les aupaba a la final del ascenso a Primera, que jugarán contra la UD Las Palmas, que logró batir, por su parte, al Sporting de Gijón.

Una temporada más que satisfactoria teniendo en cuenta todos los condicionantes adversos del principio, que su propio técnico calificaba como "Matrícula de Honor", a la vez que elogiaba la labor de los jugadores pimentoneros. No pudo ser, el Real Murcia se quedó a un paso del sueño de ascender a la máxima categoría del fútbol español.