La temporada arranca, y el Real Murcia se embarca en otro año decisivo en el que el objetivo del año pasado sigue patente: el ascenso a Segunda División. La promoción es la única opción que contempla el club grana, no sólo por lo histórico del club o la ciudad a la que pertenece, motivos por los cuales debería jugar en divisiones superiores, sino porque la existencia futura de la entidad podría estar directamente relacionada con el hecho en cuestión.

Contrastes

La posición desde la que parte el Real Murcia mejora con respecto a la del año anterior. El mazazo del descenso vivido la temporada pasada provocó, no sólo la marcha de jugadores importantes, sino tener que cambiar las estrategias y objetivos de la temporada. Lo más complicado fue readaptar el grupo en poco tiempo, ya que los nuevos fichajes se produjeron a última hora, y el tiempo que restaba de pretemporada fue más que escaso.

El mazazo del descenso provocó tener que cambiar las estrategias y objetivos de la temporada Un año más tarde, por el contrario, el equipo cuenta con jugadores que han podido completar, en su mayoría, toda la pretemporada con el club. Un club en el que están asentados y del que se sienten parte. Por ende, parten con un buen estado de forma, como se ha podido ver durante los encuentros que ha disputado durante los meses de julio y agosto, por lo que las condiciones iniciales se muestran favorables de cara a este nuevo curso.

Espectro de claroscuros

La incorporación de las once caras nuevas que han entrado a formar parte del club tras el mercado veraniego, combinada con el hecho de haber conseguido mantener algunos de los hombres más destacados del curso pasado, hacen del proyecto de este año un designio, tan viable como ilusionante. Y es que lo visto hasta ahora deja buenas sensaciones, a pesar, todo sea dicho, de que siempre acompañan a la escuadra ciertos toques oscuros que empañan los momentos de lucidez. La combinación de tramos buenos (de gran juego combinativo) con tramos muy malos (de juego deslavazado sin orden ni criterio), hacen que el juego del equipo ande definido dentro de un espectro de claroscuros, en los que la balanza del color es difícil de decantar.

El juego del equipo ande definido dentro de un espectro de claroscurosEste aspecto del equipo tiene un claro ejemplo en la zaga grana, la cual ha mezclado tramos muy serios, en los cuales el equipo se mantiene muy sólido, con partidos muy irregulares, donde las concesiones al rival han llegado a ser en ocasiones excesivas. A pesar de todo, la pareja formada por Jaume y Satrústegui se muestra como una opción aparentemente sólida. El catalán ya fue uno de los mejores defensas de la categoría el pasado curso, y el vasco, que parece haber superado todo problema físico, ha demostrado galones y condiciones para rendir a un gran nivel.

Si en la defensa la desorganización es el gran pero, en la delantera la falta de gol sigue siendo la responsable del mal mayor del equipo, que adolece de cierta dificultad para anotar. Para contrarrestar este gran pero del club grana, jugadores como Isi, Arturo y Carlos Álvarez, fundamentales la pasada campaña, deberán seguir haciendo lo propio: mover el balón, llevar el juego y marcar los tempos del partido, para tener todo a favor de cara a anotar goles. A la acción de los grandes nombres del equipo se suma este año en el medio Chavero, que ha encadenado buenos y malos partidos, y Guilló, quien poco a poco, ha ido ganando su puesto, y se configura como un duro rival para Armando, que sigue sin terminar de brillar.

Renovación en pos del asentamiento

Enfrente del conjunto pimentonero estará un Marbella que afronta el nuevo año con las miras puestas en no sufrir lo mismo que la temporada pasada y asentarse en la categoría. En el último curso, los malacitanos, tras una racha muy negativa de resultados, lograron encadenar una extraordinaria dinámica de ocho partidos invictos, que les permitió acabar el año en una cómoda décima posición. Para esta temporada, el club marbellí ha reformado de arriba abajo su plantilla, con 16 caras nuevas. Un proyecto virgen aún que buscará desde el primer momento ser más regular que el pasado curso.

El club marbellí ha reformado de arriba abajo su plantilla, con 16 caras nuevasDurante esta pretemporada, el equipo de la Coste del Sol ha disputado un total de ocho encuentros de preparación frente a equipos de Segunda División, Segunda B, Tercera y un par más de la liga marroquí. En los mismos, el Marbella ha cosechado dos victorias, ante Ittihad Tánger y UD Los Barrios; tres empates, frente a FAR Rabat, San Roque y Algeciras; y tres derrotas, ante Recreativo de Huelva, Córdoba y Algeciras.

Durante el transcurso de los choques, como es habitual, el técnico Loren ha probado con diversos onces en busca de un equipo de garantías, por lo que resulta difícil pronosticar cómo será el primer once de la temporada. En cuanto a los nombres propios, varios florecen por encima del resto. En la portería, todo apunta a que Villanueva será el elegido, en detrimento del joven Kike. Para la zona de centrales, destaca la presencia del joven Edy, un central lituano de escasos 22 años que ha sido de los pocos supervivientes de la pasada campaña. Arriba, pondrán el peligro el habilidoso mediapunta Sergio Narváez, Zelu y Juanfri, único punta nato del equipo.

Posibles Onces

El técnico marbellí ha alternado mucho su once esta pretemporada, por lo que resulta aún complicado establecer un equipo ttitular. En cuanto a los grana, las dudas son menores. Tras lo visto en la pretemporada, y sin lesionados en el equipo, la incógnita reside en el eje de mediocentros, donde compiten por un puesto Guilló y Chavero. Además, para la parcela ofensiva, Isi también podría ser de la partida, en detrimento de Javi López o Sergio García.