Durante la jornada de ayer, se conoció la retirada de la demanda interpuesta a la Liga por el descenso administrativo de 2014 por parte del nuevo consejo del Real Murcia. El vilipendiado Real Murcia daba su brazo a torcer, y lo hacía sin llegar a ningún tipo de acuerdo, ninguna medida compensatoria, dándole la razón a Tebas y todo su organismo. Una verdadera bajada de pantalones ante aquellos que tanto habían dañado la imagen del club.

Esa sensación, la de 'bajarse los pantalones', seguro recorrió el cuerpo de más de un murcianista al conocer de la noticia y es comprensible. No obstante, dejarse guiar por las emociones no siempre es la mejor decisión, menos si ésta asociada al mundo del fútbol. Un mundo movido por el dinero, gran combustible de quienes lo dirigen con puño de hierro. Y por tanto, un mundo donde el Real Murcia, más en su estado actual, es pequeño, muy pequeño, por no decir insignificante.

La supervivencia depende en parte de aquellos que hasta ayer se citaban en los juzgados con el clubTan pequeño es que siquiera su propio futuro tiene en sus manos. Y es que, por más duro que resulte, el Real Murcia y su supervivencia depende en gran medida de aquellos que lo llevaron hasta su situación actual. Los mismos que hasta ayer se citaban en los juzgados con el club en medio de una guerra abierta, la cual hacía ya tiempo se había llevado al terreno personal, deparando terribles consecuencias para los intereses granas.

Sin embargo, las cosas han cambiado mucho en el Real Murcia en los últimos meses. El nuevo consejo, en su afán por devolver al club al lugar que le corresponde, quiere voltear la política que ha llevado al club hasta este punto, siendo la anunciada retirada de la demanda una buena muestra de ello. Pues, como reconocía el propio Martínez-Abarca, “las confrontaciones para una parte tan débil como el Real Murcia no son recomendables”.

El Real Murcia vive una situación agónica, muy difícil en lo económico, pero no terminal. La salvación del club más antiguo de la región es posible, pero es algo que no puede lograr solo. Y sobre todo, es algo que no puede lograr sin el beneplácito de aquellos que cerca estuvieron de acabar con él y que tendrán un peso importante en torno al futuro de la entidad. Y es que, haciendo una llamada a la sensatez, nada debe haber por encima de la salvación de un Real Murcia al que solo el apoyo de todos, instituciones incluidas, sacará adelante.