El encuentro dio comienzo con los papeles muy bien definidos en una primera parte de absoluto dominio local. El Atlético B era el protagonista en todas las facetas del juego; tocaba, combinaba, creaba, cortaba y destruía. Mientras, el Huesca, que tenía ni más ni menos que sus opciones de playoffs entre manos, se resguardaba ante el empuje de los jóvenes futbolistas de Óscar Mena.

En el minuto 18, llegó la ocasión más clara del partido, de la temporada y, posiblemente, de lo que resta de carrera del talentoso Dani Aquino. El murciano ganaba un balón a la espalda y sorteaba al arquero oscense ante su salida en falso. Entonces, totalmente libre de marca y con tiempo incluso para haber traspasado la línea de gol con el cuero pegado al pie, optó por un disparo desde el vértice del área chica que acabaría topándose con el palo mientras todo el público presente ya celebraba el tanto.

Instante en el que Aquino empieza a percatarse de su clamoroso error al definir.

El cuero no quiso entrar, Aquino decidió mal y definió peor, pero quizás solo fue el fiel reflejo de lo que está siendo toda la temporada del filial colchonero: un contratiempo absolutamente desafortunado tras otro, y éste fue el más lastroso. Un error que, seguramente, martilleó en la cabeza del goleador rojiblanco durante todo el duelo. A pesar de todo, los colchoneros siguieron a lo suyo, dominando sobre el césped del Cerro.

Samu Sáiz puso justicia desde el punto de penalti

Pero el destino, por unos minutos, fue benevolente con los chicos del 'B' otorgándoles el primer tanto del partido. Llegó en una incorporación por el carril izquierdo de un inconmensurable Iván Pérez que, cuando se estaba metiendo ya velozmente hasta la cocina, fue derribado por Gaspar. El árbitro señaló la pena máxima y Samu Sáiz impartió justicia. El Atlético B, que dominaba a diestro y siniestro, se ponía por delante justo antes del descanso, al que se llegaría con ese 1-0.

Un segundo acto de infarto

Tras la reanudación, el partido que se pudo ver antes del descanso cambió por completo. Se dio un giro de 180º al mismo, no con ello bajando el nivel del Atlético B, volviéndose un encuentro más abierto, vibrante e incierto. Bien es cierto que los de Mena seguían llevando el peso del partido, pero los de David Navarro habían ganado mordiente en su juego y, sobre todo, más acierto tanto en su área como en la de su contrincante.

Guillem Martí instaló el pánico, y el empate

El segundo acto nos ofreció unas transiciones frenéticas, un sinfín de ataques y una inestabilidad en las opciones de sendos contendientes totalmente inusitada. El Atlético B parecía que sería el próximo en golpear pero, una vez más, llevaron la contraria a la lógica y lo que hicieron fue encajar el tanto de la igualada. Corría el 55' de juego, cuando Guillem Martí, en un remate un tanto defectuoso, conseguía batir a Bono. Un tanto afortunado de los oscenses que les metía de lleno en el partido a falta de más de media hora.

El empate del luminoso del Cerro del Espino -el cual hoy volvió a demostrar su inutilidad pero esta vez directamente no luciendo- llevó ese ya clásico temor a la línea de zagueros del filial. La seguridad con la que se habían defendido en el primer acto, se borró de un plumazo y, por si no había suficientes problemas, Kader tuvo qeu retirarse lesionado, dando lugar al gran desaparecido de los onces de Mena pero siempre correcto, Raúl González.

Y si decíamos que el gol de Martí fue afortunado en su defectuoso golpeo, qué decir del próximo que llegó, el segundo del Huesca, obra y ''gracia'' de Sergio Sánchez. El Atlético B tiene estas cosas, de un tiro que parecía un mal control del ariete oscense, se crean un gol. Así fue, un nuevo remate absolutamente imperfecto, que despistaba a un Bono que no parecía tener el día y se convertía en el 1-2. Y todo esto a falta de diez minutos para el final que se antojaron cuanto menos atroces para los intereses locales.

Celebración de uno de los tantos visitantes.

Murillo puso el definitivo 2-3

Pero, ojo, porque hubo un momento en el que los ilusos seguidores colchoneros llegaron a pensar que este cuento tendría un final feliz. Minuto 88, N'Doye rompe en una veloz jugada de las suyas y asiste para un Aquino que esta vez si acertaba a anotar. Parecía un final feliz o, al menos, parecía que no era un final tan trágico como los de casi siempre esta 13/14, pero sí, se equivocaban. Un desajuste defensivo en la siguiente acción al gol de Aquino, le daba el momento de gloria al canterano Murillo para poner a su equipo arriba por dos goles a tres y en órbita de playoffs. El Atlético B, que se complica la vida empatando a puntos con el filial del Getafe, volvió a dar una ración de lo mismo de siempre, y a un servidor, y a otros muchos, ya se le agotan las palabras para narrarlo.

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